A tres metros y a los gritos: así gobierna Jalil durante su cuarentena
El gobernador Raúl Jalil les habla a los gritos a sus asistentes. ¿Está enojado? No, quedó en cuarentena y dispuso una distancia de tres metros para la charla, con una puerta corrediza de por medio. Lo hizo tras su viaje por Canadá y Estados Unidos, en busca de inversiones para su provincia.
Hoy se cumplirán los 14 días de resguardo obligado, durante los cuales el gobernador de Catamarca no presentó síntomas y continuó trabajando con su ritmo habitual. Siguiendo el protocolo provincial, Jalil no mandó su hisopado al Instituto Malbrán, porque no había indicios de que tuviera coronavirus.
Al momento, no hay infectados en Catamarca. O al menos no hay enfermos registrados. El traslado de las muestras al Malbrán funciona en la práctica como un escollo. Existe un caso bajo sospecha, cuya muestra ya fue enviada a la ciudad de Buenos Aires.
El dengue, en cambio, sí es un problema cotidiano y palpable en la provincia del noroeste argentino: sobre casi 400 mil habitantes, hay 107 enfermos detectados. “Acá, termina el verano y se acaba el peligro del dengue. Pero ahora empieza el frío y crece el riesgo del cronavirus”, se lamenta un asesor de Jalil.
El gobernador peronista optó por quedarse en su casa personal y no en la residencia oficial. De 56 años, Jalil montó una suerte de bunker laboral en el estudio de su casa, con entrada independiente. Desde ahí se comunica permanentemente por whatsapp con su gabinete. También convoca a sus ministros al improvisado despacho hogareño, donde mantiene encuentros a distancia. Incluso repartió potes de alcohol en gel, y obliga a sus asistentes a lavarse las manos, al momento de llegar y al irse.
El jueves pasado, Jalil participó por teleconferencia de la reunión entre el presidente Alberto Fernández y el resto de los gobernadores, realizada en la quinta de Olivos. Ya había mantenido un intercambio con el jefe de Estado por esa vía digital.
Jalil volvió a la Argentina el 8 de marzo pasado. Estuvo junto a una delegacón catamarqueña en la feria minera PDAC, en la ciudad canadiense de Toronto. Después tuvo encuentros con un grupo de banqueros, en Nueva York, donde se registran miles de casos, y Filadefia.
El objetivo de la gira fue buscar formas de compensar un parate económico y productivo clave para Catamarca: el de la empresa estatal Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD). Al regresar, se vio fugazmente con parte de su gabinete en la Casa de Gobierno provincial. Tras esa infracción a las recomendaciones que ya circulaban, el gobernador se guardó en su casa.
Ahí convive con su esposa, la diputada nacional Silvana Ginocchio, y sus dos hijos adolescentes. Así, Jalil protagoniza una de las tantas zonas grises de la cuarentena: el mandatario cumple a rajatabla con la reclusión, pero a la vez interactúa con familiares que no están aislados. Cerca del gobernador aclaran que Jalil es estricto y toma todos los recaudos necesarios. Hoy se le terminará el período de encierro.