El aporte es valioso ante un tiempo que será difícil
El apor te de Horacio no demanda ser reivindicado. La profundidad y prolongada vigencia de su análisis hablan por sí s olo s. Ta m - poco estimo que agregue mucho debatir sobre la “oportunidad” o no de sus expresiones. Sí me parece, a partir de las reacciones, que ofrecen una posibilidad excepcional para colocar bajo la lupa el momento que vivimos. El estrepitoso fracaso del liberalismo atendido por sus propios dueños.
Históricamente, los militares habían servido de mascarón de proa, pero también resultaba útil su salida para indultar con bajo costo al resto de beneficiarios de las atrocidades. En esta oportunidad, en “cambio”, son ellos mismos. Es el poder real, los grandes grupos económicos, los propietarios y títeres del fenomenal aparato mediático y un sector importante de la Justicia los que han quedado expuestos. Lo que viene es un tiempo difícil, pero también muy, muy interesante. Valioso el aporte de Alberto y para nada menor que la clave, la gran jugada maestra, haya sido concebida por una mujer.
Popular, populista. A favor de lo que en términos muy amplios podríamos denominar el espacio popular, o populísmo, como peyorativamente le dicen ellos, creo que lo que viene en Argentina y América Latina es una etapa difícil, pero también promisoria. Central el movimiento de mujeres, el protagonismo colectivo que allí se observa, en contraposición a los “liderazgos infalibles”. Estoy convencido de que los excluidos, los que faltan, van a ser importantes y central en un sentido amplio y generoso de unidad, la movilización, la calle. Lo que salva es el distinto, el diferente, lo colectivo. Los valores nobles se perciben y es muy importante cultivarlos. La economía, la “ciencia triste”, al decir de Franco Berardi, no tendrá más remedio que abrir espacio a la política y volviendo a Horacio González, me parece muy interesante decir que “la cultura es la estructura secreta de todo lo que se hace”. Valioso el desafío del peronismo y la nueva síntesis con el sector más consecuente del radicalismo y la izquierda. No tengo duda de que va a haber errores. ¿En qué acción humana no los hay? Pero deberíamos ser capaces de un esfuerzo especial en nosotros mismos, para que prevalezca el sentido de unidad y por supuesto “siempre que hubo que hacer una tortilla, hubo que romper al menos un par de huevos”.
Por los liberales o neoliberales, no hay que preocuparse. Es como en la moda: siempre mirando al norte, siempre una temporada atrasados. Me parece que si vieran ¿Qué invadimos ahora?, la película de Michael Moore, podrían lograr una mirada alguito más aggiornada.