“En mi vida he planchado, pero yo aprendo”
Llegamos sin nada con mi esposo en junio de 2017. Soy ingeniera en computación y analista funcional de sistemas. Como no me llamaban de las empresas empecé a caminar por las calles de Buenos Aires a dejar mi currículum. En realidad, tuve una entrevista a las dos semanas de haber llegado con una empresa de computación. Pensé que yo había hecho la entrevista del siglo. Bueno, no me llamaron ni siquiera para decirme “no fuiste seleccionada”. Les escribí y no tuve respuesta. Después conseguí trabajo. Por las mañanas limpiaba casas en Vicente López y tres apartamentos en Belgrano. También entré a una lavandería y le dije a una persona que ahora es una gran amiga, Lili: “¿No necesitas alguien que planche?”. “¿Tú sabes planchar?”. “En mi vida he planchado, pero te lo juro que yo aprendo”. “Yo pago por camisa planchada”. Y ahí cuadré. En las mañanas limpiaba y en las tardes trabajaba en la lavandería. El primer día me regresó todas las camisas de lo mal que yo planchaba. En septiembre comencé en una inmobiliaria que buscaban manejar sistemas. Pensaba que era por mi edad. En estos momentos tengo 54 años, soy jubilada de una empresa petrolera y trabajé en la parte de computación en el área de Sistemas. Hablo inglés. Me gradué en la Universidad de Houston y estoy certificada. Actualmente estoy en el área de proyecto en una refinería. Es un reto para mí. Todo este proceso nos ha hecho crear lazos de amistad; y en su momento cada uno nos dio una mano.