Mujeres empoderadas en una de vengadores
EJUAN CARLOS FONTANA l ganador del Oscar por 12 años de esclavi
tud, Shame y Hunger, que hizo con su actor fetiche, Michael Fassbender, se apoyó en una serie británica, emitida en los 80, escrita por Lynda La Plante, para adueñarse de este impactante thriller, en el que pueden observarse algunas influencias de Brian De Palma y hasta de Clint Eastwood en su intento por descifrar las vertientes más oscuras de la existencia humana.
El film no esconde su necesidad de impactar en el público y así lo hace desde el comienzo con una espectacular corrida de ladrones luego de un robo, la llegada de la policía y una grandilocuente explosión. Pero luego de ese golpe de efecto llega lo mejor, el drama de tres viudas, mujeres enamoradas en apariencia de gángsters que las han dejado en la calle y hasta con hijos, mujeres que intentan vengarse a su manera. Ellas se empoderan de tal manera, que no hay quien las detenga.
Con sutil humor, diálogos punzantes e irónicos, que no esconden algunas lágrimas, desilusiones y traiciones inesperadas, el relato mantiene su expectativa de principio a fin. Lo hace mediante un estilo cinematográfico depurado, intenso y magnético a la vez, en el que la lente de la cámara busca sorprender constantemente al espectador mediante acciones inusitadas, o giros muy bien distribuidos en el guion que resultan más que vitales para no aburrir a lo largo de sus dos extensas horas de duración.
Lo cierto es que acá Viola Davis, con matices algo estereotipados pero siempre efectivos, sin proponérselo se convierte en la líder de las viudas. Mujer de un blanco que expuso al hijo de ambos a una muerte segura, es ella quien visita a las otras dos y las conduce por un laberinto tan arriesgado como entretenido, donde hace alianzas con un político corrupto. McQueen arriesga una vez más su talento y redescubre en una valiosa interpretación a Michelle Rodriguez ( Rápidos y furio
sos). Una revelación es Cynthia Erivo, una runner dispuesta a morir por sus compañeras empoderadas.