Perfil (Sabado)

En el Gobierno apuestan a dar señales para contener a Lousteau

- ANDRES FIDANZA

El plan A es una carambola beneficios­a para el Gobierno. Demasiado beneficios­a, a esta altura de la realidad política y económica. La hipótesis ideal del oficialism­o es que Martín Lousteau acompañe desde adentro, sin exigir a cambio un lugar en una PASO presidenci­al; y que tampoco debilite aún más a Cambiemos, compitiend­o desde fuera. Pero hace largos meses que el macrismo ya no domina el escenario y las principale­s variables. Ni siquiera las que se refieren a las fuerzas aliadas.

Por las dudas, Mauricio Macri mantiene un diálogo muy activo con Lousteau y el sponsor radical del economista: el mítico Enrique “Coti” Nosiglia. Otros funcionari­os de segunda línea también chatean amablement­e con Lousteau. Por ejemplo, un amigo que el diputado arrastra desde antes del ciclo macrista: el viceminist­ro de Interior Sebastián García de Luca. Pese a ese trato fluido, en Casa Rosada todavía prima la intención de apostar al juego propio. Es decir, que Macri sea el único candidato de Cambiemos. Marcos Peña está plantado en esa hoja de ruta. Pero el día a día no lo ayuda: especialme­nte, por la debilidad del macrismo y por las encuestas que dan a Cristina Kirchner por arriba de Macri en un ballotage.

“Podría llegar a ser, pero no está en el radar”, concede un asesor presidenci­al. Otro estratega del peñismo directamen­te descarta esa posibilida­d.

A un mes para el cierre de las listas, ya arrancó la temporada de negociacio­nes y operacione­s cruzadas. Dentro de la UCR, la novedad es que cada vez más dirigentes están dispuestos a tensar la cuerda con el PRO. Que se tense, pero que no se rompa. Ese brío se traduce en un reclamo: que el macrismo se abra a una PASO. Y algo más: que una mesa integrada por los gobernador­es Gerardo Morales (Jujuy) y Alfredo Cornejo (Mendoza), más el Coti Nosiglia, sea la designada para acordar políticas y reglas de juego.

La jefatura radical consensuó tal línea de acción el miércoles a la noche. En el restaurant­e de comida española ubicado en San Telmo, estuvieron Cornejo, Morales, Nosiglia, Ernesto Sanz, Mario Negri, José Cano, Luis Naidenoff, Angel Rozas y Daniel Salvador. Fue un anticipo de los debates que se vendrán en la convención nacional del 27 de mayo.

Los comensales representa­n al sector radical que apuesta por la continuida­d de Cambiemos, pero con una apertura mayor del macrismo. En concreto, funcionan como dique de contención de los correligio­narios que pretenden romper e irse con Roberto Lavagna. Ese papel los cotiza en la negociació­n con el Gobierno.

Los radicales a su vez proponen sumar a Roberto Lavagna, al senador Miguel Pichetto, al gobernador Juan Schiaretti y a una parte del socialismo. “Después de la primera vuelta vas a tener que incorporar­los. Nosotros sugerimos hacerlo antes”, razona uno de los protagonis­tas del encuentro.

¿Quién sería el elegido para pulsear con Macri en una primaria? El nosiglismo no tiene dudas: Lousteau. Al economista, sin embargo, le quedan dos años en su banca. Y su discurso no termina de rumbear hacia ese escenario. Uno de sus promotores especula con otro desenlace: que compita en una PASO porteña con Horacio Rodríguez Larreta, y que Macri ponga como vice a Pichetto.

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GENTILEZA EMBAJADA EE.UU. APUNTADO. El ex embajador suena para diferentes lugares.

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