Los humanos somos meros visitantes de un mundo ajeno
Habitamos una América Latina que cambia montañas por agujeros megamineros, transformando ríos en soluciones de cianuro, selvas en plantanciones de soja, que luego serán inevitables desiertos. El mar se vacía mediante la pesquería de arrastre, la producción de alimentos se transforma en exportación de commodities, a medida que los venenos aumentan en nuestras mesas. Se van transformando los paisajes junto con los modos de habitar. En todos estos procesos, el rol de las ciencias no es trivial y mucho menos neutral. Las ciencias naturales, y sobre todo la biología, ocupan un lugar neurálgico en el desarrollo y la aplicación de biotecnologías que suponen transformaciones socioambientales profundas. Los organismos conservacionistas internacionales han aparecido luego de la Segunda Guerra Mundial, sobre todo a partir de la década de 1960, en países industrializados, principalmente en Estados Unidos (Adams 2004). Las organizaciones que analizaremos son algunas de las más importantes a escala global: WWF, fundada en 1961, Conservation International (CI).
La naturaleza tiene pues un dominio disímil al de lo social: los humanos somos meros visitantes de un mundo ajeno. Esta separación se puede rastrear ya en la “prehistoria” del conservacionismo internacional. Uno de los padres de este movimiento, John Muir, ha sido el principal impulsor para la creación de reservas naturales (Adams 2004; Callicott 1990). La tradición de áreas protegidas y parques nacionales, que se gestó en los Estados Unidos a comienzos del siglo veinte, manifiesta una explícita separación de esferas. Cualquier aspecto humano debe ser separado para conservar la naturaleza, pues, como señala Muir. “Los indios caminan despacio y dañan más fuertemente el paisaje que las aves y las ardillas” ( Nabhan 1995 en Sarkar 1999: 405). Así, los espacios naturales han sido delimitados en torno a la expulsión de comunidades locales. Vemos entonces que en cuanto al dualismo naturalezacultura, la noción de naturaleza en el conservacionismo excluye al hombre desde su mera materialidad. Respecto de su dominio es meramente terrícola e incluye ambientes prístinos y especies carismáticas. *Doctora en Ciencias Biológicas.