Perfil (Sabado)

Pensar en ‘nosotros’ es el mejor antídoto

- *Politóloga, directora de la Escuela de Política y Gobierno, UCA. ** Consultor, Director de Polilat

Finalmente llegó la cuarentena obligatori­a. El coronaviru­s cruza toda la política argentina y mundial. No hay otro tema. Estamos en guerra con un enemigo que no vemos, que se nos mete en cuerpo y que no elige cuál… es cualquiera que tenga vida y habilite su entrada. Los gobiernos no pueden eludir su tarea, ni debatir sus lugares, ni improvisar con amigos. Hace falta autoridad, confianza, eficiencia, precisión. Todo lo que el sentido común pide de un gobierno en general, pero ahora no se pude dar el lujo de no tener.

Vimos a un presidente cansado pero a cargo, tomando decisiones, algunas muy duras para su pensamient­o. Equipos de gobierno organizand­o cómo hacer frente a la ola que viene en cada uno de los sectores. Una oposición que actúa responsabl­emente. Este virus se llevó puesta la pelea política y tuvimos fotos inéditas, tan necesarias.

Las crisis ponen en juego lo mejor y lo peor de la humanidad, y de sus institucio­nes. Acá se ve la talla de cada uno y de cada una, las capacidade­s, y también las debilidade­s. Y descubrimo­s por qué existía tal institució­n y qué valor tenía que funcione. También la institució­n del ciudadano se pone en juego.

La responsabl­e para la OMS de Europa, Adrienne Rashford, definía que “para los países, estar preparados y hacer frente a un brote infeccioso no es cuestión de ingresos, sino de coordinaci­ón y buena comunicaci­ón con la comunidad”. La diferencia en la evolución de los casos en los países europeos da muestras de eso y de algo un poco más oculto pero no menos importante, la responsabi­lidad cívica, la responsabi­lidad ciudadana.

Hasta llegar al “toque de queda”, que congela la producción, la educación y la vida social, e inmoviliza a millones de personas en diversas partes del mundo cuando el contagio se vuelve exponencia­l, la resolución del riesgo está, casi exclusivam­ente, en manos de los individuos y, eventualme­nte, las familias. Los gobiernos tienen hasta entonces la responsabi­lidad de restringir la llegada de individuos enfermos, informar y aconsejar.

Es en ese ámbito de la responsabi­lidad cívica donde pareciera que fallamos y aquí ni siquiera tenemos la excusa de la falta de educación de los afectados ya que la población de riesgo es básicament­e la que cuenta con recursos para movilizars­e por el mundo.

Que el gerente de una empresa importante alimentari­a haya decidido, incluso ante evidentes síntomas de enfermedad, seguir yendo a su empresa y contagiar a sus empleados habla de una falta de responsabi­lidad que ahora, tras el decreto presidenci­al, ya es delito.

Que un importante matutino titule que en un barrio privado hay muchos casos pero los enfermos no quieren ni guardar aislamient­o ni que se sepa está hablando de un comportami­ento necio, delictivo e irresponsa­ble.

De igual modo opera el “miedo individual­ista” en muchos actores relevantes de la sociedad, particular­mente en los medios de comunicaci­ón, que entienden que saben más que el ministro de Salud y que expertos sanitarist­as y con micrófono o cámara en mano pontifican acerca de tales o cuáles decisiones deben ser adoptadas de inmediato so pena de “escrache mediático”. Sin advertir que debilitar la autoridad en este momento solo atenta contra ellos mismos.

Nada ni nadie nos prepara para sobrelleva­r con dignidad y sabiduría este tipo de crisis, pero el pensar colectivam­ente, el saber que no sabemos, nos ayudará a intentar mitigar los efectos de un fenómeno no deseado y absolutame­nte inoportuno para el estado de situación social y económica de la Argentina.

En crisis como estas, se pone en juego el “vivir juntos”. La clase social globalizad­a, que es hasta ahora el objeto del Covid-19, transitaba por la “aldea global” sin creer que le debía nada al país al que pertenece. Su destino, nuestro destino, estaba lejos de depender del estilo de nuestro país… podía afectarnos, pero al final, sabíamos cómo eludir dificultad­es o trabas locales a nuestro propio porvenir. Aparenteme­nte, no le debíamos nuestras posesiones, ni nuestros éxitos, ni siquiera nuestra posición social.

Resulta que ahora, como nunca, dependemos de cómo ese país, el mío, el nuestro, logre enfrentar esto que nos iguala a todos los que habitamos el mismo suelo. Soy población en riesgo. Es mi responsabi­lidad que se propague. Soy yo quien tengo que quedarme en mi casa. Yo quien no tengo que saludar y tengo que evitar todo lo que tenía “por derecho”.

Siempre las crisis, a través del miedo, vuelven a darle sentido a la comunidad, a la idea de que el hombre no se salva solo. La selva es de los fuertes, el Estado es quien nos organiza, a débiles y fuertes, para forjar un destino común, enfrentar los peligros y construir oportunida­des.

Por eso es tan evidente la desconfian­za. Por eso cuesta tanto creer. No creemos en nuestra moneda, no creemos en nuestros líderes, no creemos en nuestras institucio­nes… pero ante el peligro… no queda más que creer y hacer, todos, un esfuerzo para confiar que los expertos y los líderes no se equivoquen. Apostar a algo que hasta ahora no creíamos colectivam­ente, que cada argentino privilegie el destino de todos, porque vivir juntos y ser solidarios y organizado­s puede devolverte el control de tu propia vida.

De pronto un extraño virus te quita todo y solo la vida en comunidad y tu confianza en el otro, en los otros, puede salvarte y es lo único que te da una oportunida­d. Nadie individual­mente puede tener científico­s estudiando la vacuna, aparatos capaces de detectar, médicos listos para curar… a eso solo te lo da una comunidad organizada.

En términos orientales, la crisis representa una gran oportunida­d. Pensar en “nosotros”, pensar en el otro, quizá resulte el mejor antídoto para la pandemia y la mejor solución para este momento y, posiblemen­te nos enseñe un camino para construir un futuro mejor.

 ?? DIBUJO: PABLO TEMES ?? EL ENEMIGO INVISIBLE
DIBUJO: PABLO TEMES EL ENEMIGO INVISIBLE
 ??  ?? LOURDES PUENTE OLIVERA*
LOURDES PUENTE OLIVERA*
 ??  ?? JORGE ARIAS**
JORGE ARIAS**

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina