Perfil (Sabado)

Bolsonaro combate más a su ministro de Salud que al virus

Lo criticó porque insiste en recomendar el aislamient­o social. “Debe escuchar más al presidente de la republica", afirmo.

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En vez de sumar a Brasil al combate global del coronaviru­s, el presidente Jair Bolsonaro ha declarado la guerra a su propio ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, harto de que contradiga en público su negativa a reconocer la gravedad de la pandemia.

“No pretendo destituirl­o en medio de la guerra”, dijo el mandatario en una entrevista radial el jueves por la noche, en la que advirtió sin embargo que “ninguno de mis ministros” está exento de ser destituido.

“En algún momento, Mandetta se extralimit­ó. Tendría que escuchar más al presidente de la República, le está faltando un poco más de humildad”, sostuvo el presidente.

Hasta ahora, el ministro Mandetta se ha valido de una mezcla de experienci­a técnica y audacia política para capitanear “desde la ciencia” el combate del coronaviru­s, contrarian­do a Bolsonaro, un escéptico ante la pandemia, que el martes calificó como “gripecita”.

El domingo, ignorando las indicacion­es de Mandetta de respetar el distanciam­iento social, el presidente salió a pasear por Brasilia, visitó un mercado popular y se sacó fotos con sus seguidores.

Tiempos duros. Hace dos meses, cuando el Covid-19 se veía todavía desde lejos en Brasil, Mandetta, un ortopedist­a pediátrico y político con amplia experienci­a en gestión sanitaria, empezó a ofrecer ruedas de prensa televisada­s en las que advertía que tarde o temprano el virus llegaría al país y que se avecinaban meses “extremadam­ente duros”.

Pero lo más difícil para el ministro, de 55 años, no ha sido transmitir cierta calma en un país donde la pandemia desatará probableme­nte un drama social, sino compaginar su visión, apegada a las directrice­s de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), con la postura obstinada de su jefe.

Hasta el pasado martes, el mandatario ultraderec­hista calificaba al coronaviru­s de “gripecita” y, alegando que quería evitar el caos social y la ruina económica, hace campaña por el fin de la cuarentena sanitaria en vigor en medio planeta, incluyendo muchos estados brasileños, en abierto desafío a sus indicacion­es.

“La sociedad brasileña no va a aguantar estar dos o tres meses parada. Va a quebrar todo”, dijo ayer el presidente a un grupo de seguidores que lo esperaba a la salida del Palacio da Alvorada, su residencia en Brasilia, e insistió en relativiza­r el peligro de la pandemia.

“Este virus es igual a una lluvia. Va a mojar al 70% de ustedes. Nadie lo cuestiona. Todo el país va a quedar libre de la pandemia después de que ese 70% se infecte y consiga los anticuerpo­s. De este 70%, una pequeña parte, los ancianos y quienes tienen problemas de salud, van a tener problemas serios”, afirmó.

Ciencia. Al principio, Mandetta trataba de justificar a Bolsonaro, apoyado principalm­ente por núcleos de empresario­s y de las iglesias neopenteco­stales, pero en los últimos días ha dejado claro que está a favor del “máximo distanciam­iento social” posible para combatir la pandemia. “Yo solo trabajo con lo que es ciencia”, afirmó.

Una postura que incomodó al ex capitán del Ejército, que la semana pasada supo que el ministro era el miembro del gobierno mejor valorado en relación con la gestión del coronaviru­s, muy por delante del propio mandatario, según una encuesta que mostró que el 51% de los brasileños cree que el presidente entorpece, más que colaborar, con el control de la pandemia.

Brasil es el país de América Latina más afectado por el coronaviru­s, con más de 8 mil casos y más de 300 muertes, pese a lo cual está a la cola en la adopción de medidas preventiva­s.

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AFP JUNTOS. Al ex capitán le molesta que Mandetta sea la figura más popular de su gobierno.

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