VASCO FRANCES AMERICANO
La capital de Idaho concentra la mayor cantidad de vascos de Estados Unidos. Súmense los tópicos de la cultura fronteriza sobre las Rocallosas: visión de futuro, pasado de buscadores de oro y aventuras intensas.
Boise –palabra derivada del término francés que significa “bosque”, pero que también refleja la convergencia del mito fronterizo y la especulación– se encuentra en las faldas de las Montañas Rocosas en un llano verdoso conocido como Treasure Valley. Boise (los lugareños lo pronuncian “boisi”), que alguna vez fue una parada mugrienta de la Senda de Oregon, es la capital de Idaho y, con una población de 223 mil habitantes, su ciudad más poblada. Es un sitio que ofrece encanto fronterizo, fácil acceso a la vasta naturaleza y una reverencia al arte moderno. Sin mencionar las cabras, que donde estén hacen paisajismo. También es un lugar donde los visitantes encontrarán la cultura vasca –en su mayor concentración en el país– en toda la ciudad, sobre todo en el barrio vasco conocido como Basque Block. Esta cultura es parte integral de Boise, donde los niños pueden tomar clases de danza típica y los adultos pueden beber calimocho, una mezcla de vino tinto y refresco de cola.
Día 1. Halcones en vuelo
Disfrute de extensas vistas del centro de Boise y aprenda algo de cetrería al adentrarse
en las llanuras, a veinte minutos en auto desde la ciudad. Ahí, en una meseta que es el hogar de más de media decena de halcones y otras aves rapaces, el Centro Mundial para Aves Rapaces (también la sede del Fondo Peregrino) ofrece exhibiciones en vivo de aves de rapiña y un completo archivo de cetrería. Hay presentaciones sobre la dieta y los patrones de migración de éstas, así como una exposición sorprendentemente detallada que narra cómo el jeque Zayed bin Sultán Al Nahayan, el ex presidente de los Emiratos Arabes Unidos, dedicó gran parte de su vida a preservar la cultura de la cetrería. La entrada general cuesta US$ 10. Un festival todos los veranos conmemora a los inmigrantes vascos que se asentaron en las zonas rurales durante el siglo XIX, donde fueron mineros y más tarde pastores. Hay evidencia de la diáspora vasca en todas partes: un gran mural de niños que juegan pelota –vasca– da hacia el barrio vasco (Basque Block) del centro, donde hay transformadores eléctricos pintados con imágenes relacionadas con la danza vasca, la paella, los bocadillos y las tapas en el Mercado Vasco, así como una exposición de “artzainak” (“pastor” en vasco) en el Museo Vasco. El Modern Hotel and Bar en el centro ofrece cócteles que están inspirados en la cultura vasca, como el Barbarella. Luego explore el jardín de rosas Julia Davis cerca de ahí, donde hay más de 2 mil rosales dentro de un parque de 17 hectáreas. Si la cocina francesa se ajusta más a sus gustos, Le Coq d’Or, en Eagle, cerca de ahí (parte de la zona metropolitana que rodea Boise), luce un menú que incluye tempura de palta relleno de cangrejo y pollo de granja con “espinaca a la trufa” y risotto con queso de cabra (US$ 31).
Día 2. Día de montaña
Déjese consentir con un desayuno maravilloso en Wildroot Café and Market,
escondido tras una fachada modesta y decorado con muebles de color verde brillante. Podrá deleitarse con un plato de migas (similar a un omelette con queso fresco y cebollín, además de chorizo, salsa casera de palta, porotos y tortillas crujientes, US$ 10). Para arrancar el día con la gastronomía vasca, vaya a Txikiteo (significa recorrido por bares), que se inauguró en marzo. Podría probar el Gâteau Basque (un pastel esponjoso con una cereza encima, US$ 5) y un sándwich con jamón serrano y queso manchego. A menos de una hora en auto desde el centro, se encuentra la ciudad de Horseshoe Bend y la fantástica zona boscosa que la rodea. Allí se puede practicar el que quizás sea el mejor rafting por el río Payette (medio día, US$ 60). O caminar por el Wildlife Canyon Scenic Byway para observar cabras de montaña y alces desde varios miradores. Idaho Mountain Touring ofrece rentas de bicicleta de montaña (U$ 15 a US$ 60 de una hasta cuatro horas). Bogus Basin, un enclave donde se puede esquiar y andar en bicicleta todo el año, con senderos verdosos que alguna vez se usaron para la extracción de oro. Alquile un auto para conducir por la cordillera Sawtooth (un trayecto pintoresco de casi tres horas) para pasar la noche en la naturaleza de Sun Valley. La región central de Idaho es la única reserva certificada de cielo estrellado en el país; designada en 2017, es una de 12 en todo el mundo. (Aunque la designación aplica a un área silvestre escarpada de 3.667 kilómetros cuadrados, bastará con ir a cualquier lugar fuera del centro de Boise). Haga de la ciudad de Ketchum, donde descansan los restos de Hemingway, su campamento base (el Tamarack Lodge ofrece habitaciones a partir de US$ 125). Encontrará la tumba del escritor en el cementerio de Ketchum, adornada con plumas y botellas de whisky. Recupérese en Warfield del trayecto en auto con una cata de cervezas artesanales locales, un pretzel horneado en casa (hecho con grasa de pato, romero y queso de cerveza de temporada, US$ 8). Después explore las montañas Sawtooth en kayak (Backwoods Mountain Sports, rentas de todo el día desde US$ 30, según el modelo) o únase a un recorrido de pesca en el río Salmón (White Otter Outdoor Adventures, US$ 350 por persona). Pasará por ciudades mineras fantasmas y fuentes termales mientras navega por las mismas aguas abundantes que navegaron el comerciante de pieles Alexander Ross y Hudson’s Bay Co. en el siglo XIX. Tome un trago en Michel’s Christiania en Ketchum, donde Hemingway pasó su última noche con Mary, su esposa, y donde podrá disfrutar el carpaccio de res (US$ 14) y los caracoles a la borgoña (US$ 15). O reserve su apetito para Town Square Tavern, donde encontrará un buen ambiente y hamburguesas de cordero (US$ 12), tacos de pato confitado (US$ 12) y tapas (desde US$ 6). Mientras regrese a su alojamiento, observe el brillo del cielo estrellado.
Día 3. Buscadores de oro
Cuando esté en Gem State (estado gema), haga lo que hacen los mineros: vaya hacia las colinas tras el oro, que quizás esté ahí o no. De cualquier manera, aprecie la abundancia de recursos naturales en el Museo de Minería y Geología de Idaho (sin costo), y después pasee por la Vieja Penitenciaría de Idaho (US$ 6), al lado, que ofrece una buena introducción a la historia carcelaria del Oeste. Hay varios senderos cerca de ahí, así que explore el extenso paisaje desértico, un vestigio de las fronteras que quedan. Ningún viaje a Idaho estará completo sin papas. Las papas fritas son la guarnición de casi todo. Pero solo hay un helado de papa. De regreso en el centro de Boise, entre a Westside Drive-In, un viaje al pasado con todo y letrero rosa neón. Bueno, el helado en realidad no se hace con papas. Más bien es helado de leche con forma de papa, cubierto de polvo de cacao y con una hendidura a lo largo rellena de suntuosa crema batida. Es el postre alternativo perfecto en un lugar famoso por sus papas.