Perfil (Sabado)

DEPRESION: UN MAL QUE LLEGA AL FUTBOL

LA MAYORIA DE LOS CASOS SUCEDE DESPUES DEL RETIRO. AGREMIADOS LANZO UN PROGRAMA DE APOYO Y CONTENCION PSICOLOGIC­A. LOS CASOS MAS EMBLEMATIC­OS. Y COMO LLENAR EL VACIO DEL DIA DESPUES.

- AGUSTIN COLOMBO

Sergio Marchi no pudo entrar. Se había retirado hacía poco y viajó hasta el Bosque para ver a Gimnasia, el club en que había debutado como futbolista profesiona­l. Era la primera vez que volvía a una cancha luego de tomar la decisión de dejar la profesión. “No sé qué me pasó. Pero no pude entrar –dice ahora, sentado en un bar de Constituci­ón–. Me volví a mi casa a las seis de la tarde, como si me hubiese quedado a ver el partido, para que nadie preguntara nada. Gracias a Dios, me ayudó mi familia en ese momento”.

Sobre todo después del retiro, los futbolista­s afrontan un proceso difícil, que muchas veces tiene un síntoma claro: la depresión. Les pasó a Fernando Gamboa, Matías Almeyda, Nelson Vivas y muchísimos más. En otros, como Sergio Batista, la depresión te

nía otro origen: la muerte de su padre, la enorme presión, la adicción a las drogas.

Nadie puede decir que el suicidio de Julio César Toresani, ocurrido el lunes en Santa Fe, puede explicarse de manera lineal. Como cualquier suicidio, las razones son complejas y múltiples. Y el retiro, en el caso de Toresani, ya había quedado lejos: su último equipo como jugador fue Patronato, en 2004. Después de ese final, empezó una carrera como técnico que terminó en Rampla Juniors de Uruguay, del que se fue en febrero de este año peleado casi a las piñas con el presidente. Deprimido por su situación familiar, la separación en malos términos de su pareja y la falta de un trabajo regular, Toresani se suicidó en un hotel de la Liga Santafesin­a de Fútbol, donde una semana antes lo habían encontrado con una sobredosis de psicofárma­cos. Su muerte desató preguntas, reflexione­s y algunas certezas. Acá, en estas páginas, casi siempre hablamos de los que triunfan. ¿Pero qué pasa con el resto? O peor: ¿qué pasa con los que triunfaron y no pudieron sostener el éxito? El abismo. “Cuando dejé de jugar sentí un vacío muy grande. Visité muchos psicólogos. Me mandaron al psiquiatra. Me dormía. Y ahí me dije: ‘Algo hay que cambiar’”, recordó hace poco Nelson Vivas, uno de los jugadores que pudieron poner en palabras el sentimient­o que prevalece cuando llega el final de la carrera profesiona­l.

“Arrancás a los seis años. Le dedicás toda tu niñez, tu adolescenc­ia y tu juventud a un deporte, que luego es un laburo, una profesión. Y a los 35, cuando un médico empieza a ejercer, te vas. Y por más que te vayas bien y que tengas dinero, te falta la profesión. Eso lo añorás. Y te genera un vacío que vas llenándolo con otras cosas: con la contención de tu familia, tus hijos, de un profesiona­l”, le explica Marchi a PERFIL. Por lo que le pasó a él, pero sobre todo por lo que les pasa a muchos futbolista­s que no salen en la televisión, en los portales ni en los diarios, Futbolista­s Argentinos Agremiados lanzó el Programa Social Fondo de Retiro, un reconocimi­ento económico que da el sindicato a los jugadores y “un estímulo para emprender el nuevo camino”. El beneficio, que en América Latina solo existe en Argentina, ya lo cobraron más de 300 ex jugadores.

Fernando Gamboa es uno de los casos más simbólicos de lo difícil que es entrar en ese nuevo camino que empieza con el final de la carrera del futbolista. En 2009 le dijo a El Gráfico que había estado un año debajo de la cama. Literalmen­te debajo de la cama. “El fútbol no te prepara para el día después. Es tanta la vorágine, que se olvida. Vos podés tener al mejor entrenador, al mejor dirigente, pero son los psicólogos los que estudian durante años para arreglar la cabeza de las personas. Para mí son necesarios. Y no solo en

“LE DEDICAS TODA TU NIÑEZ Y JUVENTUD A UN DEPORTE, A UNA PROFESION. Y A LOS 35 TE VAS.”

el fútbol juvenil. A mí se me produjo un vacío enorme en el corazón que no podía llenar con nada, tenía la sensación de que se terminaba de un día para el otro todo lo que sabía hacer y para lo que me había preparado desde los 5 años”, contó Gamboa, hoy técnico de Nacional de Paraguay.

No por casualidad, Gamboa es uno de los pocos jugadores de aquel Newell’s glorioso que dirigía Marcelo Bielsa con los que habla Julio Zamora. El Negro, que sufrió dos ACV en 2017, que debió vender su casa para pagar la rehabilita­ción, que tiene una casa de comidas en Cochabamba, Bolivia, junto a su señora, quiere impulsar un proyecto de ley. La muerte de Toresani reforzó su deseo de asegurar la contención y el apoyo profesiona­l a ex deportista­s que atraviesan crisis, sean económicas o relacionad­as con la salud mental.

El sindicato de futbolista­s, cuenta Marchi, asegura un apoyo psicológic­o y psiquiátri­co a futbolista­s, ex futbolista­s e incluso sus familiares, que también deben adaptarse a un sustancial cambio de vida.

La hija de Matías Almeyda dibujó al ídolo de River y de la selección argentina como un león, pero no como el león de las películas o el que concebían los hinchas. Lo dibujó viejo, sin pelos, sin dientes. Ese dibujo, contó Almeyda a La Garganta Poderosa en 2013, le cambió la vida. “Llegó un momento en el que no podía más, no tenía fuerzas para levantarme de la cama. Y en esa mejora, mi señora fue clave, para que cambiara mi forma de ser. El dibujo de mi hija y la preocupaci­ón de toda mi familia, de los que están en los momentos buenos y malos, me llevaron a hablar con una psicóloga”, contó Matías. Su camino, ahora con escala en Estados Unidos, casi todos lo conocen. El de muchos otros, no.

LA CARTA DEL HIJO A TORESANI

Lautaro, uno de los hijos de Julio Toresani, publicó ayer en su cuenta de Instagram una despedida: “Sabés algo, viejo? Cada vez que me acuesto a dormir, siento que me abrazás como cuando era chico, ¿te acordás que me cruzaba todas las noches a tu habitación en silencio porque mamá me sacaba cagando, y vos me hacías un lugar? Ese abrazo lo sigo sintiendo, te sigo sintiendo, papi”, escribió. Y agregó: “Siempre te defendí cuando te pegaban injustamen­te. Cada cosa que decían de vos es como si me la decían a mí. Siempre me decías que la vida sigue, que hay que disfrutarl­a, así que te juro que sé que no lo quisiste hacer, te juro que lo sé. Eras un loco, pero hermoso. ¿Viste toda la gente que te fue a despedir? A mí sinceramen­te no me sorprendió, eso te lo ganaste por ser vos, por ser un hombre noble, fiel, que siempre defendía y cuidaba a

los suyos”.

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 ??  ?? CASOS. El suicidio de Toresani conmocionó al ambiente. Gamboa y Almeyda sufrieron el posretiro.
CASOS. El suicidio de Toresani conmocionó al ambiente. Gamboa y Almeyda sufrieron el posretiro.
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