El arácnido se traslada a Europa a pelear
Con esta secuela, los superhéroes norteamericanos pareciera que intentan extender sus tentáculos a la vieja Europa.
Así como dolió ver cómo las llamas devoraban la cúpula de Notre Dame, acá también sorprende observar a una Venecia en ruinas, obra de un monstruo que emerge de las aguas. Y luego darse cuenta de que Praga, Berlín o Londres se encuentran también en alerta ante la posible invasión de los monstruos Elementales, criaturas maléficas que solo parecen ser dominadas por Mysterio, que le permite a Jake Gyllenhaal ingresar a las filas de Marvel.
Spider-Man: lejos de casa tiene para los fanáticos muy atractivos guiños que les permiten sacar conclusiones diversas (no retirarse del cine hasta que el último crédito haya aparecido porque hay varias escenas sorpresa) y para el público adolescente, al que está dirigida, ofrece instancias de la comedia romántica y de viaje iniciático. Por eso el film, entre sus muchas lecturas, puede resumirse en un relato entretenido y divertido sobre el viaje de fin de curso de pibes de un secundario de Queens, con
un compañero tímido y tapado.
Lo cierto es que acá al ingenuo y despistado Peter lo único que le interesa es conquistar a MJ y ser cuidado por su tía May y Happy Hogan, ex socio de Tony Stark-Iron Man, su mentor que murió en Avengers: Endgame. Pero lo que no espera el muchacho es que detrás de sus pasos apenas parte a Europa está el enigmático Nick Fury que le tiene reservadas varias misiones, las que lo pondrán a prueba y lo ascenderán a la categoría de adulto, situación que deja abierta la posibilidad de si será capaz de igualarse a Iron Man en el futuro.
Jon Watts en la dirección apostó a una puesta en escena ágil, avasallante en su recorrido y diversidad de situaciones, con efectos quizás algo viejos, pero efectivos y lo más trascendente es su mirada irónica sobre el concepto de cómo se “engaña” al público en pos de entretenerlo y ocupar su tiempo. Para ilustrar lo dicho apela a una frase en la que expresa algo así: “La gente quiere creer y cree en lo que se le presenta” y a continuación juega con desmitificar la identidad de SpiderMan y desprestigiarlo ante la opinión pública que lo erige como ídolo, mediante la divulgación de una serie de temibles fake news.