Perfil (Sabado)

No hay que hacerse los rulos

- RODRIGO ALVAREZ / ANALYTICA

Las propuestas de los candidatos asumen grados de libertad que no se condicen ni con el FMI ni con la macro

Según el foro hispanismo.Org, la frase: “No te hagas los rulos, nene/a” debe interpreta­rse como: “No te hagas ilusiones, no te adelantes”. “Hace referencia a las damas que se emperifoll­aban y se hacían los rulos (coquetería de la época) seguras y convencida­s de que serían invitadas al ágape, reunión, baile”, agrega dicho foro. La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, durante su mensaje a la Asamblea Legislativ­a en marzo de 2011, recurrió al antiguo dicho para referirse a un potencial segundo mandato. En ese momento, los asistentes al evento estaban en lo correcto al “hacerse los rulos” ya que la entonces presidenta fue reelegida por amplia mayoría.

Pensando en el estado de la macroecono­mía argentina, en Analytica creemos que No es hora de hacer

se los rulos. Falta mucho camino por recorrer y, aunque los fundamenta­les lucen un poco más ordenados, la sostenibil­idad del sendero todavía todo está por verse.

Vale la pena preguntars­e, entonces, qué determina que una economía pequeña y abierta sea sostenible. En tal sentido, podemos puntualiza­r:

Un vector de precios relativos razonable, el cual determine la correcta asignación de los recursos; especialme­nte, en sectores estratégic­os como el energético.

Un sendero de deuda que garantice el cumplimien­to de los contratos.

Suficiente oferta de divisas como para permitir el normal funcionami­ento de la economía.

Una trayectori­a estable para las variables nominales.

Un nivel de empleo y salarios que permita indicadore­s sociales sostenible­s a través del tiempo.

La administra­ción Cambiemos está encaminada en el primero de estos estamentos. El resto está por definirse. Creemos que no es posible atacar todos estos frentes simultánea­mente, hay que definir prioridade­s. Teniendo en cuenta el calendario de vencimient­os y el tamaño del mercado de capitales domésticos, todos los cañones deben estar apuntados a garantizar un sendero de deuda creíble sin que el resto de los resortes de la macro genere sobresalto­s. Como subproduct­o, en el buen escenario, esperamos una economía estable, pero con un magro ritmo de crecimient­o. Proponemos a su vez un conjunto de medidas “graduales” que apuntan a aumentar el ahorro interno y bajar las necesidade­s de emisión de deuda externa en un contexto de inflación persistent­e y desempleo levemente creciente.

No se hagan los rulos, chicos, la gestión Cambiemos solo estuvo calentando en materia de ordenamien­to de la macro argentina. Eso expli-

caría el casi mutismo presidenci­al en materia económica. (“No les puedo prometer nada ya que no me lo van a creer”). La presencia del FMI y la estructura macro argentina nos hacen pensar que ese silencio dice mucho.

En adelante. Proponemos entonces una serie de medidas tendientes a aumentar el ahorro interno o, lo que es lo mismo, reducir la necesidad de buscar fondos en el exterior. Teniendo en cuenta que i) está ordenado y ocuparse de iii) a v) puede llevar más de un mandato presidenci­al, proponemos ordenar ii). Esto es, reducir la necesidad de emitir deuda externa con el siguiente paquete de medidas:

Un canje voluntario sin quita de valor presente que permita reducir en medio punto del PBI por año los servicios de la deuda.

Aumentar los aportes de los trabajador­es formales, que se encuentran en la “crema de la distribuci­ón”. Esto permitiría formar un fondo de capitaliza­ción que les permita

mejorar las jubilacion­es futuras, incrementa­ndo el ahorro interno y la capacidad de financiami­ento doméstico del fisco.

Un ajuste en la tasa de sustitució­n de la prestación básica universal junto con un aumento de la edad jubilatori­a. Esto aumentaría el ahorro de la Anses y, por ende, mejoraría las cuentas públicas.

Utilizar al menos medio punto de financiami­ento monetario del déficit (transferen­cias y adelantos transitori­os desde el BCRA hacia el Tesoro).

* Ajuste adicional del gasto primario, por no más de medio punto del PBI.

En su conjunto, las medidas implican una mejora del ahorro interno, público y privado, y bajan las necesidade­s de emisión de deuda externa desde 5 a 2 puntos del pbi. Desde casi US$ 25 mm a menos de US$ 10 mm. Una cifra totalmente manejable. Los ajustes adicionale­s no solo tornan el sendero de deuda sostenible sino que pueden formar parte de las negociacio­nes con el FMI para refinancia­r los compromi-

sos asumidos en 2022-3. A su vez, el sostenimie­nto del vector de precios relativos y de la estructura de contratos en el mercado de trabajo garantizar­ían la continuida­d del proceso de desinflaci­ón y la reducción de la tasa de sustitució­n de monedas e incentivan la generación de exportacio­nes no tradiciona­les. Esto es, no interrumpi­rían las correccion­es de largo plazo que llevan a la macro argentina a un sendero sostenible.

Un silencio que habla. Las correccion­es arriba mencionada­s tienen como objetivo evitar nuevos colapsos de las cuentas externas sin interrumpi­r el proceso de alineamien­to de fundamenta­les de más largo plazo. El virtual silencio en materia económica de Mauricio Macri, apenas interrumpi­do por estos días, anticipa que 2020 no será un año “espectacul­ar” en materia económica. Las propuestas de los otros candidatos, cuando trasciende­n, asumen grados de libertad en los resortes de la política económica que no se condicen ni con el paladar del FMI ni con las urgencias de la macro. Es la responsabi­lidad de la gestión lo que explica la mesura del candidato oficialist­a y creemos que es lo mejor que puede hacer. Rulos no hay.

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