Una tercera denuncia por abuso contra Mosca podría hacerse pública en los próximos días
A las dos denuncias por abuso sexual ya presentadas pronto se les podría sumar otro caso: el de una militante que todavía no se animó a dar el paso ante la Justicia. Así, la situación del presidente de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, Manuel Mosca, con licencia desde la semana pasada, entró en una zona de la que es difícil volver atrás. El 29 de abril pasado, el dirigente del vidalismo pidió y consiguió una licencia por sesenta días. Desde ese momento, Mosca optó por la estrategia de mantener un perfil bajísimo.
Las dos primeras acusaciones contra el legislador ya llegaron a los medios y fueron presentadas ante la Justicia. Además, la gobernadora María Eugenia Vidal y el jefe de gabinete Marcos Peña avalaron el avance de las denuncias contra el esposo de la senadora Gladys González. Mientras, un grupo de dirigentes macristas alienta a otras chicas del PRO para que no tengan miedo de contar sus experiencias porque existe al menos una joven con cargo público que dice haber sufrido un abuso por parte de Mosca, similar a los ya denunciados.
Al momento, dos militantes del macrismo contaron sus historias ante la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. De ahí fueron derivadas a los juzgados correspondientes a donde sucedieron los hechos: Mar del Plata y Capital. La primera presentación fue el sábado 27 de abril. Según el relato de la presunta víctima, en 2015 Mosca pasó a buscarla en su auto para ir a una actividad partidaria. La recibió con los pantalones bajos y la obligó a tocarlo.
La segunda acusación se formalizó el 7 de mayo pasado. Además de acosos y abusos sexuales, las dos mujeres hablaron de situaciones de maltrato y degradación. Ambas están en contacto. Y a su vez tienen línea permanente con el grupo de dirigentes que las acompañaron durante la exposición ante la Justicia. Se trata de la jefa de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, la diputada Silvia Lospennato, el secretario de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, y el director del Instituto Nacional de la Juventud, Pedro Robledo. De una charla en el grupo de WhatsApp que comparten surgió la iniciativa de juntarse con la primera de las denunciantes. Después de escucharla, Alonso incluso habló en persona con Vidal al respecto. Avelluto fue el encargado de contárselo a Peña.
Antes de que esa tribu interna del oficialismo se interesara por el relato de las chicas, una de las militantes había intentado sin éxito que la escucharan dentro del PRO. Al menos eso fue lo que aseguró.
El 29 de abril, por su parte, Mosca se apersonó en la fiscalía de Alvaro Garganta. Fue un intento de cubrirse, cuando los rumores sobre presentaciones en su contra ya eran un secreto a voces. Ahí le pidió al fiscal que investigara un supuesto intento de extorsión. Y negó la veracidad de las versiones que ya circulaban.
Hace una semana, los diputados bonaerenses aprobaron el pedido de licencia por sesenta días que había solicitado Mosca a fines de abril. En su lugar asumió la vicepresidenta del cuerpo, Marisol Merquel, vinculada a los intendentes peronistas del Conurbano. El kirchnerista Carlos “Cuto” Moreno subió entonces al puesto de segundo dentro de la Cámara. De concretarse la tercera denuncia en los próximos días, la delicada situación de Mosca podría volverse aún más frágil.