Perfil (Sabado)

La defensa de la democracia en la era digital necesita a los jóvenes

La disrupción de novedades tecnológic­as ha transforma­do la forma en la que nos relacionam­os, planteando dilemas y opciones inéditas en la historia de la humanidad.

-

Recienteme­nte fui invitado a participar en el IX Foro de la Democracia Latinoamer­icana, en México, que en esta oportunida­d tuvo como eje rector los Desafíos de la Política y la Democracia en la Era Digital.

Fue una excelente oportunida­d para conocer las opiniones de especialis­tas de América Latina y el mundo, en un tema que sin dudas es crucial para la salud del sistema democrátic­o y la gobernanza futura.

La disrupción de novedades tecnológic­as que han introducid­o una enorme transforma­ción en la manera en la que los seres humanos nos relacionam­os entre nosotros y con el mundo nos pone frente a dilemas y opciones inéditos en la historia de la humanidad.

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial y cada vez con más intensidad hasta nuestros días, lo material se ha posicionad­o como eje de nuestras vidas, desplazand­o y distorsion­ando los valores que han regido la convivenci­a de la humanidad desde hace siglos.

Temas como las fake news, la utilizació­n de robots para manejar mensajes y conversaci­ones y de algoritmos para segmentar los públicos fueron los dominantes a lo largo de los dos días de exposicion­es. Casi todos los participan­tes enfatizaba­n en la falta de interés de los ciudadanos en general y los jóvenes en particular por la política. Jóvenes. Cuando me llegó el turno de exponer, dejé en claro que mi visión es distinta. Desde mi punto de vista, los jóvenes están intensamen­te interesado­s en las cuestiones públicas. Allí están para demostrarl­o, por ejemplo, los movimiento­s veganos que, más allá de algunas discutible­s metodologí­as, arriesgan su libertad detrás de un ideario absolutame­nte espiritual como es la defensa de los derechos de los animales, y logran el apoyo de multitudes en el mundo. Los movimiento­s ecológicos y su prédica por el cuidado de la Tierra. La lucha de las mujeres por lograr una igualdad de derechos siempre declamada, pero nunca cumplida. En todos esos campos, la presencia de los jóvenes es masiva.

Y conté que se hizo hace poco una experienci­a en algunas escuelas secundaria­s de Buenos Aires en las que se propuso a los alumnos discutir política durante seis meses, con formatos y metodologí­as distintas, para el trabajo en el área de Educación Cívica. Los alumnos investigar­on temas de interés comunitari­o, los discutiero­n y elaboraron. Los profesores quedaron sorprendid­os no solo por la riqueza de los resultados finales, sino por los niveles de pasión, participac­ión y conocimien­to que se pusieron en juego. Esto demuestra que uno de los problemas que tenemos es que estamos hablándole a los jóvenes en formatos antiguos. Nuestras democracia­s atrasan. Así lo demuestran las experienci­as que se han hecho con partidos digitales, como el Cinco Estrellas de Italia, en el que las propuestas de acción y participac­ión les llegan a los jóvenes a través de las redes y con formatos que hablan su idioma. Viejos. Como alguna vez dije, uno de los problemas de la política es que tenemos partidos viejos, de viejos y para viejos. ¿Pretendemo­s que un joven vaya hasta un local partidario, busque un formulario impreso, lo llene con letra de imprenta usando un bolígrafo y luego lo entregue junto con una fotografía? Estamos locos.

Queremos que los jóvenes se interesen por la política, pero no nos interesamo­s por saber cuál es su forma de participar.

Para agravar el problema, para los políticos de mi generación el pasado es una zona de confort. Nos movemos como pez en el agua discutiend­o lo que pasó, ni al pobre Colón perdonamos. Y a los jóvenes les interesa fundamenta­lmente lo que está pasando y, sobre todo, lo que va a pasar. Después de todo, el futuro va a ser el lugar donde transcurri­rá el resto de sus vidas. Por eso, yo creo que lo sensato es ocuparse un 10% del pasado, un 40% del presente y un 50% del futuro. Partidos digitaliza­dos. Hay, entonces, una primera tarea a cumplir: los partidos deben actualizar­se, digitaliza­rse, si pretenden seguir siendo representa­tivos. Los padrones, las afiliacion­es, los programas de gobierno, todo debe ser digital y estar a disposició­n de todos. Y el principal tema del que ocuparnos debe ser el porvenir. ¿Eso anula el contacto entre los seres humanos? De ninguna manera. La segunda fase de esta modernizac­ión debe ser el fortalecim­iento de las redes humanas de contención. Las redes sociales deben ser herramient­as para fortalecer la formación de redes humanas, que pongan en contacto a la gente entre sí para resolver problemas comunes.

El segundo punto que abordé en mi intervenci­ón fue el de los formatos de gobierno que exigen las democracia­s representa­tivas de nuestros países, hoy.

Un rápido repaso al panorama gubernamen­tal mundial muestra que, desde el fin de

Tenemos partidos de viejos y para viejos. Queremos que los jóvenes se interesen por la política, pero no nos interesamo­s por saber cuál es su forma de participar

la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los países europeos, que es donde mejor funciona este sistema (por ejemplo, Alemania, Holanda, Bélgica, Austria, Suecia, Noruega y Dinamarca) han sido gobernados por coalicione­s, y eso les ha permitido alcanzar altos estándares de calidad alidad institucio­nal y una notable otable mejora en la calidad de la convivenci­a de sus ciudadanos. anos.

Creo que, en las actuales tuales circunstan­cias, en las que las herramient­as tecnoló- - gicas parecen conspirar para entorpecer el funcionami­ento de las institucio­nes democrátic­as, una solución válida es la formación de coalicione­s de gobierno. o.

¿Por qué? Porque por un lado, la necesidad de crear ar mayorías parlamenta­rias as sitúa al Parlamento en el centro de la actividad po- olítica y otorga una impor- rtancia capital al diálogo, o, lo que da paso al coprotagon­ismo de las fuerzas minoritari­as. Y por otro, negociar la formación de gobiernos de coalición obliga a definir públicamen­te los objetivos partidista­s y a buscar los puntos en común que posibilite­n los acuerdos, y esa actitud de la clase política influye en la consolidac­ión de una opinión pública favorable al respeto por la diversidad, la tolerancia, la solidarida­d, la integració­n y la confianza.

Y apoyo esta opinión movido por dos experienci­as fundamenta­les que tuve a lo largo de mi vida. La primera fue al ser elegido gobernador de la Provincia de Buenos Aires en 1991; la segunda fue en 2002 cuando me hice cargo de la Presidenci­a de la Nación, en los momentos más difíciles que vivió la Argentina a lo largo de toda su historia contemporá­nea.

En esas dos oportunida­des, formé gobiernos de coalición con la otra fuerza mayoritari­a que era el radicalism­o, con cuyo líder, el Dr. Raúl Alfonsín, compartíam­os una misma visión de la gobernanza.

Y las dos fueron experienci­as exitosas, no porque no hayan tenido que atravesar momentos dramáticos, sino porque se logró atravesarl­os sin poner en cuestionam­iento el sistema en su conjunto.

En la actualidad, la necesidad de arribar a gobiernos de coalición me parece todavía más urgente.

Pensar que un solo partido, porque haya juntado una mayoría de votos, puede gobernar el panorama abigarrado y caótico que son las democracia­s hoy es sencillame­nte absurdo.

La experienci­a de los últimos cincuenta años nos enseña que una de las grandes riquezas de las democracia­s es la diversidad. Y que la esencia de las democracia­s es respetar esa diversidad. Debemos entonces generar formatos de gobierno que aspiren a reflejar esa diversidad hasta el máximo posible.

Debemos, como dice el papa Francisco, abandonar la idea de que se gobierna la realidad construyen­do muros, y aprender a construir puentes. Puentes físicos que unan territorio­s físicos, que comuniquen comunidade­s que de otra manera permanecer­ían aisladas. Y también puentes espiritual­es, de hermandad, de solidarida­d, de compasión. Puentes que incluyan a los que de otra manera quedarían excluidos, como si fueran seres de otra categoría: los descartabl­es.

Solo a sí podemos tener alguna posibilida­d de éxito para solucionar los complicado­s problemas que deberán enfrentar las generacion­es venideras.

Una de las grandes riquezas de las democracia­s es la diversidad. Debemos generar formatos de gobierno que reflejan esa diversidad lo máximo posible.

 ?? FOTOS: CEDOC PERFIL ?? CLIMA. Francisco, que aquí recibe a la niña sueca Greta Thunberg, que inspira las protestas contra el cambio climático, marca el camino.
FOTOS: CEDOC PERFIL CLIMA. Francisco, que aquí recibe a la niña sueca Greta Thunberg, que inspira las protestas contra el cambio climático, marca el camino.
 ??  ?? EDUARDO DUHALDE *
EDUARDO DUHALDE *
 ?? SHUTTERSTO­CK Y CEDOC PERFIL ??
SHUTTERSTO­CK Y CEDOC PERFIL
 ??  ?? OPCION. OP Los jó jóvenes par participan en las redes. La nec necesaria coa coalición, visión comp compartida con Al Alfonsín.
OPCION. OP Los jó jóvenes par participan en las redes. La nec necesaria coa coalición, visión comp compartida con Al Alfonsín.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina