Perfil (Sabado)

Acorralado, renunció el presidente del máximo tribunal penal del país

- CECILIA DEVANNA

El ca ma r ista Jua n Ca rlos Gemignani renunció ayer a su cargo de presidente de la Cámara Federal de Casación, el máximo tribunal penal del país. Su dimisión se dio en medio de un escándalo de intrigas e internas que, desde hace años, caracteriz­a a esta instancia judicial, y cuando sus propios compañeros del tribunal estaban a punto de removerlo del cargo.

Apenas un día antes, siete de los magistrado­s habían convocado a una reunión donde precisamen­te se trataría su remoción de la presidenci­a. Fue el corolario de una semana compleja para Gemignani, que el jueves debió presentar un descargo ante el Consejo de la Magistratu­ra por una denuncia por violencia de género que tiene desde hace casi tres años. A cargo de la presidenci­a quedó Carlos Mahiques, hasta ahora vicepresid­ente primero del tribunal de alzada.

El expediente contra Gemignani en el Consejo se abrió luego de que ordenara la detención de una prosecreta­ria del tribunal. Fue durante la feria de invierno de 2016. Entonces el juez le dio la orden a la mujer para que hiciera un inventario con una serie de cajas en una sala. La mujer dijo que debía consultarl­o con otros magistrado­s y, poco después, fue detenida por orden de Gemignani. El camarista consideró que la mujer había incurrido en el delito de encubrimie­nto porque eran cajas enviadas a Casación por el Ministerio de Planificac­ión a otro de los miembros del tribunal, lo que a su entender eran dádivas. Tras varias horas privada de su libertad, la mujer fue liberada por el juez Marcelo Martínez de Giorgi.

En su descargo ante el Consejo, Gemignani sostuvo que cometió un “error” al ordenar la privación de libertad, pero consideró que no hubo abuso de poder ni discrimina­ción. Pidió también que sean citados a declarar todos los empleados de la Cámara de Casación y sus colegas Mariano

En paralelo tramita en el Consejo una denuncia por violencia de género de 2016

Borinski, Liliana Catucci y Eduardo Riggi para preguntarl­es si él maltrata al personal o abusa de poder. Cuando se conoció este punto en los tribunales de Comodoro Py, el malestar contra Gemignani, que estuvo a punto de ser removido de su cargo hace apenas unas semanas, creció a los más altos niveles y su suerte pareció quedar definitiva­mente sellada.

En cuestión de horas se decidió convocar a la reunión para la mañana del viernes. El jueves por la tarde, cuando se conoció la misiva con que le fue informada a Gemignani la reunión, cerca del juez había confianza en que no se podría votar, porque dos de los magistrado­s estaban de licencia. Sin embargo, las siete firmas que llevaba la carta, daban cuenta de una mayoría decidida a removerlo, y parecieron cambiar sus planes. Por la mañana renunció. Luego llegaría la aceptación por unanimidad de parte de sus colegas.

En paralelo tramitará su frente en el Consejo, donde en las próximas semanas comenzará a definirse su situación. Es decir, si su descargo resulta suficiente o bien si se considera que el caso debe avanzar hacia un eventual juicio político y por ende una posible destitució­n.

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NA GEMIGNANI. Sus siete compañeros habían acordado su remoción.

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