La miel adulterada pone en alerta a la apicultura en todo el mundo
Desde países asiáticos se comercializa un producto que no es miel a precios muy bajos que ponen al comercio apícola en peligro.
La aduilteración de la miel es de larga data, pero la magnitud que alcanzó en los últimos años hace peligrar el negocio. Y aquí algunos países asiáticos tienen mucho que ver. Según el Codex Alimentarius cuya norma es internacional (FAO), miel es “la sustancia dulce natural producida por abejas Apis mellifera a partir del néctar de las plantas o de secreciones de partes vivas de éstas o de excreciones de insectos succionadores de plantas que quedan sobre partes vivas de las mismas y que las abejas recogen, transforman y combinan con sustancias específicas propias, y depositan, deshidratan, almacenan y dejan en el panal para que madure y añeje.” También deja claro que a la miel vendida como tal no puede agregársele ningún ingrediente ni aditivo, ni tampoco quitarle ningún componente.
En una colmena existe una división del trabajo bien marcada. La colonia cuenta con abejas pecoreadoras que salen al campo en busca del néctar y abejas de interior, que se distribuyen las tareas dentro del alza. Si la miel se cosecha inmadura (antes de ser operculada), disminuye el trabajo de las abejas de interior que se transforman en pecoreadoras a una edad más temprana, aumentando así la capacidad de recolección de la colonia. Pero esto es en detrimento del producto que debe cosechar el apicultor. Si además de extraer de la colmena miel inmadura –en China llegan a cosechar las mismas colmenas todos los días- se le agregan y quitan substancias se está ante una actividad fraudulenta.
Teniendo en cuenta la potencialidad productiva de las abejas, los apicultores asiáticos suelen extraen miel de las colmenas antes de lo previsto, con un 25% de humedad o más. Este sistema de producción hace necesaria la existencia de fábricas de miel que filtran, eventualmente diluyen y eliminan residuos, además de deshumidificarlos. Así, el proceso de secado y maduración de la miel se completa en fábricas en vez de ocurrir en la colmena. Además, para quitarle posibles residuos le agregan agua y la pasan por una resina; con lo cual también quitan otras propiedades como el aroma o sustancias que aportan el color.
En otro orden, es frecuente el agregado de diferentes materias que nada tienen que ver con la miel. El producto obtenido con estos sistemas y comercializado a posteriori como miel, no es compatible con la definición de miel del Codex Alimentarius.
Pero, hay formas determinar la adulteración. Por ejemplo, la técnica EA-IRMS (Elemental Analysis - Isotope Ratio MassSpectrometr y) es un método eficaz para detectar la adulteración de la miel con jarabes de plantas C4 (maíz o caña de azúcar,entre otros); pero no detecta la dilución de miel con jarabes de plantas tipo C3 (arroz y remolacha azucarera, por ejemplo). Hay dos posibles estrategias para detectar la adición de azúcares C3 en la miel.
La Resonancia Magnética Nuclear (RMN). Países como Alemania, exigen la RMN a todos sus proveedores.
Es una combinación de métodos específicos que detectan oligosacáridos, enzimas, ingredientes, ácidos foráneos a la miel o marcadores específicos de jarabes.
Esta supuesta miel llega a los consumidores con orígenes inciertos y a precios mucho más bajos. No obstante, varios organismos, entre ellos la Federación internacional de apicultores (Apimondia) comenzaron a denunciar los casos e ir un paso adelante en actualizaciones tecnológicas contra la adulteración.
“A la miel que se vende como tal no se le puede agregar ningún aditivo”