CINCO POR CINCO
Kavango Zambezi (KAZA) reúne cinco países en la mayor área de Conservación transfronteriza nteriza del mundo. ndo. Su dilema es cómo o preservar la fauna sin necesidad de matarla rla para comer mer y sin fomentar r la caza, que atrae ae turistas y deja mu
Cinco países de Africa integran KAZA, la mayor reserva natural del mundo. El proyecto es en sí un dilema: conservar la vida salvaje, pero convertirla en un ecosistema rentable para la región.
El ganadero Peter Sibanda es un reflejo del drama de muchos países del sur de Africa, donde las áreas rurales conviven con zonas protegidas convertidas en destino turístico. Los leones que matan a sus cabras son objeto de admiración por los turistas a los que él mismo conduce por las pistas del Parque Nacional Hwange, en Zimbabue. Cuando Peter Sibanda va a mirar a sus cabras por la mañana, se encuentra cuatro animales muertos en su boma, el recinto de madera que protege a los rebaños, pero que en esta ocasión no ha detenido la incursión de una leona. Más tarde, a solo diez kilómetros, un grupo de turistas viaja cómodamente en un vehículo de asientos acolchados para ver al rey de la sabana. Pronto distinguen un grupo de cuatro leones, descansando a la sombra. Al volante está Peter Sibanda, que acaba de perder cabras por valor de US$ 100, posiblemente bajo
las garras de uno de esos depredadores. Sibanda, de 56 años de edad, se gana la vida en un lodge cercano al Parque Nacional Hwange, sin renunciar a la vida rural tradicional. “Es nuestra herencia”, dice a la vez que su fuente de ingresos amenaza su forma de vida. Hwange es el Parque Nacional más grande de Zimbabue, dentro del Area de Conservación Transfronteriza Kavango Zambezi, conocido como KAZA, el área natural protegida más grande del mundo. Engloba a cinco países y ocupa una superficie de 520 mil km2, más grande que España. Abarca 36 parques nacionales e incluye las Cataratas Victoria y el Delta del Okavango, reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En Namibia, Zambia, Zimbabue, Angola y Botsuana se lucha por la conservación de la naturaleza y se intenta permitir que la población se beneficie de la riqueza
que proporciona la fauna que los rodea. Por ejemplo, participando en las cacerías que atraen a extranjeros dispuestos a pagar miles de dólares. En Botsuana, sin embargo, están prohibidas desde 2014 y por ello muchas comunidades perdieron una importante fuente de ingresos. En Zimbabue la pobreza logró aumentar la caza furtiva, reconoce Enoch Zulu, que dirige una patrulla formada por una decena de jóvenes uniformados y dos perros. Esta pequeña unidad sale cada día para evitar la caza de antílopes para comer o de elefantes para comerciar con marfil. Las inversiones iniciales en el proyecto KAZA se destinaron a infraestructuras y proyectos turísticos. En la fase actual, la atención se centra principalmente en las llamadas áreas de dispersión de la vida salvaje, incluso a través de las fronteras nacionales. En una de estas áreas, en Zambia, se encuentran las Cataratas Sioma, un paraíso natural que permaneció relativamente al margen del turismo internacional. Zambia es menos turística que, por ejemplo, Botsuana, donde los límites del Parque Nacional de Chobe están repletos de lodges y coches para safaris. Pero al Parque Nacional Sioma Ngwezi apenas llegan visitantes. El proyecto KAZA trata de nivelar este desequilibrio. La mejor época para viajar a KAZA es al comienzo de la estación seca, en primavera, cuando las temperaturas son más soportables que en verano u otoño, y el paisaje sigue siendo verde. Durante la temporada de lluvias, en invierno, pueden producirse fuertes lluvias e inundaciones. En los parques nacionales hay una variedad de alojamientos para todos los presupuestos: campamentos de tiendas de campaña (de US$ 11 a US$ 44), en los llamados lodges (desde US$ 112) o alojamientos de lujo (desde US$ 559 por noche).