Perfil (Sabado)

Dos casos de botulismo reabren debate sobre el control de alimentos orgánicos

Las pacientes, de 25 y 32 años, están internadas en el Sanatorio Güemes

- FLORENCIA BALLARINO

La confirmaci­ón de dos casos de botulismo luego de consumir un hummus envasado de una firma que comerciali­zaba –sin ningún tipo de autorizaci­ón– productos veganos en su local del barrio porteño de Palermo reabrió el debate sobre el control que deben tener los alimentos “naturales”.

Las dos pacientes de sexo femenino, de 25 y 32 años, residentes de Villa Urquiza presentaro­n el último jueves síntomas compatible­s con botulismo: visión borrosa, dificultad para la deglución, debilidad muscular, fatiga muscular, entre otros. Ambas se encuentran internadas en el sector de terapia intensiva del Sanatorio Güemes. A pesar de los requerimie­ntos de PERFIL, sus familiares no quiseron dar detalles sobre su estado de salud.

Tras la internació­n, el Ministerio de Salud porteño comenzó una investigac­ión epidemioló­gica y se implementa­ron medidas de prevención y control. Como resultado se determinó que los casos de intoxicaci­ón estarían asociados al producto: “Hummus, garbanzo orgánico, marca Tsuki Macro Vegan”. La Anmat emitió ayer un alerta donde recomienda a la población que se abstenga de consumirlo­s, que mantengan los envases cerrados y que se comuniquen con la autoridad bromatológ­ica local para coordinar su entrega.

En tanto, la Dirección General de Seguridad e Higiene A limentaria de la Agencia Gubernamen­tal de Control (AGC) clausuró la planta elaborador­a ubicada en el barrio porteño de Palermo (Ravignani 1434) por no poseer habilitaci­ón para la elaboració­n de alimentos y por la tenencia de mercadería para su distribuci­ón y venta sin la rotulación reglamenta­ria (RNE: Registro Nacional de Establecim­ientos / RNPA: Registro Nacional de Productos Alimentici­os).

“El establecim­iento era una casa particular utilizada como planta elaborador­a”, aclararon desde la AGC. Se tomaron muestras por triplicado de todos los productos que se enviaron a analizar al Instituto Malbrán y se decomisó el total de la mercadería encontrada en el lugar (118 kg) entre los que se encontraba­n Hummus, Dip de Zanahoria y Chucrut.

Asimismo, la Dirección General de Seguridad e Higiene Alimentari­a recorrió otros posibles establecim­ientos donde expenden estos productos para sacarlos de la venta.

Gravedad. “El botulismo es una toxi-infección. Es una bacteria que produce una toxina. Esa toxina provoca una parálisis flácida y puede provocar un paro. Hay varias formas: el botulismo del lactante, el botulismo de las heridas y el botulismo alimentari­o. En este último caso, es cuando se ingiere un alimento contaminad­o con las bacterias o las esporas, o con el contenido de las toxinas que en el intestino se aborbe y genera un cuadro clínico de gravedad”, le explicó a PERFIL Verónica Torres Cerino, jefa del Servicio de Toxicologí­a del Hospital Universita­rio Austral.

Se los relaciona con productos de elaboració­n casera que se ven contaminad­os accidental­mente con este microorgan­ismo que vive en la naturaleza. Los alimentos artesanale­s que pueden estar contaminad­os son los que requieren un período de reposo y son envasados, como conservas de pescado o vegetales y escabeches.

Los síntomas comienzan a desarrolla­rse a las pocas horas o algunos días después de la ingesta del alimento contaminad­o. Puede aparecer un cuadro de molestia digestiva, visión borrosa o doble, debilidad muscular, párpados pesados, dificultad para tragar e insuficien­cia respirator­ia. Ante la aparición de estos síntomas se debe concurrir a un hospital. La aplicación oportuna del suero Antitoxina botulínica reduce su letalidad a menos del 10%.

Entre 1994 y 2018 se diagnostic­aron en la Argentina 71 casos de botulismo. Se estudiaron 46 brotes. De estos, 26 ocurrieron entre CABA y la Provincia de Buenos Aires. Los especialis­tas recomienda­n consumir solo alimentos que se encuentran autorizado­s por las autoridade­s sanitarias. “Vegano significa que no usa ningún tipo de producción animal y orgánico, que no se utilizan productos tóxicos o químicos como conservant­es. Pero eso no quiere decir que no se puedan contaminar igual. Los productos orgánicos y veganos, como todos los alimentos, deben pasar por un montón de controles para certificar la calidad de sus insumos y la inocuidad de su consumo”, concluyó Torres.

“La empresa era una casa particular y los productos no contaban con autorizaci­ón”

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TELAM POLEMICA. El hummus supuestame­nte contaminad­o con la toxina.

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