En la Rosada, apuestan una campaña presidencial “corta”
Los asesores de Mauricio Macri sostienen que aún no hay “clima electoral”. Buscarán instalar otros ejes por fuera de la economía.
Aunque aún es incipiente, el armado electoral del oficialismo en lo que concierne a la campaña presidencial de Mauricio Macri supondrá una campaña corta. Según los principales estrategas de Cambiemos, hoy en el electorado no tiene en su mente que en 2019 se elegirá Presidente y vice, menos aún las primarias obligatorias.
La falta de un clima electoral, algo similar a lo que ocurrió en 2017, explican en el oficialismo, los obligará a armar una campaña corta, concreta, con micropropuestas y, sobre todo, bajo el manto de una expectativa a futuro y el lema “el camino correcto”.
En este sentido, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, junto al asesor Jaime Duran Barba y su mano derecha, Santiago Nieto, visualizan un escenario en el que será difícil escapar de la grieta y, en ese sentido, “las preocupaciones de la gente” no pasarán por la arena electoral. Será, entonces, el último sprint lo que determine al ganador. Esto es, las últimas semanas de campaña, donde ya estará el electorado con cierto interés. Es más: hoy hay quienes, en Casa Rosada, creen que Macri ganará cómodamente. No se atreven a decirlo a viva voz aún. Pero esas mismas fuentes afirman que el Presidente ya llegó a su piso en las encuestas y que, en promedio, subió casi nueve puntos a nivel nacional y lo ubican cerca del 50% de imagen positiva.
“Tenemos que ver cómo se ordena la demanda electoral antes que la oferta de candidatos”, suele repetir Peña. Esto, en parte, cuando es consultado sobre la vice de Macri y los postulantes locales, y a diputados y senadores.
Lo que está claro, es que el jefe de Estado recorrerá el país durante 2019. El lunes 14 estará por primera vez en Santa Cruz, y probablemente comparta una foto con la gobernadora Alicia Kirchner. También pasará por Tierra del Fuego, otro distrito que jamás visitó como primer mandatario.
En la cabeza de sus asesores hay tres prioridades, en cuanto a distritos: Tucumán, Córdoba y Santa Fe, en cuanto a las que no gobierna Cambiemos. Por supuesto, que la situación en la provincia de Buenos Aires y la posibilidad de desdoblar la elección con la nacional.
“Va a ser una campaña parecida a la de 2017 salvo que no pondremos tantas expectativas ni pronósticos”, anticipa a PERFIL uno de los ministros que trabajará en todo el país con Macri.
En este sentido, otro de los desafíos que se trazará el oficialismo será evitar los errores no forzados. Por caso, el aumento de gas que anunció el ahora ex secretario de Energía, Javier Iguacel, y que terminó con una marcha atrás. En lo político, dado el desdoblamiento electoral en gran parte de las provincias habrá una estrategia local y otra nacional para octubre. En 2015, por caso, hubo comandos provinciales y, a la vez, conectados con el nacional que manejaban Peña y Emilio Monzó, el titular de la Cámara de Diputados, hoy más cerca de la Embajada de España que del armado político.
La economía. Si bien Peña confía que la economía no será la principal directriz por la cual el electorado se mueva, cualquier devaluación o crisis cambiaria podría modificar las apetencias electorales del macrismo. “Si el mundo no conspira contra nosotros la inflación va a bajar”, describe uno de los funcionarios de la Casa Rosada. En ese marco, hoy la clave pasa por la estabilización macroeconómica y evitar otra crisis cambiaria. En eso trabaja Nicolás Dujovne, el ministro de Hacienda. “No tenemos muchas herramientas en lo económico”, reconocen en Casa Rosada. Ahora vendrá el turno de instalar ejes electorales como la seguridad, la Justicia y otras temáticas.