El juez sigue cosechando enemigos en el oficialismo
Los detractores internos que cosechó Ricardo Lorenzetti en el oficialismo se multiplicaron en los últimos dos años. A medida de que el magistrado fue cobrando mala reputación entre los principales dirigentes de Cambiemos, fue sumando voces en su contra.
Los diversos fallos que molestaron a la Casa Rosada, sus anticipos erróneos (adrede o no) en sus diálogos reservados con el presidente Mauricio Macri mientras él mismo presidía la Corte, y su cercanía a ciertos miembros del Poder Judicial, en especial en Comodoro Py, pusieron en guardia al Gobierno.
Entre sus enemigos históricos, la número uno es la diputada de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, quien viene intentando destituirlo con la presentación de un juicio político producto –a su juicio– de diversas irregularidades y cruces de empresas con cooperativas. Pero en septiembre del año pasado ya había ampliado el pedido de juicio político que pidió en 2017. Fue en abril de ese año que solicitó que sea removido por “mal desempeño en el ejercicio de sus funciones y eventuales delitos”. El proyecto nunca avanzó en el Congreso ni en la Justicia. Pero Lilita le atribuye ser el impulsor de la “mayoría peronista” y de los fallos que no cayeron nada bien en Casa Rosada.
L os “lilitos” como Paula Oliveto, Juan Manuel López o Mariana Zuvic también han criticado muy duramente a Lorenzetti por el manejo que ha llevado de los fondos de la Corte durante los años que presidió el máximo tribunal. Incluso apuntaron a funcionarios judiciales cercanos a él por presuntas irregularidades y discrecionalidad en el reparto de los fondos de la Justicia.
A ella se le suma un sector de la “mesa jurídica” del presidente Macri encabezado por José Torello, jefe de los asesores de Presidencia, y el abogado Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, quienes no ven con buenos ojos el desempeño de Lorenzetti en la Corte.
Otra funcionaria que también lo tiene entre ceja y ceja al rafealino es Laura Alonso, la titular de la Oficina Anticorrupción, quien además suele expresar su desagrado por cómo llevó adelante el máximo tribunal durante más de diez años y le adjudica un vínculo muy cercano a los jueces federales de Comodoro Py y sus permanentes vaivenes con el gobierno nacional.