Johnson ganó el primer round de la batalla legal en torno al Brexit duro
El primer ministro Boris Johnson obtuvo ayer una primera victoria en la batalla legal que le declararon los opositores a un Brexit duro, a quienes advirtió que impedir la salida de la UE en octubre dañaría la confianza en la política británica.
Un grupo de 75 diputados proeuropeos pidió a la más alta instancia civil de Edimburgo una decisión provisional urgente contra la suspensión del parlamento decidida por Johnson, pero el juez lo desestimó.
Johnson suspendió las labores parlamentarias entre la segunda semana de septiembre y el 14 de octubre, con la intención declarada de elaborar y presentar su programa legislativo. Pero sus detractores lo acusan de hacerlo para impedirles bloquear un Brexit sin acuerdo el 31 de octubre.
Bajo la denuncia de un “golpe de Estado”, se convocaron protestas para hoy en varias ciudades y una gran concentración el martes en Londres. Se lanzaron demandas: la segunda de ellas se fallará el martes y la tercera el jueves.
Esta última, iniciada por la empresaria y activista antibrexit Gina Miller -que en 2017 ganó una importante batalla legal contra el gobierno- sumó ayer el apoyo de un ex primer ministro, el conservador John Major (1990-1997). También Jo Swinson, la líder del centrista Partido Liberal Demócrata, sumó su nombre a esta querella.
No deal. Downing Street se declaró “contento” con la decisión judicial. Expertos en derecho creen que, aun si la justicia impugna su decisión, Johnson no estará obligado a anular la suspensión parlamentaria.
Con esta primera victoria en mano, el jefe de gobierno advirtió a sus opositores: impedir que el país abandone la UE en la fecha prevista “causará un daño duradero a la confianza de la gente en la política”.
Johnson llegó al poder el 24 de julio en remplazo de Theresa May -obligada a dimitir por su incapacidad para cumplir con el Brexit-, asegurando que sacará al país de la UE el 31 de octubre, con o sin acuerdo.
Hace más de tres años que los británicos decidieron en referéndum abandonar el bloque europeo. Pero su salida, prevista para marzo de 2019, fue aplazada dos veces por el tozudo rechazo del Parlamento al Tratado de Retirada firmado por May con Bruselas.
Johnson quiere suprimir del Tratado la “salvaguarda irlandesa”, un controvertido mecanismo destinado a evitar una nueva frontera en Irlanda.
Los euroescépticos sostienen que esa cláusula mantendría a Reino Unido en las redes de la UE y amenazan con un Brexit sin acuerdo, o “no deal”, algo que muchos diputados se habían declarado determinados a impedir.
Según The Times, tras suspender el parlamento el primer ministro afirmó que así la UE entendería que la cosa va “realmente en serio” y sería más proclive a aceptar sus condiciones.
Aceleración. Londres anunció una aceleración de los contactos con Bruselas: en septiembre sus negociadores mantendrán dos encuentros semanales con los europeos, a los que podrían agregarse “reuniones técnicas”.
“Me vi alentado en las últimas semanas por mis conversaciones con dirigentes europeos sobre la voluntad de hablar de soluciones alternativas a la antidemocrática salvaguarda”, dijo Johnson, que puso a su consejero David Frost al frente de las negociaciones.
“De momento, nada creíble ha sido presentado por el gobierno británico como alternativa a la salvaguarda”, matizó sin embargo el canciller irlandés, Simon Coveny.