Eva, la vice que no fue
En 1951, sectores del movimiento obrero promovían a Eva Duarte como compañera de fórmula de Juan Domingo Perón para las elecciones en las que el líder justicia lista buscar ía su reelección, y en las que las mujeres argentinas votarían por primera vez en la historia. Sin embargo, el 31 de agosto de ese año, que pasaría a la historia como el “Día del Renunciamiento”, Evita declinó ser candidata. “Yo no quise ni quiero nada para mí −dijo en un mensaje radial−. Mi gloria es y será siempre el escudo de Perón y la bandera de mi pueblo”. Existen diferentes interpretaciones sobre el renunciamiento de Eva. Algunos historiadores hacen énfasis en las resistencias que despertaba en ciertos sectores del peronismo. Otros sostienen que ni ella ni Perón se plantearon nunca realmente que fuera vicepresidenta, ya que era más útil que se mantuviera como articuladora política. Hay quienes creen, también, que para entonces el diagnóstico sobre su salud ya la condicionaba.