Acusan de homicidio a cuatro policías por la masacre de los chicos
La jueza que interviene en el caso imputo por “homicido doblemente calificado” a cuatro de los efectivos que habrían participado de la persecucion. Un informe de balística confirmo que dos de ellos dispararon.
La causa que investiga el accionar de la cuadrilla de la Policía Bonaerense, que este lunes persiguió y disparó contra el auto en el que viajaban cinco jóvenes en San Mig uel del Monte, estaría prácticamente esclarecida. Es que los peritajes realizados a las armas reglamentarias de los dos efectivos involucrados confirmaron lo que para todos era un secreto a voces: que desde dos de ellas provinieron los disparos que impactaron contra el Fiat Spazio que terminó estrellándose contra un camión, dejando un saldo trágico de cuatro muertos y un herido grave. Además, los investigadores pudieron determinar que tres móviles participaron de la persecución y que hubo al menos dos líneas de fuego.
La jueza de garantías de La
Otros tres agentes fueron acusados por “encubrimiento y falsedad ideológica”
Plata, Marcela Garmendia, entendió que son suficientes las pruebas recolectadas hasta el momento y resolvió imputarles, a cuatro de los ocho detenidos, el delito de “homicidio doblemente calificado” y a los restantes “encubrimiento y falsedad ideológica”.
Los más complicados son el capitán Rubén Alberto García, los oficiales Leonardo Ecilape y Manuel Monreal, y el subayudante Mariano Ibáñez. Para los investigadores, Ecilape y García son los ocupantes de la camioneta que aparece en los videos persiguiendo al coche en el que viajaban Camila López (13), Danilo Sansone (13), Carlos Aníbal Suárez (22), Gonzalo Domínguez (14) y Rocío Guagliarello (13), la única sobreviviente (ver aparte).
El primero de los efectivos manejaba y el otro sería el que presuntamente se asoma por la ventanilla y dispara contra el auto.
Los otros dos agentes involucrados directamente en el ataque habrían participado de la persecución a bordo de otro móvil policial.
Los detectives sospechan que tres patrulleros intervinieron en la búsqueda y persecución del Fiat 147, y que hubo al menos dos líneas de fuego.
Las armas de los ocho efectivos detenidos fueron incautadas y peritadas con el proyectil que hirió a una de las víctimas y las cuatro vainas que fueron secuestradas por los investigadores. En el informe preliminar de balística se pudo determinar que las balas salieron de dos de las pistolas reglamentarias de los involucrados.
Por “encubrimiento y falsedad ideológica” fueron imputados el subinspector José Alfredo Domínguez, los oficiales Cristian Righero, Juan Gutiérrez y Melina Bianco.
Lo que todavía no está claro es por qué los efectivos iniciaron la persecución del auto. Si fue porque el conductor no acató la voz de alto o porque el chico que manejaba estaba
siendo extorsionado por los efectivos, como denunciaron sus familiares. “Hay aristas de gravedad que demuestran que hay algo más complejo detrás del hecho”, aseguró la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, dando a entender que no se trató de un simple seguimiento policial.
Pistas falsas. Un dato que llamó la atención de los pesquisas, y que deja en evidencia que los efectivos intentaron desviar la investigación, es que las armas que entregaron los acusados tenían los cargadores completos, como si ninguno hubiese disparado.
“Tenemos virtual mente concentrada toda la prueba en la primera etapa histórica cronológica y creemos que está acreditado que las muertes se produjeron por una fuerte colisión del automóvil con un acoplado y esa colisión, a su vez, fue producida por la des estabilización del auto que se generó por la persecución de un móvil policial y los disparos que se produjeron”, explicó el procurador general bonaerense, Julio Conte Grand.
“Uno de los cuerpos tiene un orificio de ingreso de proyectil calibre 9 milímetros y ese proyectil se corresponde con el arma de uno de los efectivos que estaba dentro del móvil y que está detenido”, amplió y agregó: “Se encontraron cuatro casquillos de bala que se corresponden con el arma de otro de los efectivos. Las armas fueron entregadas y todas tenían los cargadores completos, lo que indica un comportamiento claramente disuasorio por parte de los policías”.
Para el jefe de los fiscales se acreditó que del hecho “participaron otros dos móviles” y que en la etapa posterior hubo “intento de encubrimiento” policial, motivo por el cual fueron desplazados de sus funciones y ocho de ellos detenidos.
Por su parte, el fiscal general de La Plata Héctor Vogliolo habló de las maniobras de encubrimiento y aseguró que “tuvieron la exclusiva responsabilidad del personal” de la comisaría de San Miguel del Monte.
Vogl iolo deta l ló que los efectivos involucrados hicieron figurar a uno de los móviles que participó del hecho en Tres Arroyos, lo que se determinó que no fue así tras un rastreo por satélite,
“Fue un acto de locura”, expresó el fiscal sobre el hecho, tras lo cual confirmó que en la escena de la persecución y choque se encontraron “cuatro casquillos de bala que tienen relación con las armas secuestradas” y “el proyectil encontrado en el glúteo de una de las víctimas, que se corresponde también con un calibre 9 milímetros de una de las armas secuestradas”.
Fuera de servicio. Hasta el momento 15 efectivos –entre ellos los ocho detenidos– fueron separados preventivamente de la fuerza por decisión de la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de Buenos Aires, a cargo de Guillermo Berra. El teniente primero Héctor Enrique Angel y el jefe de calle, de apellido Durán, se sumaron a la lista en las últimas horas ante la sospecha de que encubrieron al resto de los acusados. Lo mismo pasó con la subayudante Melina Bianco.
El hecho ocurrió en la madrugada del lunes pasado. Camila, Danilo, Carlos y Gonzalo fallecieron cuando el auto Fiat Spazio en el que se trasladaban chocó con un acoplado sobre la Ruta 3 mientras era perseguido y baleado por la policía.
El auto se partió en dos pedazos desparramados a lo largo de unos 80 metros.
La única sobreviviente es Rocío, una adolescente de 13 años que permanece internada en grave estado en el Hospital El Cruce, de Florencio Varela.
Lo que todavía no está claro es por qué los móviles perseguían a los chicos