CON PARARLOS NO SE ARREGLA NADA
Si bien es cier to que se cometieron muchísimos errores en la última fecha, esto no es algo nuevo. Es un problema que lleva más de una década y, sinceramente, no creo que tenga fondo. No es algo que sucede solo a nivel del referato argentino, pasa en todas partes.
Tienen mucho que ver los cambios introducidos por la FIFA en las reglas del referato mundial, donde, erróneamente, se busca darle más relevancia al estado físico que a la formación técnica de los árbitros, algo con lo que no concuerdo en absoluto. Este error conceptual ha hecho que llegara a los primeros niveles gente que no está capacitada como debería estarlo, y que nos encontremos, más que con errores, con horrores que son convalidados.
A los árbitros hay que ir formándolos y moldeándolos como si fueran arcilla para que a la hora de arbitrar cometan los menores errores posibles. El árbitro de laboratorio es muy diferente al de la cancha, sobre todo a las del fútbol argentino, que es el más difícil del mundo. Acá le damos demasiada importancia al árbitro. Aunque ahora se profundizó, siempre fue moneda corriente escuchar sospechas de los dirigentes: si el error los favorece no dicen nada, pero si se sienten perjudicados salen con los tapones de punta a decir todo tipo de barbaridades contra el árbitro. En la UEFA los árbitros se equivocan y todos colaboran, pero acá todos buscan hacer leña del árbol caído para sacar ventaja.
Aunque a veces es bueno que se los pare para cuidar su salud mental, con pararlos solamente no se arregla nada. Si se mandan una macana, el día lunes deberían ser citados en el predio que la AFA tiene en Ezeiza para, primero, hacerles ver los errores y, después, explicarles cómo hacer para no volver a repetirlos. Ahí está la clave para que los errores vayan disminuyendo, aunque nunca van a desaparecer porque, antes que todo, los árbitros son seres humanos pasibles de equivocarse, como todos.