El cultivo de caña de azúcar con energía renovada
El Congreso Internacional de la Caña de Azúcar realizado en Tucumán fue un marco para debatir el futuro del cultivo a nivel mundial y las nuevas alternativas energéticas a partir de la biomasa.
Por primera vez en la Argentina se realizó el Congreso Internacional de la Caña de Azúcar, que se desarrolló en Tucumán (precongreso y congreso), Salta y Jujuy (postcongreso). Este evento se realiza cada tres años y lo organiza la Sociedad Internacional de Técnicos de la Caña de Azúcar, de la que forman parte 24 países. A nivel local, la organización corrió por cuenta de la Sociedad Argentina de Técnicos de la Caña de Azúcar (SATCA). El ingeniero Jorge Scandaliaris, Presidente del Comité Organizador del Congreso e Investigador de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres de Tucumán, comentó a PERFIL: “El balance es muy positivo. Tuvimos 2.000 personas de los cinco continentes analizando, exponiendo y mostrando desarrollos tecnológicos. Para nosotros el enorme valor es interactuar con ellos, discutir líneas futuras y oportunidades para la caña de azúcar en el mundo. Además se tocaron todos los temas acerca de productividad y rentabilidad para mejorar la actividad con disciplinas de las más variadas como agronomía, biología, procesos industriales y nuevos productos. Estamos en estos
“Se tocaron todos los temas acerca de la rentabilidad y productividad para la actividad”
momentos discutiendo en las fronteras del conocimiento, con los últimos avances en investigación logrados por instituciones de todo el mundo y empresas que tienen desarrollos enfocados en la caña de azúcar. Un proceso productivo cualquiera, que no esté con lo más alto del desarrollo tecnológico, tiene problemas para ser competitivo”.
Uno de los aspectos más importantes para el futuro de la caña de azúcar es aprovechar su capacidad para generar energías renovables. En ese sentido, Scandaliaris sostuvo que “es una de las biomasas más eficientes por la cantidad y velocidad de crecimiento. Hay un esquema tecnológico para manejarla y sacarle provecho, así como mucha información para hacer eficiente el proceso. Hay muchos países del mundo que el 25% de la energía que necesita es provista por la industria de la caña de azúcar”.
Uno de los pioneros en el uso de la caña de azúcar como fuente de energía es Ledesma en su ingenio Jujeño donde elabora azúcar y papel. En 2008 comenzaron las primeras pruebas para hacer fardos gigantes con la malhoja, que es el material que queda tirado en el campo luego de que la cosechadora recolecta la caña de azúcar.
Humberto Solá, Director Innovación, Medio Ambiente y Energía de Ledesma, dijo que “la caña es una gran conversora de azúcar que es energía para los humanos y de bagazo para el bioetanol. Hoy en Ledesma enfardamos a la malhoja y la usamos para ponerla las calderas, lo que nos permite sustituir 28 millones de metros cúbicos/ año de gas natural. En la empresa, el 50% de la energía para la generación de papel, azúcar y fruta, proviene del gas natural y el otro 50% del bagazo y biomasa de rag de caña. Esa concepción de usar a la caña como conversora energética la tenemos muy metida en el ingenio”.
Más allá de las nuevas posibilidades para explorar con la caña de azúcar, la actualidad de los ingenios como productores de bioetanol no es la mejor. José Coronel, Gerente General de la tucumana Compañía Azucarera Los Balcanes, declaró: “En Tucumán hay 15 ingenios, de los cuales 2 no están moliendo y 4 están en concurso de acreedores. A eso se suma que el precio del etanol está congelado hace 6 meses. De acuerdo con la fórmula de ajuste que se hizo en mayo de 2018 consensuada con el entonces Ministerio de Energía, hoy debería valer un 30% más, es decir 7 pesos por litro. Las naftas aumentaron un 120% en tres años y el precio etanol no llega al 60%”.