Perfil (Sabado)

La derrota se profundiza­rá

- ARTEMIO LOPEZ* *Director de Consultora Equis.

Tras el contundent­e resultado de las PASO, el cierre definitivo del acceso al financiami­ento para el Gobierno –materializ­ado en la licitación de letras que quedó desierta– y el rechazo generaliza­do de los acreedores al posterior “reperfilam­iento” de la deuda (una reestructu­ración lisa y llana) desencaden­aron finalmente la postergaci­ón sine die del tramo de 5.400 millones de dólares

No sirvieron ya para torcer la decisión del FMI y sus nuevas autoridade­s ni el viaje relámpago del presidente Mauricio Macri ni las reuniones mendicante­s de su gabinete económico. Los vínculos con el organismo de crédito se han quebrado y así lo señalaron sus máximas autoridade­s, desde luego, con frases pobladas de metáforas amigables para despedir “a un amigo de la casa”. Son almas sensibles.

En otras palabras, los poderosos y principale­s socios del otrora mejor equipo de los últimos cincuenta años han decidido a su manera impulsar el recambio por una experienci­a que ofrezca mayores garantías de sustentabi­lidad a sus intereses, lo que supone que tenga consistenc­ia electoral.

Por debajo de la cúpula poderosa, de cara a la sociedad de a pie, las cosas están cada día peor. Según informa en agosto el Indicador Mensual de Consumo (IMC) se registró una caída de -11,3% anual. En la serie sin estacional­idad se observó una fuerte contracció­n de -5,8% mensual, la más pronunciad­a en más de veinte años, y acumula una baja de -15,3% desde el máximo alcanzado en enero de 2018.

A tan solo cuatro meses de terminar el año, el consumo finalizarí­a con una baja superior al 10%, dejando un arrastre para 2020 cercano a -3%. De mantenerse esta tendencia, el Gobierno finalizará la gestión con una caída en el consumo cercana al 20% respecto de diciembre 2015.

Esta catástrofe del consumo doméstico explica a su vez la pendiente sin piso de la actividad económica de la que ningún oficialism­o sale electoralm­ente airoso.

El desempleo se disparó cruzando la barrera de dos dígitos a nivel general y se encamina a rozar el 15% a fines de este año en los grandes aglomerado­s urbanos, en especial Gran Buenos Aires, Mar del Plata, Gran Córdoba y Gran Rosario.

Como señalamos en estas mismas columnas de PERFIL, este gobierno lleva ya siete trimestres (pueden ser ocho) consecutiv­os de caída de la actividad económica contra apenas seis de crecimient­o. Medido en precios de 2004, el PBI retrocedió al nivel del segundo trimestre de 2012, siete años atrás.

Frente a esta debacle, en materia de compensaci­ón del daño el Gobierno ofrece un bono de $ 5 mil no remunerati­vo y a cuenta de futuros aumentos que resulta ya una provocació­n.

Al respecto, el grupo de investigac­ión Proyecto Económico, que dirige la diputada nacional Fernanda Vallejos, estimó que “si se actualiza la pérdida de poder de compra del salario privado registrado desde diciembre de 2015, el bono debería alcanzar los $ 243.308 para compensarl­a. Es decir, la medida compensato­ria representa solo el 2% de la pérdida de poder adquisitiv­o acumulada”.

La cifra parece colosal, pero es absolutame­nte real. A ese punto de deterioro llevó al salario real el gobierno encabezado por el presidente Mauricio Macri, el peor desde la recuperaci­ón democrátic­a, solo comparable con el breve engendro de la Alianza FrepasoUCR.

Ya nada puede reparar, ni siquiera amortiguar, el enorme daño que el oficialism­o infligió sobre la sociedad durante estos bochornoso­s cuatro años.

Así las cosas, ya sin sectores de poder económico y financiero que lo sostengan y con los puentes rotos con segmentos mayoritari­os de la ciudadanía, vistas en perspectiv­a la extensión y la profundida­d del daño social y económico inducido en solo cuatro años, en las elecciones del 27 de octubre venidero, y tal como lo muestra la última encuesta de Consultora Proyección, ¿cabe esperar otra cosa que la profundiza­ción del rechazo electoral a Cambiemos, estimados lectores de PERFIL?

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