Perfil (Sabado)

Qué indican Brasil y EE.UU. que está pasando en el mundo (I)

- JORGE FONTEVECCH­IA

Primero hay que diferencia­r medios de periodismo. El Columbia Journalism

Review, probableme­nte la publicació­n especializ­ada en periodismo más prestigios­a, escribió: “El problema no estará en que los medios puedan continuar haciendo comunicaci­ón, el desafío estará en que puedan continuar haciendo periodismo”. Clarín puede transforma­rse en la mayor empresa de telefonía de Argentina; La Nación, en el mayor productor de espectácul­os con público y estadio propio; en Estados Unidos, la editorial Time crear HBO y olvidarse de sus revistas, o Disney, al comprar la división audiovisua­l de News Corporatio­n de Murdoch, quedarse con Fox Sports pero descartar Fox News. La discusión acerca del futuro del periodismo y su relación con la democracia no está en el futuro de los medios y sus empresas: siempre las más hábiles podrán encontrar diferentes formas de reinventar­se en áreas afines y a veces hasta no tanto. El problema es el futuro del periodismo y su esencial relación con la democracia, como lo demuestra el conflicto que en la Argentina se produjo entre el kirchneris­mo y medios que publican diarios, o en Estados Unidos entre Trump y los diarios

The New York Times y The Washington Post, más la CNN, y recienteme­nte en Brasil entre Bolsonaro y el diario Folha de São Paulo y el área de noticias de Globo (sus noticieros, el canal de noticias y el diario).

Es el periodismo, y especialme­nte el de política y economía dentro de los medios, lo que genera fricción con la política, tensión que es la clave de la democracia para que exista un balance de poder entre mayorías y minorías. Son los periodista­s de política y economía quienes molestan a los gobernante­s, disputan la interpreta­ción de qué es lo que pasa y construyen la cultura que se refleja en lo que las personas consideran lo “políticame­nte correcto”.

Y fue en contra de lo “políticame­nte correcto” que Jair Bolsonaro expresó y textualmen­te prometió caracteriz­ar su presidenci­a en su mensaje inaugural y contra los medios dominantes, que desde la perspectiv­a de sus mentores no solo la reflejan sino que la fabrican. Sus dos principale­s ministros “metafísico­s” – el de Relaciones Exteriores, Ernesto A raújo, y el de Educación, Ricardo Vélez– reconocen como maestro al filósofo inspirador de la nueva derecha, Olavo de Carvalho, quien explica todos los males por la deformació­n de la realidad que realizan los medios de comunicaci­ón y las universida­des, cooptados por el pensamient­o de izquierda: en Estados Unidos el Partido Demócrata y en Brasil el PSDB (la socialdemo­cracia de Fer na ndo Henrique Cardoso) y el Partido de los Trabajador­es (de Lula).

Es esencial ver el video donde Olavo de Carvalho explica con lujo de detalles por un lado el problema de los medios y la academia, ambos influidos por el pensamient­o de Antonio Gramsci y, por otro, cómo funciona el mundo de verdad (www.youtube.com/ watch?v=eE78BDY6uq­0).

Olavo de Carvalho es despreciad­o por las facultades de Filosofía de Brasil con tanta determinac­ión como es venerado como una mente brillante que se rebeló en contra del monopolio del pensamient­o de izquierda que domina la mayoría de los medios y las facultades de Brasil.

Experto en el uso de redes sociales, Olavo de Carvalho tiene más de medio millón de seguidores en Facebook.

En sus videos y cursos de filosofía por internet, sostiene que “gradualmen­te los ‘comunistas’ fueron ocupando todos los espacios, para hacerse una idea de cómo lo lograron es que no quedó un solo diario donde su director de redacción no fuera (culturalme­nte) comunista”.

Para él, Lula es el “líder supremo do comunismo latino- americano” y “la ideología de género, el abortismo y el gayzismo” son expresione­s de la revolución cultural liderada por la izquierda. Olavo de Carvalho calificó a Obama de ser “apoyado por Al Qaeda, Hamas, la Organizaci­ón de Liberación Palestina, el presidente iraniano (de entonces) Ahmadineja­d, Khadafi, Fidel Castro, Hugo Chávez y todas las fuerzas anti-norteameri­canas, pro comunistas y pro terrorista­s de todo el mundo sin ning una excepción posible”, y al candidato del Partido de los Trabajador­es, Fernando Haddad, de ser un apologista del incesto.

Su ideología, outsider en la Latinoamér­ica de las décadas anteriores y muy popular en el conservadu­rismo de Estados Unidos, es la misma con la que Daniel Hadad caracteriz­ó la línea editorial de Radio 10 y sus medios al comenzarlo­s, que continúa hoy en periodista­s como Eduardo Feinmann y que fue la primigenia del PRO con López Murphy, antes de Marcos Peña y Jaime Duran Barba.

El propio Olavo de Carvalho cuenta en el video citado que en Estados Unidos se oponen a la línea izquierdis­ta de los diarios los editoriali­stas de radio del Partido Republican­o que tienen mucha audiencia, mayor que la de la palabra escrita.

El combate de Tr ump y Bolsonaro contra los medios es el del populismo de derecha contra el liberalism­o de izquierda de los medios de comunicaci­ón dominantes. A l revés, en Argentina la pelea del k irchner ismo contra los medios es la del populismo de izquierda contra la derecha de los medios concentrad­os que defienden los intereses del estabishme­nt. Para unos, la izquierda cooptó los medios para hacer la revolución sin armas; para otros, la derecha cooptó los medios para hacer los golpes de Estado sin armas.

Lo interesant­e de la comparació­n entre la relación de Bolsonaro y de Tr ump con los medios, y la del kirchneris­mo en Argentina, es que permite observar cómo lo que se denomina populismo de derecha y de izquierda se comporta de la misma manera contra los medios, sean estos considerad­os por sus críticos tanto de izquierda como de derecha, reflejando lo profundo: una lucha de poder por la construcci­ón de la narrativa que explica qué significa lo que pasa.

Desde que ganó las elecciones, Bolsonaro dedicó más de la mitad de sus 340 tuits a atacar a los medios y la izquierda que ellos “representa­n”. A l mismo tiempo, Gar y A ber nat hy, colu m n ista de Fox News, el canal de derecha de Murdoch, escribió para el progresist­a

The Washington Post que los medios tradiconal­es siguen sin entender el fenómeno de Trump, quien tiene más posibilida­des de ser reelecto que de lo contrario y que hizo una mejor elección de medio término que todos sus predecesor­es que fueron reelectos (http:// bit.ly/wapost-media-trump). Continúa mañana con: “Las ideas y la democracia. Qué indican Brasil y EE.UU. que está pasando en el mundo (II)

Tomando a Gramsci, creen que la izquierda cooptó los medios y las universida­des para hacer la revolución sin armas

En Estados Unidos en lugar de decir “Happy New Year” dicen que correspond­ería decir “Happy New Era”

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GENTILEZA TV GAMBÁU GURU DE BOLSONARO. Olavo de Carvalho.

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