EL MAR ARABIGO EN PORTUGUES
En la costa oeste de India, el estado de Goa alguna vez recibió el nombre de “Roma de Oriente”. Con playas increíbles y numerosos palacios y mercados, es un destino atípico en un país asiático. Allí todo es relajado, la comida sabrosa y los topónimos, en portugués.
El estado de Goa, que ocupa una pequeña franja en la costa oeste del país, es donde los residentes de Mumbai, Delhi, Bangalore y otras ciudades convergen para pasar largos fines de semana y vacaciones perezosas llenas de sol y arena. Actualmente, las playas lucen como si hubieran sido colonizadas por miles de hippies y extranjeros, pero la conexión europea de la región data hace siglos. Los portugueses vencieron a la dinastía Adil Shahi de Bijapur en 1510, el año en que comenzó un reino de cuatro siglos y medio. Goa no se volvió parte de India sino hasta 1961, catorce años después de que el resto del país obtuviera su independencia del Reino Unido. El resultado de esta mezcolanza de culturas es una de las regiones más fascinantes de India, definida por un ritmo y una actitud relajadas. Quizás no hay mejor manera de describir la vibra en Goa que con la palabra “susegaad”, un término en el idioma konkani derivado del portugués que alude al estilo de vida sibarita y satisfecho.
Día 1. Paseo eclesiástico
Alquile un auto con chofer y disfrute de la historia en Goa Velha (Vieja Goa), la ciudad portuguesa amurallada original que alguna vez se describió como la “Roma de Oriente”. Los católicos goanos forman un tercio de la población actual del estado, y su influencia se siente en cada esquina. Puede ver dónde comenzó todo en Goa Velha, en lugares como la Basílica de Bom Jesus del si siglo XVII; la c catedral Se, la mayor iglesia católica construida por los portugueses en Asia, con su distintivo c campanario in individual (un relámpago destruyó el otro en 1776 y jamás la reconstruyeron); y la iglesia de la Señora del Monte, que tiene extensas vistas por encima del río Mandovi. Cuando la plaga diezmó a la Vieja Goa en el siglo XIX, la capital se trasladó unos kilómetros al oeste a Noa Goa, o Nueva Goa, ahora conocida como Panaji o Panjim, la capital. Ahí encontrará la iglesia enjalbegada de la Inmaculada Concepción, originalmente construida en 1600, con escalones en zigzag, inspirada en el edificio
de Bom Jesus do Monte en Braga, Portugal. Recorra Fontainhas, el colorido barrio latino, donde encontrará casas viejas pintadas de color anaranjado, azul turquesa y verde esmeralda, así como fuentes y muchísimos azulejos portugueses pintados a mano. Instagram se creó para capturar vecindarios como éste. Sacha Mendes era editora de moda de las ediciones indias de Elle y GQ en Mumbai antes de regresar a Goa, donde abrió Sacha’s Shop en Panaji. “Cuando vienes de un lugar como Goa que es tan puro, te preguntas qué hay allá afuera; después sales y sientes nostalgia”, dijo acerca de lo que inspiró su regreso. Ahora, en la elegante mansión construida en 1938 en el centro de Panjim donde creció –las habitaciones fueron decoradas de manera encantadora por su abuelo con azulejos y antigüedades importadas de Macao y otras colonias portuguesas– trae el “exterior” a Goa. En el local encontrará marcas indias como Savio Jon, Naushad Ali, y 11.11; bolsos y acce accesorios adornados con espejitos; y aceites dermatológicos derm de hueso hue de albaricoque y exf exfoliantes de la marca loc local Pahadi. Quizás Ko Kokni Kanteen no pa parezca gran cosa de desde afuera, pero este re restaurante, basado en los khanavats, o tabe tabernas, de la época portuguesa, portu es cálido y acogedo acogedor por dentro: hay fotos viejas, e estantes con especias, racimos de pimientos, ajos y cebollas colgados en las paredes. Pida el pescado thali,
un plato colmado de mariscos, el cafreal de pollo con cilantro o un xacuti de cordero. No se pierda las papas fritas espolvoreadas de comino. La cena para dos cuesta cerca de 1.500 rupias (US$ 21 dólares). En la zona central de Panaji, el Black Sheep Bistro es un lugar elegante para tomar un trago en la noche. Pruebe las ginebras caseras con ingredientes como la cúrcuma, el cilantro y el anís estrellado, en cócteles creativos como el Paan (290 rupias).
Día 2. Playas y platos birmanos
Antes de ir a las playas del norte de Goa, haga una parada para desayunar en Baba Au Rhum en Anjuna, una cafetería bohemia que encontrará por el camino. Tome asiento en el patio frondoso y pida un café vietnamita (130 rupias). Goa cuenta con una gran extensión territorial, así que, si no tiene mucho tiempo, deberá elegir entre pasarlo en el norte o en el sur. Hablando de manera general, el sur está más apartado, es tranquilo y con menos servicios turísticos. Si quiere playas bulliciosas, vida nocturna y muchos restaurantes, vaya al norte. Encontrará en la playa Arambol una onda hippie con gente tocando tambores en círculos; Ashwem y Morjem son lugares de moda; Vagator se conoce por sus acantilados y caletas rocosas; y el hermoso Mandrem tiene un corredor destartalado encima de un riachuelo. Pase el día recorriendo las playas por todo el norte de Goa o elija un tramo arenoso y descanse ahí. Bawmra Jap llegó a Goa hace casi 15 años, y su moderno restaurante birmano, Bomra’s, en Candolim, desde entonces se ha convertido en una institución; a menudo se topará con su nombre en las listas de los mejores restaurantes de India. Aunque está en una carretera concurrida, el patio espacioso lleno de arte contemporáneo es un oasis relajante que lo aleja del ruido. La comida merece todos los galardones que ha obtenido: el lah-pet toke (ensalada de hoja de té encurtida), la ensalada de carne cruda con albahaca, menta y cilandro, el cangrejo al vapor con chile y la crème brûlée de limoncello con jengibre son maravillosos. Gastará alrededor de 2.500 rupias (US$ 36) para dos personas; Bomra’s permanece cerrado durante la temporada de monzón (desde mayo a hasta septiembre). Ubicado en una vistosa mansión portuguesa color azul de 130 años de antigüedad en el vecindario montañoso de Panaji, el Centro Sunaparanta Goa para las Artes alberga una serie siempre cambiante de exposiciones de arte o fotografía, una conferencia o una presentación musical, que a veces continúa hasta la noche en el encantador jardín del chalet. Puede tomar un café o comer crêpes en la cafetería Bodega. No muy lejos de la playa Miramar, un lugar popular entre las familias de lugareños que bajan en masa para ver el atardecer, la impecable Mum’s Kitchen sirve platos goanos audaces. Durante más de dos décadas, los propietarios han aprovechado las recetas de las madres hindúes y católicas de Goa para crear un menú auténtico de sungtachem periperi (langostinos), recheiado de panfleto (reineta rellena de masala rojo) y carne con pimienta y ajo. Equilibre las especias pidiendo chourico pao, un pan local con salchicha. La cena para dos ronda 2.200 rupias.
Día 3. Almuerzo bistró
La aldea de pronto moderna y alguna vez somnolienta de Assagao es el hogar de Villa Blanche Bistró, donde se sirven desayunos todo el día –waffles, huevos griegos revueltos, tofu revuelto con frituras de camote y chiles– así como platos alemanes como el jamón Black Forest importado (un toque del propietario alemán), y muchas opciones veganas y libres de gluten. Sin embargo, la principal atracción de fin de semana es el suntuoso buffet dominical del almuerzo, con salchichas, ensaladas y mucho más. Disfrútelo en un patio alegre con mesas de azulejos y los cojines eclécticos.