EL GUSTO MAS ALLA DEL TRABAJO
A.M. —¿Cómo aparecen lo culto y lo popular en las creaciones de Leonard Bernstein, quien elogió a Elvis Presley, y quien ganó fama en el teatro comercial y en el cine? —Por el estilo de su escritura, desafió un poco eso. West Side Story, aparte de tener la música más bella que se ha escrito, es un punto de inflexión en la música de Bernstein, porque rompe con preceptos y marcos, rompe asimismo con la idea de género musical. Otro claro ejemplo es Can
dide, una obra escrita para Broadway, una comedia musical destinada a un público más orientado a este tipo de espectáculo que a la ópera propiamente dicha. Después se instauró la discusión sobre si
Candide era un musical o una opereta. No fue exitosa en su estreno; no suele representarse muy a menudo. En todo esto, de algún modo ahí entra la discusión sobre qué es la música culta y la popular. Pero creo que hay que trascender esa confrontación y ver qué pasa concretamente en la obra. Desde ya, hay en esta obra dejos de música académica, hay momentos mahlerianos, y también hay dejos de música popular, en el tratamiento de las voces, de la orques- ta, en la melodía, en el ritmo. La obra es muy difícil de ubicar. Hay momentos en que no se sabe hacia dónde va todo eso. —¿Qué músicas escuchás, por fuera de los compromisos profesionales? —Escucho un espectro amplio. En general, músicas no muy nuevas. Mucho bolero: puedo escuchar Trío Los Panchos. También George Brassens.