‘Maguila’ Puccio podría regresar al país si Brasil acepta deportarlo
Daniel “Maguila” Puccio, el miembro del clan que cometió secuestros extorsivos y homicidios en los años 80 y que fue detenido el lunes pasado en Brasil, corre el riesgo de ser deportado a la Argentina por el ministro de Justicia y Seguridad Pública del gobierno de Jair Bolsonaro, el ex juez Sérgio Moro, informaron fuentes del caso.
Moro firmó hace dos meses la resolución 666, que permite la deportación sumaria de extranjeros, una polémica medida que está en debate en la Corte Suprema brasileña porque puede afectar los derechos de inmigrantes y refugiados.
La norma es conocida como deportación exprés y fue denunciada ante el Comité de Derechos Humanos de la ONU y criticada por el Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU (Acnur). La jueza en lo penal Andrea Ribeiro Borges, que dictó la prisión de Puccio por falsificación de documento y uso de documento falso, envió el caso para una posible deportación al ex juez Moro.
“Envíese el oficio al Ministerio de Justicia y a la Policía Federal para que informe sobre la situación del acusado en el país, si hay restricciones ya formalizadas al respecto”, escribió la jueza de la ciudad de Itú, estado de San Pablo.
En otro tramo del fallo, sostiene la magistrada que es necesario determinar la situación legal en Brasil de Puccio para “fines de una eventual expulsión o deportación”.
Por ser argentino, el consulado de nuestro país en San Pablo también fue informado de la detención.
El miembro del clan Puccio, de 58 años, fue arrestado en Itú, a 60 kilómetros de San Pablo, durante un control de rutina en el ómnibus en el que viajaba desde Foz de Iguazú, luego de presentar un documento de identidad brasileño, llamado RG, falso.
La magistrada ordenó una pericia sobre los casi 5 mil dólares que llevaba Puccio, supuestamente con el objetivo de radicarse en la ciudad de San Pablo, para determinar si son falsos.
Por lo pronto, Puccio permanecerá detenido al menos veinte días más en la cárcel Dcp III de Pinheiros, en la zona oeste de San Pablo, en una celda individual, aislado del resto de los presos, en un período de observación.