PASADO Y FUTURO
—¿Cómo te llevás con éxitos como Puerto Po
llensa, de 1981, que te han consagrado y son creaciones de varias décadas atrás? —También me pasa con Quereme, tengo frío: siempre me la piden y tengo que hacerla, a pesar de que fue grabada en el primer disco mío, en el año 74, y después formó parte de aquella historia de Piel naranja, una novela que hice en el 75. Los 70 se me vinieron encima de golpe, me siguen acompañando; aunque yo no quiera me obligan a estar, ¿no? Lo mismo me pasa con Soles, que también es un tema que ha pegado mucho en la gente, y sigue siendo necesario. —¿Qué posición tenés sobre las transformaciones en torno a la mujer, del presente, y con perspectiva hacia el futuro? —En Solita y sola, el muñeco [representa] todas las instituciones, no es solamente padre y madre; es la escuela, la Iglesia, son las instituciones que van fijando sus mandatos y que influyen tanto, sobre todo ese patriarcado que ahora queremos sacar un poco de encima, para que nos dejen un poco más de espacio a las mujeres. Estamos en el comienzo del proceso, recién ahora empieza a moverse, felizmente. Yo hace mucho que vengo deseando que esto suceda. Por suerte, me encuentra viva todavía como para ver los primeros coletazos, y muy feliz con este nuevo paradigma del movimiento feminista. Me encanta. He ido a alguna marcha, pero ya no mucho: no puedo moverme, porque tengo problemas físicos que me lo impiden, [pero] publico en las redes y adhiero permanentemente a las cosas que adhiero.