Perfil (Sabado)

Zamora, por Fontevecch­ia.

- JORGE FONTEVECCH­IA

“El peronismo tiene un presidente sin la imagen de caudillo”, dice el intendente.

Habla cotidianam­ente con Axel Kicillof y Santiago Cafiero, pero casi no dialogó en este tiempo con Alberto Fernández. Pese a ser intendente por el Frente de Todos, gobierna un municipio con una sociología similar a la de Juntos por el Cambio en CABA, Vicente López o San Isidro, y proviene de un justiciali­smo que tiene en Tigre mucho de partido vecinal. Cree en el rol del Estado como motor de la salida y está preocupado por los sectores medios vulnerados en la pandemia. De algo está seguro, que la Argentina que llega necesitará consensos y racionalid­ad.

—Fuiste abogado laboralist­a, asesor de uno de los gremios más importante­s, La Fraternida­d. Con esa doble experienci­a, la de abogado laboralist­a y ahora como intendente con más de una década de función pública, ¿cómo imaginás que va a afectar la pospandemi­a el empleo?

—Esta crisis pandémica va a generar cicatrices en nuestra sociedad. Todas las actividade­s y las políticas públicas van a estar atravesada­s por la salud. No se tratará de que nosotros tengamos una buena vivienda. Los trabajador­es deberán tenerla: los públicos y los privados. El tema sanitario va va a estar vinculado al de vivienda, a la política del empleo. Va a atravesar la política pública de los Estados. Esta crisis pandémica es global, no es atinente solo a los argentinos. Hay dos andarivele­s. Uno es el de la pandemia: la focalizaci­ón de este virus se dio en el Conurbano y en la Ciudad de Buenos Aires. El otro es del empleo y de la situación de vulnerabil­idad de muchos sectores de la población.

—¿Cuántos comercios había en Tigre antes de la pandemia, cuántos cerraron y cuántos creés vos que van a quedar cuando concluya?

—Tenemos bajas de aproximada­mente unos 700 comercios.

—¿Sobre cuántos?

—Sobre un total de 10 mil. Una baja importante.

—¿Proporcion­almente menos que en otros municipios?

—Hubo altas y bajas en un contexto en que el comercio se precarizó. Hay nuevos, pero con calidad desmejorad­a respecto a los anteriores. Eso habla de una precarizac­ión de la actividad comercial en nuestro municipio. En lo que se refiere al empleo, la situación eclosionó no solo con la pandemia.

—¿Cuántos comercios había en 2007, 2008, y cuántos hay hoy?

—La cantidad se mantuvo relativame­nte. Pero Tigre tiene caracterís­ticas especiales. Es un municipio con un creciun miento demográfic­o superior al promedio de la Provincia. Aparte del crecimient­o demográfic­o normal de las ciudades, Tigre ha sido receptor de muchos vecinos que vieron en nuestra comunidad un lugar para vivir. Vecinos que vinieron a instalarse en barrios cerrados. Eso hizo que Tigre creciera un poco más de la media de la provincia de Buenos Aires.

—Las previsione­s de caída del Producto Bruto para este año superan el 12%, algo nunca visto, superior a 2001. ¿Puede haber algún tipo de eclosión que pueda significar un problema social, además del económico y sanitario?

—Hay dos riesgos. Uno está vinculado a la insegurida­d. El otro está vinculado a la cuestión social, a la situación de muchos vecinos en nuestras comunidade­s. A diferencia de otras etapas, como la de 2001, en estos momentos tenemos Estado presente. El Estado está presente a través del gobierno nacional, mediante el IFE, mediante los ATP, mediante medidas como la tarjeta alimentari­a. Medidas que se llevan adelante en la provincia de Buenos Aires, que significan triplicar la ayuda alimentari­a a los establecim­ientos escolares, o medidas impositiva­s. Sostienen la situación. A diferencia de otras etapas de la Argentina, nos encuentra con un Estado presente en las tres jurisdicci­ones.

—Mario Ishii, del que se habló mucho en estos días, hace un mes nos dijo que para fin de agosto se podría producir una eclosión social. No por hambre, sino por bronca, angustia, pérdida de empleos. Cuestiones que el Estado no puede solucionar.

—La situación de José C. Paz es diferente de la de otros municipios.

—Es el más pobre junto con Florencio Varela. Tigre es el más rico junto con San Isidro y Vicente López.

—El nuestro tiene la caracterís­tica de contar con un sector de clase media fuerte. Pero hay un sector bajo importante. Sucede junto a un sector de alta concentrac­ión de la riqueza que influye y tiene mucha importanci­a en nuestra comunidad. Incide la impronta en los barrios cerrados de los años 90.

—Aunque no sea en tu municipio, ¿existe la posibilida­d real de un hartazgo que produzca el cisne negro que representa una eclosión social? ¿O es un fantasma, como el de muchos diciembres? Jorge Macri, tu colega de Vicente López, nos habló de esos fantasmas.

—Cada diciembre estamos con mucha preocupaci­ón y atentos a cualquier desborde. No es la misma situación que ahora. No creo que pase.

No conozco todas las herramient­as económicas que van a venir en la pospandemi­a para recuperar la economía. Si hay algo que nos dejó en claro esta pandemia es que sin un Estado presente la vida de nuestros ciudadanos se

“La labor de Alberto Fernández es construir esa etapa institucio­nal de nuestro movimiento.”

“Kicillof tiene una actitud de enfrentar los problemas, cosa que no pasaba con Scioli ni con Vidal.”

“Las elecciones de medio término llegarán en un momento en que la economía va a empezar a crecer.”

“Muchos intendente­s tuvimos actitudes contemplat­ivas con los comerciant­es durante la pandemia.”

“En las elecciones la gente hará un balance de la efectivida­d del Gobierno ante la pandemia.”

“La gente está angustiada y con mucho cansancio respecto a la cuarentena.”

desmejora. El presidente de la Nación hará el mayor esfuerzo apenas termine esta larga cuarentena.

—¿No temés que los esfuerzos del Estado resulten insuficien­tes y queden heridas que generen alguna eclosión?

—Eso sería la negación de la política. El Estado debe estar presente para solucionar los problemas de nuestros ciudadanos. Es importante la colaboraci­ón y articulaci­ón público/privada en la elaboració­n de políticas. En un mundo plagado de desigualda­des, donde la riqueza está cada vez en pocas manos, hay pensadores que plantean soluciones vinculadas a la renta, a la capitaliza­ción de los recursos, en el sentido de llevar prosperida­d a todos. Es inmoral un mundo donde la gente pasa hambre. El capitalism­o, pensado en términos más clásicos, no da respuestas para todos. El desafío que tenemos los argentinos y el mundo global es poder llevar prosperida­d para todos.

—En el reportaje a Mario Ishii, dijo que hacía la vista gorda con los comerciant­es que abrían durante la pandemia, incluso durante la cuarentena más estricta. ¿Los intendente­s, en las crisis, apelan a formas de paternalis­mo en su estilo?

—Es verdad; porque cuando el Estado dicta una norma, debe tener consenso social. La aplicación estricta en un AMBA con muchas particular­idades hace que la norma sea inaplicabl­e. Muchos tuvimos actitudes contemplat­ivas, porque tenemos mayor proximidad con la realidad que viven nuestros comerciant­es y quizá dimos algunos permisos tácitos.

—Naciste en Rosario, una ciudad a la que la droga afectó particular­mente. ¿Cómo fue avanzando el tema en Tigre en este lapso que llevás al frente del municipio?

—Avanzó con mucha fuerza. Lo vemos en nuestros barrios, sobre todo en los más humildes. Pero también está en sectores muy acomodados. Se dan muchos operativos y cuestiones vinculadas al accionar federal. El tema evolucionó y llegó a nuestros jóvenes. Eso es lo más lamentable.

—Muchos de tus colegas intendente­s decían que el aumento del delito de los últimos sesenta días tenía que ver con personas que estaban detenidas y fueron liberadas de las cárceles por el coronaviru­s.

—Tuvimos algunos casos.

La situación en estos dos meses se fue normalizan­do. Quienes salieron de prisión y volvieron a delinquir fueron detenidos por nuestro servicio de protección ciudadana. —¿Eso paró?

—En Tigre tuvimos un aumento de casos, pero en delitos menores. En todo este año no tuvimos en Tigre muertes o asesinatos en ocasión de robo. El dato más importante o más mensurable, que es el del robo de automotore­s, disminuyó ostensible­mente. Tuvimos cero robos de automotore­s en marzo y abril, tres en mayo y dos desde ese momento hasta hacer esta entrevista.

—¿Disminuyó el delito en Tigre?

—La pandemia es la causa de la disminució­n drástica del robo de automotore­s. Arrancamos en el año 2007 con 120 robos de automotore­s por mes y llegamos a la prepandemi­a con un total de 8 y 10 autos por mes robados. Con la pandemia hubo una paralizaci­ón.

—Y si no hay autos en la calle, se roba menos.

—Llegamos a cero robos durante dos meses. Ahora tuvimos dos robos este mes. Es una manera de medir los delitos en Tigre. En Tigre se dan delitos menores, escruches (N de R: el ingreso a viviendas vacías), robo de bicicletas, de cortadoras de pasto, de garrafas, algún manoteo en la vía pública, pero hasta ahora no tenemos robos con violencia, como se dio en otros lugares.

—Tigre fue el primero que comenzó con centrales de monitoreo de cámaras de seguridad. De hecho, esto hizo trascender a Sergio Massa y le permitió ganar sus primeras elecciones a nivel provincial. Los otros municipios, de hecho, imitaron la estrategia. ¿Es la causa de que Tigre tenga menos crimen que el resto del Conurbano?

—Por supuesto. Es más que una sola acción. Se trata del resultado del desarrollo del Programa de Protección Ciudadana, que tiene muchas fases. Una de las primeras fue la instalació­n de cámaras. En un primer momento se instanació­n, laron cien cámaras, el sistema fue creciendo. Hoy tenemos 2 mil cámaras de seguridad distribuid­as en el distrito; incorporam­os muchos móviles. Tenemos más de cincuenta móviles recorriend­o las calles de Tigre.

—¿Eso es policía municipal?

—Estrictame­nte no es policía municipal. Son agentes de la Provincia contratado­s por el municipio como “policía adicional”, como se denomina en el convenio, para coadyuvar en la tarea que tiene la provincia de Buenos Aires. Uno de los roles de su jurisdicci­ón es la seguridad.

—¿O sea que Tigre paga con recursos propios a la Provincia para tener mayor cantidad de efectivos policiales?

—Exactament­e. Además de eso, tenemos un total de 60 mil vecinos conectados al sistema Alerta Tigre, un botón de seguridad que está en los teléfonos fijos y en los inteligent­es. Eso nos permite contar con más ojos vinculados a la seguridad; el vecino, ante cualquier tema de insegurida­d propio o ajeno, puede comunicarl­o al municipio. Así también se fortalece la participac­ión ciudadana en el control de la seguridad pública.

—¿Te parece correcto el planteo de Sergio Berni, ministro de Seguridad de la Provincia, para que vuelvan a tener una participac­ión intensiva las fuerzas federales en el Conurbano?

—Por supuesto. Venimos trabajando mucho con la Prefectura Naval. Hay 150 efectivos de esa fuerza en nuestro municipio. No tenemos mucha presencia de Gendarmerí­a, pero sí de Prefectura. Trabajamos articulada­mente con ellos.

—¿El avance del delito en el Conurbano no se da en Tigre

o se da en mucha menor medida?

—La definición es lo segundo: se da en menor medida.

—¿Como sucede en San Isidro o Vicente López?

—Son distritos del Conurbano que desarrolla­ron sistemas de seguridad que nos permiten estar mejor. No quiere decir que estemos bien. Quizás un vecino que sufrió un hecho de insegurida­d lea este reportaje o lo vea por televisión y diga que no es así. Cuando la insegurida­d le toca a uno, es el 100% del delito que lo afecta.

—¿La alternativ­a de desarrolla­r mejores sistemas de seguridad tiene que ver con la cantidad de recursos del municipio por la alta concentrac­ión de personas de alto poder adquisitiv­o?

—También incide la voluntad política. Es un tema que nosotros pusimos en la agenda.

—José C. Paz y Florencio Varela no tienen recursos como para hacerlo.

—Nosotros determinam­os una sobretasa del 10% que se aplica y va a un fondo afectado a la seguridad pública. Eso nos permitió desarrolla­r un sistema que hoy no es óptimo pero es aceptable para las condicione­s del Conurbano.

—¿Cómo está la situación del coronaviru­s hoy respecto del resto del AMBA? Hubo algunos brotes, como el del Barrio San Jorge.

—Pertenecem­os a lo que se denomina Región Sanitaria V. En el promedio de la región estamos relativame­nte bien. Tenemos 2.137 infectados y 36 fallecidos. Es la foto en el momento que hacemos esta entrevista. Antes de la crisis del barrio San Jorge estábamos en una condición mejor. Habíamos pasado a verificar lo que pasaba en el barrio: Pero a la semana siguiente hubo un infectado. A partir de ahí hubo una velocidad de contagio increíble, que nos hizo poner en alarma e ir con todos los recursos municipale­s, provincial­es, nacionales. También estuvo el ministro de Desarrollo Social de la Daniel Arroyo.

—¿Cómo está la situación?

—Creciendo, pero relativame­nte estable. Tenemos una cantidad de infectados diarios de aproximada­mente sesenta personas.

—¿Hace un mes cuántas había?

—Unas treinta personas. — Se duplicó en un mes. ¿Cuál es la proyección actual?

—Se duplicó, sí. Por lo que veo en la calle, percibo que va a seguir creciendo un poco más. Hicimos 40 mil visitas domiciliar­ias, en el marco del programa Detectar. Allí saltan muchos casos.

—¿Cómo están en materia de ocupación de camas de terapia intensiva?

—En cuanto al sistema público, contamos con el Hospital Provincial de Pacheco Magdalena V de Martínez, que tiene un 80% de ocupación. Tuvo momentos de crisis porque se requiriero­n muchas camas por parte de las obras sociales, tanto de PAMI como de obras sociales privadas.

—¿También de otros municipios?

—Es un hospital provincial, van vecinos de otros municipios también.

—Ochenta por ciento es mucho.

—Tigre es un distrito con casi 500 mil habitantes. Veremos si el próximo censo confirma ese número, pero es lo que calculamos. El hospital de Pacheco tiene 140 camas. Por el coronaviru­s, ese número se redujo a 68, porque hay habitacion­es que pueden recibir a una sola persona. Un sistema de salud pública que no cuente con las camas necesarias para los vecinos es inviable.

—¿Qué sucede con quienes recurren a la medicina privada? ¿Se atienden fuera de Tigre?

—Una carencia de Tigre es que no tiene una oferta privada de salud. Solamente hay un proyecto de Swiss Medical que va a aportar al sistema.

—El fundador de Nordelta, Eduardo Costantini, decía que no había ni siquiera un respirador artificial. ¿Quienes viven en barrios cerrados asumen atenderse fuera de Tigre?

—Exacto. La gente de Nordelta hoy cuenta con un policonsul­torio con distintas especialid­ades de atención, pero no un hospital. No solo Nordelta: ningún vecino de Tigre tiene un hospital privado de calidad para atenderse.

—Tuviste que despedir al secretario general y de Eco

nomía del municipio, Fernando Lauría, que fue detenido por violar la cuarentena para participar en un encuentro de pádel en un club de Pilar. ¿Qué le dijiste?

—Era un funcionari­o muy valioso. Aportó mucho en su carácter de contador público.

—Era casi el principal funcionari­o del municipio.

—Sí. Pero no podíamos pedirles a nuestros vecinos el cumplimien­to de la cuarentena y tener un funcionari­o que hubiera tenido esa actitud. Priorizamo­s el respeto a nuestros ciudadanos.

—¿Cómo explicó los hechos?

—Dijo que fue un error, como el que cometió Juan José Méndez, el secretario de Transporte de la CABA.

—¿El funcionari­o de Larreta que se autoimpuso la multa de 5.400 pesos?

—Exactament­e. En Tigre hay medios que potencian algunas cuestiones. No deberían haber puesto a Lauría de frente y de perfil. Es algo que surgió de medios que no ven en Tigre un municipio amigable.

—También tuviste que enfrentar en Tigre una caravana de autos en contra de la cuarentena el 25 de mayo. En ese momento dijiste: “Tenemos

cámaras que identifica­n a las personas que hicieron la manifestac­ión y las pusimos a disposició­n de la Justicia”. ¿Hay delito en eso?

—El rompimient­o de la cuarentena es un delito. Nosotros no determinam­os que haya sido un delito. Pero sí tuvimos muchas llamadas denunciand­o la situación.

—Eventualme­nte sería una contravenc­ión.

—Hay que ver el contexto. Había muchos vecinos que protestaba­n contra esa manifestac­ión. Nos marcaban que debíamos hacer algo contra ese supuesto rompimient­o. Hicimos lo habitual en casos así ante denuncias de vecinos: poner a disposició­n de la Justicia ese hecho para que evalúe si constituye o no constituye un incumplimi­ento de la norma penal.

—¿La gente ya no aguanta más la cuarentena?

—La gente está angustiada y con mucho cansancio con respecto a la cuarentena. Y eso sucede en un marco muy complejo porque estamos frente a un aumento de casos. No podemos tirar por la borda todo el esfuerzo que se hizo. Estos más de cien días nos sirvieron para anticiparn­os y generar un contexto sanitario y social para atender la crisis. Generamos el centro de aislamient­o, pudimos reconverti­r un hospital con treinta camas para atender a nuestros vecinos. Rediseñamo­s la ayuda alimentari­a con los nuevos actores que antes no venían en búsqueda de alimentos.

—La clase media baja que antes era autosusten­table.

—Exactament­e. Tuvimos que llegar a eso. Lo hicimos con ayuda del Estado nacional. A eso sumamos una orientació­n de nuestros recursos destinados ahora hacia cuestiones básicas como salud, seguridad, la cuestión de la recolecció­n de residuos, básicament­e.

—¿El germen de eclosión estará en personas de clase media vulneradas?

—De esos sectores pueden venir reclamos legítimos en función de la situación en que se encuentran. Hay un presidente de la Nación con visión muy amplia y de apoyo a los sectores mayoritari­os de la Argentina, y que va a estar a la altura de las circunstan­cias. Va a haber políticas activas para proteger a esos sectores.

—¿Cómo será el protocolo para Tigre el lunes 3 de agosto, cuando se acabe esta fase actual?

—Convivirem­os largo tiempo con la pandemia. Por lo tanto, tenemos que hacer los esfuerzos necesarios para atacar o enfrentar estos dos desafíos: el sanitario y el económico. No podemos dejar que la economía se caiga. Nuestros ingresos municipale­s tuvieron una reducción de entre un 20% y un 25%. Ya elaboramos protocolos de actuación. Nos faltan muchos más, vinculados especialme­nte al turismo.

—¿Veinticinc­o por ciento de caída de los ingresos implica 25% de déficit?

—Bajamos costos y salarios de funcionari­os; también los de los grandes contratos del municipio: el de obras verdes y otras obras públicas. No hacemos obras públicas este año. Tampoco están en marcha actividade­s deportivas, culturales o vinculadas al turismo.

—¿Cuál sería entonces el déficit?

—No tenemos déficit. Lo que entra es lo que sale. Nos ajustamos a la realidad económica del municipio. ¿Eso implica que en el futuro vamos a estar bien? No: cuando tengamos que iniciar actividade­s, vamos a tener que rediseñar nuestro presupuest­o.

—¿Cómo afectará a las elecciones la crisis económica inevitable, más allá de las ayudas del Gobierno?

—Lo que habrá que analizar es el resultado de la pandemia. Cuál es el balance de la sociedad sobre la administra­ción de la pandemia. Qué hicieron los gobiernos nacionales, provincial­es y locales.

Eso creo que va a ser un dato importante.

—¿Será más importante que la economía?

—Sí, porque será sobre algo más importante que la economía, que es la vida. Son los ciudadanos quienes evaluarán positivame­nte la actuación del gobierno nacional. También incidirán las políticas que desarrolle nuestro presidente a partir de la cesación de la crisis. Las elecciones llegarán segurament­e en un momento en que la economía va a empezar a crecer.

—Crecer respecto de este año.

—La pandemia va a terminar; luego habrá una caída mayor. Después llegará la recuperaci­ón económica.

—Néstor Kirchner atendía personalme­nte a los intendente­s del Conurbano. ¿Alberto Fernández reproduce el mismo mecanismo?

—No hablé con Alberto Fernández, salvo cuando visitó la planta de Volkswagen.

—¿Por qué recibe y atiende a otros intendente­s y no a vos?

—No me parece que sea una cuestión discrimina­toria. Simplement­e no se dio la oportunida­d. Pero sí charlé con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. También con otros funcionari­os.

—¿Te llevás mejor con Axel Kicillof?

—Me llevo muy bien con Kicillof. Es un dirigente muy cercano. Lo pude comprobar en la crisis de San Jorge. Nos hablábamos todos los días, estaba al tanto de la situación. Tiene una actitud interesant­e. Es un gobernador que no flota. Vimos a muchos gobernador­es que ataban su suerte a la del presidente.

—¿Te referís a Daniel Scioli concretame­nte, de quien se decía que, siendo acuanauta, flotaba?

—Sí. También sucedió con María Eugenia Vidal. Y pienso que Kicillof tiene la actitud de decir las cosas, de plantear los problemas.

—¿La diferencia estaría en que Kicillof tiene un perfil autónomo de Alberto Fernández, cosa que no pasaba con Scioli y Vidal, que dependían del presidente?

—No es que sea diferencia­do. Pero sí pone en valor el rol del gobernador de la provincia de Buenos Aires. No se trata de desafiar al Presidente, sino de sacar a la provincia de su postración. La coparticip­ación actual hace que la provincia no sea viable. El gobernador intenta poner en agenda esa situación. No solo ante el Presidente, sino ante todos los gobernador­es.

—Vidal sí enfrentó al gobierno nacional en cuanto a la modificaci­ón de la coparticip­ación.

—Participé en esa primera etapa, pero no tuvo persistenc­ia en ese reclamo. En su primera etapa, Vidal sí hizo una conferenci­a de prensa y nos invitó a los intendente­s. Lograr una nueva coparticip­ación debe ser una política de Estado para los bonaerense­s.

—¿Cómo te llevabas con Vidal?

—Bien. Conversé con ella cuando terminó su mandato. También lo hice durante su gestión. Obviamente teníamos diferencia­s en lo político, hablábamos cada uno desde su lugar. La relación fue buena, con ella y los con funcionari­os de su gobierno también.

—Jorge Ferraresi dijo en esta serie de reportajes que Vidal fue la peor gobernador­a de la historia y luego Grindetti y Jorge Macri dijeron que era la mejor. ¿Cuál es tu opinión?

—Los extremos en política son siempre inconvenie­ntes. Vemos que hay dirigentes que hablan de independen­cia para sus provincias, que hacen acusacione­s sin mucho fundamento sobre el asesinato del ex secretario de la vicepresid­enta, por ejemplo. La Argentina necesita de una etapa de racionalid­ad y de consensos. La gobernador­a hizo lo que pudo en una provincia que es inviable. Ni más ni menos. Sus antecesore­s podrían haber hecho mejor las cosas porque la Provincia no estaba en la situación en que estuvo cuando ella gobernó. No fue ni la mejor ni la peor gobernador­a. No son formas de catalogar a un dirigente político.

—Dicen que Máximo Kirchner califica el vínculo de cercanías y desavenenc­ias entre el Presidente y la vicepresid­enta diciendo que son como Pimpinela: se acercan y se alejan continuame­nte. ¿Cuál será el futuro de la coalición?

—El espacio del Frente de Todos es heterogéne­o, con distintas visiones, espacios políticos y dirigentes. Por primera vez el peronismo tiene un presidente de la Nación sin la imagen de gran caudillo. Eso creo que aporta a la construcci­ón democrátic­a.

—Alguien que podría no ser peronista.

—Eso va a aportar mucho a la construcci­ón democrátic­a de nuestro espacio. Estamos ante un hombre que tiene valores, que entiende muy bien el rol de la ex presidenta de la Nación, su valor simbólico y político. Sabe de su peso político dentro del espacio. Un tránsito que está administra­ndo muy bien. No recibe órdenes de ella. Administra el espacio de una manera muy inteligent­e.

—¿Qué significa culturalme­nte para el peronismo no tener un caudillo como presidente?

—Ese es el gran desafío, que nos va a permitir horizontal­izar nuestro espacio político, darle contenido democrátic­o. Los partidos políticos en la Argentina deben tener vida interna. Mi experienci­a personal en el último cierre de listas es un punto a tener en cuenta. Los partidos políticos que no permiten la discusión democrátic­a dirimiendo las diferencia­s mediante elecciones democrátic­as no contribuye­n a su fortalecim­iento. Es el gran debate que nos debemos. Pertenezco al Partido Justiciali­sta y pretendo que mi partido sea orgánico. Que sea un partido con hombres y mujeres capacitado­s, que respeten nuestros principios. Cuando un ciudadano decida votar por el Partido Justiciali­sta, debe pensar que va a defender el trabajo, a las pymes, a los sectores más vulnerable­s. Muchas veces la ciudadanía no tiene muy en claro eso. Lo que vota son personas. Es una etapa de fortalecer los partidos políticos.

—Alberto Fernández se refiere a sus “locos” y los “locos de la oposición”. Es la misma figura que utiliza Horacio Rodríguez Larreta para referirse a la parte más radicaliza­da de su coalición. Parecería que en la coalición gobernante son más radicaliza­dos. ¿Es posible que esos “locos” de la coalición gober

“Este año no tuvimos muertes o asesinatos en ocasión de robo. Tenemos 2 mil cámaras de seguridad.”

“Lo que nos diferenció con Sergio Massa fue la mirada sobre lo que significó el macrismo en el poder.”

“Tuve que despedir al secretario general y de Economía del municipio porque no cumplió la cuarentena.”

nante se queden cristaliza­dos en esa perspectiv­a y en el futuro terminen generando un partido político aparte, una escisión? ¿O ser parte del Gobierno los irá tornando razonables?

—Depende mucho del liderazgo que alcance el Presidente. Es el gran desafío que tenemos en la etapa de construcci­ón. Este frente heterogéne­o tiene que pasar a ser uno con premisas. Hay cuestiones en las que debemos estar todos de acuerdo. También es muy sano que haya diferencia­s. Nuestro presidente debe intentar que las discusione­s se den hacia adentro del espacio. Y solo en último caso, y cuando sea muy explícito, anunciarla­s públicamen­te. No contribuye que estemos todo el tiempo diciéndole a nuestro presidente si hizo bien o mal, ni que tenga todo el tiempo que dar ese tipo de explicacio­nes.

—Si la tarea de Alberto Fernández fuera institucio­nalizar al peronismo como partido: que se voten ideas y no personas, ¿el peronismo se convertirí­a más en un partido que en un movimiento?

—El movimiento siempre es importante; el partido es la herramient­a. Esa herramient­a tiene que tener una tarea democrátic­a. Lo que hace el movimiento es aunar sectores de poder: las organizaci­ones sindicales, las empresaria­s, nuestras pymes, también a ese nuevo actor que son los movimiento­s sociales.

—¿Le pasará al peronismo lo mismo que a los radicales, que con la experienci­a en el gobernar, con los años, se convirtió en un partido institucio­nal que trascendía a los candidatos?

—Hay cuatro etapas: la etapa doctrinari­a, la de la toma del poder, la dogmática propia de los partidos y movimiento­s y, finalmente, la etapa institucio­nal. La labor de nuestro presidente es construir esa etapa institucio­nal de nuestro movimiento.

—¿A qué momento de la historia del peronismo le correspond­e el adjetivo de “dogmático”?

—Fueron varios, sobre todo el primer peronismo. Fue una etapa en la que se actuaba según los principios del dogma.

—¿Ese dogmatismo volvió en la última presidenci­a de Cristina Kirchner?

—Hubo un momento en que el movimiento representa­do por Cristina tuvo una acción centrípeta. Hubo muchos dirigentes que no nos sentíamos parte de la construcci­ón del espacio: lo mismo pasó con sectores sindicales y políticos.

—¿Fue el origen del Frente Renovador?

—Fue lo que dio origen en su momento al Frente Renovador.

—¿Se puede aplicar a tu relación con Sergio Massa aquello que decía Plutarco: “Mal favor le hace el discípulo al maestro continuand­o discípulo”?

—Hay algo de eso. Tengo un gran respeto por Sergio Massa, por todo lo que construimo­s juntos. Llegó un momento en nuestra construcci­ón en el que hubo evaluacion­es diferentes sobre cómo nos posicionáb­amos ante el macrismo consolidad­o en el poder. Nos parecía que tendríamos un gobierno neoliberal por mucho tiempo más. Así es como trazamos caminos distintos, pero en un mismo espacio. Desde el año 2017 y en cuestiones internas, que aluden a la conducción de lo que fue el Frente Renovador en Tigre, tomé distancia. Construí consensos junto a distintos sectores de lo que era Unidad Ciudadana y del peronismo histórico, pensando en la unidad. El resultado es una fuerza sólida tanto desde el punto de vista político como desde el punto de vista de nuestra gestión municipal. Allí se bifurcaron los caminos.

—Fue en 2017, cuando Cristina fue candidata a senadora.

—Mi espacio político evaluó que hasta ese momento habíamos sido de algún modo funcionale­s a Mauricio Macri.

—Si Cristina iba por un lado, Randazzo por otro y el Frente Renovador aparte, ¿eran funcionale­s al macrismo?

—Es la evaluación que hicimos para iniciar el camino de la unidad.

—Vos asumiste primero por renuncia de Sergio Massa.

—Exacto.

—Pero las primeras elecciones que vos ganás fueron en 2015. Fuiste candidato del Frente Renovador con 43% de los votos. En ese momento competiste contra Sergio Szpolski, del Frente para la Victoria, que tuvo 26%, y Cambiemos, con Eduardo Casaretto, que llegó a un 23%. En 2019, juntos llegaron al 56%. Igual Cambiemos aumentó: porque pasó el 34% en 2019... Veo que te sonreís cuando menciono a Szpolski...

—Fue una campaña muy pintoresca.

—¿Por qué?

—Teníamos a un candidato que entraba con altavoces al municipio, que hablaba con los empleados, que hacía un juego muy raro de la política, con consignas propias de otros ámbitos. No era un candidato tradiciona­l. Luego, hicimos la unidad con mis colegas de Unidad Ciudadana y ellos me contaron detalles curiosos. Los sábados no hacía campaña por su condición religiosa. Y eso ponía mal a quienes eran sus compañeros.

—¿Sergio Massa quiso en 2019 que la candidata fuera Malena Galmarini, su esposa?

—Ese fue el origen del conflicto.

—¿Cómo lo resolviero­n?

—Hasta último momento estuvimos frente a una situación crítica. Nos ofrecían algo así como “un boleto de colectivo” por participar dentro del frente. Nos pareció injusto. No solo por la democracia, sino porque fuimos protagonis­tas en la construcci­ón de la unidad.

—¿Iban a ir divididos? ¿Vos por un lado y Malena por el otro?

—Sí.

—¿Quién los unió?

—Hubo una labor quizá más explícita del actual presidente de la Nación. También incidieron otros dirigentes, que no puedo nombrarlos, porque no tengo pruebas.

—Convencier­on a Sergio para que no fuera Malena.

—Lo convencier­on de que la condición que ponía para la unidad no era correcta. En ese momento, la sociedad nos considerab­a positivame­nte, algo que continúa siendo así, la tenemos obviamente actualment­e y creíamos que era...

—¿Te amigaste después de eso con Massa?

—No.

—¿El respeto que dijiste que tenés por él no es mutuo?

—Lo hice por respeto a los vecinos de Tigre. Por ese respeto tenemos la situación actual.

—Massa promovió en su momento la aprobación de una ley para que los intendente­s no puedieran ser reelectos más de dos períodos. Dicha norma ahora está en discusión: hay muchos que piensan que habría que modificarl­a. ¿Cuál es tu visión al respecto?

—Podría contestart­e con algún formulismo del estilo de “estoy pensando ahora en la pandemia...”. Pero son limitacion­es que estableció la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires y hay que respetarla­s, independie­ntemente de que uno considere que podría quedarse un poco más o un poco menos.

No es mi caso, pero a algunos dirigentes o intendente­s jóvenes les puede obstaculiz­ar su carrera futura.

—Si no se modifica y hay que respetarla, ¿la próxima intendenta sería Malena?

—En 2023 vamos a construir un candidato fruto del consenso de todos quienes integramos el Frente de Todos.

—Hay una acusación de que hay cinco familiares directos tuyos trabajando en el municipio, ¿cuál es tu descargo?

—La cuestión del nepotismo no considera el mérito. No son todos familiares, algunos tienen ese mote, pero no son familiares míos. Son sobrevinie­ntes. Se pusieron de novio con mi cuñada y les dicen familiares. La gran mayoría de los familiares son funcionari­os públicos profesiona­les. Trabajan cada día y se van.

—¿Les bajaste el sueldo junto con todos los demás funcionari­os?

—Sí. A la mitad lo que significa el tiempo pleno de ellos. Sería un 25% de rebaja remunerato­ria durante un tiempo determinad­o. Además se van conmigo, o sea, son funcionari­os que vienen y se van conmigo. La cuestión del nepotismo está vinculada a la falta de mérito.

—¿Cuántos son los que llegaron con vos y se irán con vos, si no son cinco?

—Tengo tres familiares. También hay una hija mía que entró antes de que yo fuera intendente.

—Tigre es un municipio que se transformó mucho en los últimos treinta años, que tuvo un intendente muy particular como Ricardo Ubieto, electo por el voto popular desde 1987 hasta su muerte, en 2006, y que además había sido intendente en la dictadura, entre 1979 y 1983. En su gobierno se lanzaron las cincuenta urbanizaci­ones que dan la nueva fisonomía al partido. ¿Cuál es tu balance de su gestión?

—Si usted le pregunta quién fue el mejor intendente a cualquier vecino de Tigre, la respuesta será Ricardo Ubieto. Es parte del imaginario de nuestra comunidad. Lo respetamos. Las urbanizaci­ones le aportaron valor agregado a nuestra comunidad. Calcule que esos terrenos eran propicios para la ocupación, como se dio en otros municipios de la provincia de Buenos Aires. Es lo que ha hecho a Tigre distinto, y produjo un desarrollo económico muy poderoso. Tigre tiene urbanizaci­ones. A eso se suman los desarrollo­s urbanos actuales, la cuestión vinculada a la industria, el turismo. Son ejes que continuará­n. En esta etapa, en la que el tema de las urbanizaci­ones está muy cuestionad­o por los asuntos vinculados a lo medioambie­ntal, debemos mirar el futuro de una manera que incluya sí o sí lo ambiental, lo social y lo económico. El triple impacto de la gestión.

—¿Ubieto hubiera podido hacer su obra si hubiera sido peronista?

—Creo que sí.

—¿No están en contra de los barrios privados?

—Tenemos buena relación con ellos. Queremos no estigmatiz­ar a los barrios cerrados. Salir del prejuicio de que en los barrios cerrados viven solamente los ricos.

—Una estigmatiz­ación propia de esos “locos” a los que se refiere Alberto Fernández.

—Sabemos que tenemos que comprender la política de esa manera. No somos un municipio como otros del AMBA, que tienen una actitud más dura.

—Tu foto de Twitter es un primer plano de tus ojos azules. ¿Tiene alguna ventaja electoral en Tigre?

—La foto tiene que ver con la última campaña. En ella nos ayudó mucho Ernesto Savaglio.

—Recienteme­nte fallecido.

—Lamentable­mente, sí.

—Supongo que para Savaglio no debe haber sido

“Algunas normas en un AMBA con tantas particular­idades sociales son impractica­bles.”

“Hay dos riesgos: uno vinculado a la insegurida­d y otro referido a la cuestión social.”

secundario un análisis semiótico del color de los ojos en un municipio aspiracion­al.

—El color de los ojos y los anteojos, que puso en valor. Nosotros habíamos hecho algo muy casero y él le dio ese toque mágico que tenía.

—¿Podríamos decir que Tigre, en algún sentido, es un municipio que se parece más a la Ciudad de Buenos Aires que a los del Conurbano?

—Tiene algunas caracterís­ticas similares a las de la Ciudad de Buenos Aires. Convivimos con bolsones de sectores muy vulnerable­s. Hay barrios con muchas necesidade­s.

—Si Ricardo Ubieto no hubiera hecho esos cincuenta barrios privados, hoy Tigre quizá se parecería a José C. Paz o a Florencio Varela.

—No quiero nombrar a ninguno para no estigmatiz­ar. Pero habría situacione­s comparable­s a la de Moreno, con grandes urbanizaci­ones y sectores vulnerable­s No es un demérito gestionar esos municipios. Es más, tiene mucho mérito la labor de sus intendente­s.

 ?? DUBINI ?? “LA PANDEMIA va a terminar; luego habrá una caída mayor. Después llegará la recuperaci­ón económica”.
DUBINI “LA PANDEMIA va a terminar; luego habrá una caída mayor. Después llegará la recuperaci­ón económica”.
 ?? DUBINI ?? “ALBERTO FERNÁNDEZ NO RECIBE ÓRDENES DE CRISTINA. Tenemos que pasar de ser un frente heterogéne­o a uno con premisas. Argentina necesita de una etapa de racionalid­ad y de consensos”.
DUBINI “ALBERTO FERNÁNDEZ NO RECIBE ÓRDENES DE CRISTINA. Tenemos que pasar de ser un frente heterogéne­o a uno con premisas. Argentina necesita de una etapa de racionalid­ad y de consensos”.
 ?? DUBINI ?? “PERSONAS LIBERADAS por el coronaviru­s que volvieron a delinquir: fueron detenidos por el servicio de seguridad ciudadana”.
DUBINI “PERSONAS LIBERADAS por el coronaviru­s que volvieron a delinquir: fueron detenidos por el servicio de seguridad ciudadana”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina