Perfil (Sabado)

“Roemmers tiene el problema de ser millonario y por eso lo discrimina­n”

- AGUSTIN JAMELE

En París, hace dos semanas, Alejandro Roemmers presentó El regreso del Joven Príncipe, la versión gala de su libro cuyo protagonis­ta es el personaje ya adolescent­e del clásico El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry. Hubo allí dos lanzamient­os, uno de ellos en la embajada argentina, y fue en ese acto donde, según se informó, Alejandro Vaccaro –presidente de la Sociedad Argentina de Escritores– habría propuesto a Roemmers como candidato al Nobel de Literatura. Ya en Buenos Aires y en el marco de la Feria del Libro, Vaccaro habló al respecto con PERFIL.

“No fue tal nominación o postulació­n. Lo que yo hice fue un panegírico; me interrogué a mí mismo y a los presentes sobre por qué se otorgan ciertos Nobel a escritores que a mi juicio –por supuesto arbitrario– no lo merecen y hay otros que sí y no se los han otorgado. El paradigma, sin dudas, es Borges. También me preguntaba qué necesita un escritor para ser galardonad­o con el Nobel. ¿Vender libros? Bueno, Roemmers con El Regreso del Joven Príncipe lleva vendidos 3 millones de ejemplares y está traducido a 32 idiomas, lo que no es una cosa frecuente.

— ¿Qué otras cualidades destacaría de Roemmers como escritor?

—Tiene una obra poética importante. Tiene 61 años pero escribe desde su más temprana juventud así que tiene muchísimos libros publicados. La verdad es que ha crecido mucho como poeta. Roemmes tiene el problema de ser millonario, por eso la discrimina­ción está a la orden del día. Es una cosa que nos pasa a nosotros los argentinos. Todo el mundo dice que vende muchos libros porque es millonario y la verdad es que hay muchos tipos millonario­s que han escrito libros y no le han vendido uno a nadie.

—¿La SADE acompaña su idea de proponer a Roemmers al Nobel de Literatura?

—No se ha hablado aún dentro de la SADE. Pero hay otros miembros de la comisión directiva que apoyarían una posible candidatur­a. Seguro. Diría varios, pero no lo vamos a plantear en este momento sino cuando correspond­a. Yo lo vería con buenos ojos porque sinceramen­te quiero romper con este proceso de discrimina­ción y si la gente se ríe que se ría. Cuando Roemmers está en el ámbito de las empresas dicen que está todo el día con los poemitas. Y cuando está en el mundo de la literatura dicen que publica porque tiene guita. Yo estoy convencido de que no es así porque conozco su obra, lo que ha escrito y la evolución que ha tenido. Eso es incuestion­able.

—¿A quiénes candidateó la SADE para el Nobel otras veces?

—A muchísimas personas: Abelardo Castillo, Ricardo Piglia, Juan Gelman, Osvaldo Bayer... Además en la Academia Sueca siempre nos piden que sean distintos, que no repitamos. También podrían ser César Aira, Claudia Piñeiro, Guillermo Martínez, Felipe Pigna. Hay mucha gente, y la Academia además se ha abierto mucho en este tema. Por ejemplo, se lo otorgaron a Octavio Paz, que es básicament­e un ensayista. En el año 45 se lo dieron a la poetisa chilena Gabriela Mistral, que está bien. A partir de eso cualquiera puede ser candidato; cualquiera que haya consagrado su vida a la literatura, que haya trabajado. Roemmers junta estas caracterís­ticas, tiene trabajos representa­tivos dentro del mundo literario y es un gran lector. Un Nobel absurdo. Alejandro Vaccaro reafirma que la entidad que preside no pone a nadie en carrera por el Nobel de Literatura. “Eso es absurdo. La Academia no va a elegir un premio Nobel porque nosotros lo propongamo­s. Sí hemos mandado muchísimas propuestas. En enero estuve allá y vi, por ejemplo, que está muy promociona­do César Aira. Está muy bien, alguien se ocupa de llevar sus libros a la librería que tiene la Academia. Yo no abro un juicio de valor sobre su obra pero cualquiera puede pensar que no se lo merece o que sí. Son decisiones personales, subjetivas”.

Por esa subjetivid­ad que subraya de manera directa, Vaccaro es tajante en su mirada sobre algunos ganadores del Nobel: “Hemos visto a Bob Dylan ganar el premio cuya relación con la literatura, diría Borges, es misteriosa. Yo he leído un libro donde está ese engendro que escribió que son canciones sin contenido ni sustento. La verdad es que es un desastre. Y es Nobel Aleksandr Solzhenits­yn, cuyo único libro más o menos discreto fue Un día en la vida de Ivan Denísovich. También lo ganó Darío Fo, que es como si acá se lo dieran a Enrique Pinti. ¡Una cosa absurda!”. Dos en uno. Vaccaro explica que este año la Academia Sueca dará dos Nobel de Literatura. En 2018 no lo hizo debido al escándalo de acoso sexual que hubo en el jurado de esa categoría que derivó en que de los 18 miembros que votan renunciaro­n 8, no tenían quórum. “Finalmente llegaron a un acuerdo y darán dos; otro disparate, no es una suma de cosas”, dice.

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FOTOS. CEDOC PERFIL RESPALDO. “Alejandro Roemmers (de lentes) lleva vendidos 3 millones de ejemplares con El regreso del Joven Príncipe”, dice Vaccaro.
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EN LA MIRA. (De izq. a der.) Para Vaccaro, Dylan y Dario Fo no merecen el Nobel. Del argentino César Aira, que no lo recibió, “no abro juicio de valor, cualquiera puede pensar que no lo merece o que sí”, dice.

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