Tensión en España ante un desafío de los separatistas catalanes
El Parlament aprobó una moción queue
La tensión sube en Cataluña tras mociones parlamentarias aprobadas por el Parlamento regional que desafían al Estado español, y el arresto de siete militantes independentistas acusados de preparar acciones violentas y a los que se les decomisaron materiales para preparar explosivos.
El gobierno español afirmó ayer que no tiene los indicios necesarios para apelar otra vez al artículo 155 –que interviene el gobierno regional– pero advir tió que no dudará en apelar a ese mecanismo constitucional “si fuere necesario”.
Sentencia. El clima enrarecido se produce a pocas semanas de la sentencia del juicio a los dirigentes separatistas encarcelados, implicados en el intento de secesión en 2017.
Ayer, el gobierno español anunció que recurrirá judicialmente las mociones adoptadas en el parlamento autonómico catalán el jueves, el mismo día en que la Justicia decretó el encarcelamiento preventivo de militantes independentistas.
“Este gobierno no está dispuesto a consentir ningún ataque a la Constitución”, declaró Isabel Celaá, portavoz del gobierno español presidido por el socialista Pedro Sánchez.
Dejando de lado sus divisiones internas, los partidos independentistas aprobaron mociones parlamentarias en las que defienden la “desobediencia civil” ante el Estado español, exigen la “retirada” de la Guardia Civil de Cataluña y piden una “amnistía” para los dirigentes independentistas, en prisión preventiva desde finales de 2017.
Son mociones simbólicas, dado que un parlamento regional no dispone de las competencias para llevarlas a cabo, pero evocan algunos de los textos adoptados en el intento de secesión de septiembre y octubre de 2017, la peor crisis política vivida en España desde el final de la dictadura franquista.
“Es evidente que ayer en el Parlament se puso en marcha el prólogo de esta estrategia de confrontación”, reivindicada por el ex presidente catalán Carles Puigdemont, que huyó a Bélgica para no ser juzgado, afirmó Màrius Carol, director del diario barcelonés La Vanguardia en su editorial del viernes.
Indignación. La detención inesperada el lunes de militantes secesionistas radicales generó indignación entre las bases independentistas, menos movilizadas que en años anteriores. Esta polémica operación policial se produjo pocas semanas antes de que el Tribunal Supremo anuncie la sentencia del juicio de los dirigentes independentistas.
Según analistas, la “represión” puede unir a los diversos sectores del independentismo, divididos frente a la actitud a tener con Madrid, diálogo o confrontación.
“Se pueden poner de acuerdo frente a lo que llaman represión. Es muy fácil para el independentismo hacer un frente común y mostrar cierta unidad”, afirmó el historiador Joan Esculies.
La Justicia española decidió encarcelar de forma preventiva a siete de los nueve militantes independentistas detenidos el lunes por pertenecer presuntamente “a una orga n i zación ter ror ista”, según un comunicado de la Audiencia Nacional.
La Guardia Civil asegura haber encontrado “material y sustancias consideradas precursoras para la confección de explosivos, susceptibles (a espera de confirmación por los especialistas) de ser empleadas en la fabricación de artefactos”.
El presidente del gobierno catalán, Quim Torra, acusó a Madrid de querer “construir un relato de violencia antes de las sentencias” del Tribunal Supremo.