“La propiedad intelectual es un bien intangible que no se valora”
“En Argentina contamos con una economía informal, la propiedad intelectual es un bien intangible que no se valora”, sostuvo Alfredo Paseyro, director ejecutivo de ASA durante su disertación en ocasión del 7º Congreso de Semillas de las Américas, que se realizó esta semana en Buenos Aires. “Todo lo que hicimos parece que no da resultado, tenemos media sanción en diputados pero está estancada la concreción”. Y continuó: “En ese sentido, deberíamos reconocer los límites y tanto desarrolladores, multiplicadores, comercializadores, exportadores deberíamos integrarnos a la cadena”.
Por otra parte agregó: “La industria semillera factura más de 50 mil millones de dólares en todo el mundo. Argentina, tiene un mercado de apenas mil millones. Si estuvieran dadas las condiciones se podría duplicar rápidamente”, analizó Pasyero.
En la misma línea, el propio Ministro de Agroindustria de la Provincia de Buenos Aires, Leonardo Sarquis, expresó durante la última jornada del encuentro internacional su parecer respecto a la necesidad de contar con respaldo para la propiedad intelectual: “Que haya una nueva ley de semilla es un beneficio para todos no sólo para la agroindustria. Somos un país agroalimentario no solo agropecuario o ganadero. Producimos en cantidad y calidad y ahora también hacer lo que el mundo quiere. La ley de semillas es un hecho: tardará un poco más o un poco menos pero va a salir”, enfatizó.
Con respecto al marco legal en Brasil, José Américo Pierre (ABRASEM), compartió: “Brasil cuenta con una Ley de Propiedad industrial y otra de Protección de cultivares, pero tenemos dos puntos a mejorar: La reglamentación, que si bien permite el uso propio, sin límites de área y sin pagar regalías al obtentor, genera un desaliento para las inversiones en investigación; y el riesgo de inseguridad jurídica, que también puede afectar
"La industria semillera factura en el mundo u$s 50 mil milliones. Arg aperas mil ”.
las nuevas inversiones”. Y agregó: “Hoy en Brasil hay un marco regulatorio muy complicado y una vez que la semilla nueva está en el mercado, no se salvaguarda la inversión que hubo que hacer para cumplir con el marco regulatorio”, concluyó.
En Chile, la situación es diferente, según Mario Schindler (ANPROS): “Lo interesante es que en los últimos 10 años la sociedad civil está involucrada y entiende la necesidad de que salgan las reglamentaciones. Los argumentos técnicos están ok pero la sociedad no comparte. Desde 2011 está en trámite una nueva ley que Reconoce y regulariza los derechos de los desarrolladores de nuevas variedades y promueve la valuación y conservación de las variedades de agricultura tradicional“.
La situación en México quedó retratada a partir de la exposición de Mario Puente (AMSA): “México comenzó hace 18 años a investigar sobre Variedades Vegetales y hace 2 años retomamos el trabajo de reformar la Ley Federal de Variedades Vegetales. Actualmente existe expectativa de aprobación en el período de sesiones de noviembre 2019 y posteriormente pasar a Cámara de Senadores”.
Por su parte, “Canadá cuenta con dos modelos para captar el valor de la innovación dentro de la semilla: End-Point-Royalty Model y Royalty Collection Enabled via Contract Model. Los productores tienen elección. Ambos aceleran el acceso a mejores variedades de cultivos que permiten aumentar los ingresos de los productores”, afirmó Dave Carey (CSTA).
Raimundo Lavignone del Instituto Nacional de Semillas de Argentina (INASE) afirmó: “Respecto de cultivos de soja hay problemas para resolver como el gran número de variedades inscriptas y de solicitudes por año: 1000 variedades inscriptas y 100 que se inscriben todos los años. Como solución se creó un registro de usuarios basado en 3 fuentes de información, un Sistema de Información Simplificado Agrícola (SISA) que incluye la información que se pide de AFIP, INASE, Ministerio de Agricultura y el SENASA. Esto simplifica las gestiones del productor”, sostuvo.