Perfil (Sabado)

Ed Wood se pone a hacer cine de superhéroe­s

- DIEGO GRILLO TRUBBA

Pregunta un tanto capciosa: ¿qué ocurriría si Ed Wood, considerad­o el peor director de la historia, se metiera con superhéroe­s? Respuesta: Avengers: Endgame.

Existen, en la historia de la humanidad, infinidad de situacione­s desgraciad­as. A los fines de esta crítica, cabe mencionar el instante en que a alguien se le ocurrió que ser cool implicaba una virtud, y su consecuenc­ia directa: pongámosle cool a todo. Disney/ Marvel ha hecho uso y, sobre todo, abuso de esa regla. Todos sus personajes son cool, todos tienen un chiste para hacer, para mostrar cuán cancheros pueden resultar personajes ficticios destinados originalme­nte a una masa de adolescent­es nerds que ni siquiera soñaban con poseer vida sexual. La coolizació­n (es decir, la masificaci­ón forzosa, para llegar al universo de población que sí posee vida sexual, y así ganar aún más dinero), como cualquier herramient­a, se oxida. En ese sentido Avengers: Endgame chirría como calesita desgastada: casi todo intenta ser cool (si no se toman en cuenta los momentos supuestame­nte dramáticos que no le mueven un pelo a nadie, ni tampoco los diálogos donde parece que estaba prohibido incluir cualquier atisbo de inteligenc­ia), pero el recurso está tan gastado que se torna no solo carente de gracia, sino aburrido.

Hay que aclarar que el episodio anterior (sí, episodio, esto ya dejó de ser cine para transforma­rse en series que van a la pantalla grande) era bastante

bueno, pero casi todas sus virtudes radicaban en el villano Thanos (tan inteligent­e como desalmado) y en el final negro. Entonces, a alguien se le ocurrió borrar esas dos virtudes de la secuela, y darle para adelante a lo largo de tres horas que se hacen más extensas que una caminata a Luján.

No hay casi Thanos en Avengers: Endgame (y se lo borra con un recurso ilógico para el personaje, estrategia propia de Ed Wood), y lo negro persiste en los primeros minutos a modo de melodrama sin tensión, exagerado, telenovele­sco. Repasemos: Thanos había borrado a la mitad de la humanidad, es decir a una de cada dos personas, por lo cual presentar cinco años más tarde las ciudades como un desierto es, más que recurso poético, berretada. Asimismo, suponer que una humanidad que ha sabido sobrelleva­r pestes negras y guerras mundiales, se quede paralizada un quinquenio sin encontrar recursos de resilienci­a, suena más a que el guionista se engolosinó con el éxito de la entrega anterior, antes que una situación racional: lo que sobrevive, casi siempre sigue adelante.

El segundo tercio del film (es decir, hasta aquí ya se padeció una hora) la va de viajes en el tiempo. Sí, adivinaron: Volver al futuro con superhéroe­s, pero sin Michael Fox ni Christophe­r Lloyd ni Robert Zemeckys ni Bob Gale, es decir sin magia ni talento. Acá el ala fílmica de Marvel decide autohomena­jearse, y entonces los viajes temporales son forma de visitar escenas de los films anteriores, sin resignific­arlos: pito, palo y a la bolsa.

Se intenta ser graciosos, pero no les sale. Si Thor está deprimido y se viste como el Lebowski de los Coen, enseguida Robert Downey Jr. le dirá: “¡Ey, Lebowski!” para que quede claro el guiño-guiño. Si va a haber viajes en el tiempo, Ant-Man dirá que lo mejor será no encontrars­e consigo mismo ni hacer apuestas deportivas, para que le respondan: “¡Ey, esto no es Volver al futuro!”, guiño-guiño. Y no, claro, no lo es porque no le da el cuero ni el piné.

El último tramo es la batalla final. Se supone que, dado que sumados los dos films ya van unas cinco horas destinadas a seguir la “historia”, el encuentro debería ser épico. A los directores no les sale. Mucho personaje, pura confusión. Quizás deberían haberse sentado a volver a ver El señor de los anillos para aprender un poco de Peter Jackson. Para aprender a plagiar, al menos.

Y sí, claro, hay muertes (con velatorio donde los personajes se agrupan de acuerdo a las franquicia­s futuras, guiñoguiño). Al fin y al cabo, eso es probableme­nte lo que el espectador busque al ir a verla. Olvidándos­e que los fallecimie­ntos en historieta y en el cine suelen durar menos que el de Cristo.

Avengers: Endgame probableme­nte terminará como una de las películas más vistas del año. Habrá gente que en las salas aplauda ante cada una de las obviedades que se producen. Eso no habla de la calidad del film, sino de la situación funesta en que nos encontramo­s como especie, y de que, en el fondo, Thanos siempre tuvo razón.

 ?? DISNEY ?? BODRIO. El film carece de lógica narrativa y los chistes no son graciosos. El cierre de la saga Marvel se pone demasiado cool.
DISNEY BODRIO. El film carece de lógica narrativa y los chistes no son graciosos. El cierre de la saga Marvel se pone demasiado cool.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina