Pedro Sánchez alerta sobre el ascenso de la ultraderecha
Los candidatos en las elecciones generales de España cerraron ayer sus campañas, con repetidos llamados del jefe de gobierno socialista Pedro Sánchez a evitar el ascenso de la extrema derecha, que revolucionó el panorama político del país. “Nadie daba que Trump iba a ser presidente de Estados Unidos y lo ha conseguido. Nadie pensaba que Bolsonaro pudiera ser presidente de Brasil”, advirtió Sánchez, que lidera todas las encuestas, pero no alcanzaría una mayoría absoluta, en una entrevista al diario El País.
Gane quién gane, nadie podrá gobernar en soledad, por lo que horas después del cierre de los comicios comenzarán a negociar pactos para llegar al Palacio de la Moncloa. Los sondeos adelantan al menos tres escenarios: una coalición del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Unidas Podemos y los independentistas catalanes y vascos; una coalición de “las tres derechas”, que incluya al Partido Popular (PP), Ciudadanos y Vox; o la imposibilidad de formar gobierno y la convocatoria de nuevas elecciones.
“No basta con ganar. Hay que ganar y gobernar. Si no gobernamos no ganamos, porque este partido nació para cambiar la vida de la gente”, aseguró ayer Sánchez en Valencia, al pedir el voto para su formación. El y Albert Rivera cerraron sus campaña con actos en esa ciudad, mientras que Pablo Casado, del PP, y Pablo Iglesias, de Unidas Podemos, hicieron lo propio en Madrid.
Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), un 41% de los votantes está indeciso y decidirá su voto en el epílogo de la campaña.
Los socialistas centraron su discurso en alertar sobre la posibilidad de que la extrema derecha llegue al poder, mientras que Unidas Podemos diseñó una campaña basada en cuestiones sociales, como empleo, pensiones, sanidad o educación. Los partidos de derecha, por su parte, dispararon dardos contra el independentismo catalán y prometieron rebajar los impuestos. Vox. Con un ideario ultranacionalista, antiinmigración y antifeminista, los últimos sondeos daban a esta formación más del 10% de los votos, unos treinta escaños de un total de 350 en la cámara baja, cuando en 2016 apenas cosechó un 0,2%. Cataluña. El intento de secesión de Cataluña monopolizó el tramo final de la campaña, en momentos en que los líderes del procés son enjuiciados por el Tribunal Supremo. Sánchez, que llegó al poder con el respaldo de Podemos, nacionalistas vascos y separatistas catalanes, buscó apaciguar el conflicto e inició una negociación con el presidente regional Quim Torra, que naufragó cuando el presidente se negó a convocar un referéndum y los independentistas votaron en contra de los presupuestos.
La derecha utilizó el conflicto en Cataluña como su gran arma contra Sánchez. Casado lo acusó de “traidor” y de aliarse con “golpistas” y “terroristas”, mientras que Rivera aseguró que echarlo es una “emergencia nacional”. La misma expresión usó el jueves el líder de Vox, Santiago Abascal, en un abarrotado mitin en Valencia, donde llamó a escoger entre “la continuidad histórica de España o el caos y la violencia”.