Crece la pista policial en el caso Astudillo
Esperan resultados de peritajes claves.
Los policías caminan entre los pastizales que están a la vera la Ruta Nacional Nº 3. Se apoyan con bastones de madera y revisan hasta la basura buscando algún rastro del joven que está desaparecido desde el 30 de abril pasado, cuando salió de la localidad de Pedro Luro en dirección a la ciudad de Bahía Blanca.
Facundo Astudillo Castro (22) iba a la casa de su exnovia, en Bahía Blanca. Y hasta se comunicó con su mamá desde la localidad de Mayor Buratovich, poco después de ser demorado por violar el aislamiento obligatorio. “Vos no tenés idea donde estoy yo”, le dijo a las 13.30. Lo que pasó después sigue siendo verdadero misterio.
El joven de 22 años fue visto por última vez el 30 abril en la ruta nacional 3
Al cumplirse tres meses de la desaparición, el fiscal que investiga el caso, Santiago Ulpiano Martínez, maneja una hipótesis fuerte, tres más débiles y otras que van surgiendo día a día pero que caen por falta de pruebas.
La central apunta a una desaparición forzada orquestada desde las entrañas de la Bonaerense, aunque tampoco descarta un caso de drogas, un accidente de tránsito y hasta una desaparición voluntaria, claro que estas últimas dos no tienen mucho sustento en la mesa chica de los investigadores. Veamos:
La maldita Bonaerense. Es la línea de trabajo más fuerte y se sostiene con el indicio más firme: la aprehensión del joven, el jueves 30 de abril. Lo reconocen los mismos policías que intervinieron en el operativo, aunque a diferencia de lo que sospechan algunos, ellos dicen que el chico fue liberado y regresó a la RN 3.
Facundo fue detenido a las 10 de la mañana y trasladado a la comisaría de Mayor Buratovich. Cinco horas después lo volvieron a parar en la misma ruta.
La versión de todos los efectivos que intervinieron en el caso está siendo cotejada con el informe del Sistema de Localización Automática Vehicular( AVL) de los móviles que estaban patrullando la zona y con el resultado de los entrecruzamientos de llamados que realizó el personal que estaba de servicio. En total, son al menos nueve los que están bajo investigación. Además, el fiscal le pidió al Ministerio de Seguridad de Buenos Aires que informe las modulaciones de radios de los patrulleros de la localidad de Teniente Origone; de la Comisaría de Mayor Buratovich; y de la Patrulla Rural de Villarino del 30 de abril pasado.
Las presuntas manchas de sangre halladas en el móvil 22788 podrían encarrillar la hipótesis de la desaparición forzada. Pero claro, primero se tiene que confirmar que efectivamente se trate de rastros hemáticos, luego extraer el ADN y finalmente que ese patrón genético coincida con el de Facundo. Se supone que los resultados estarían en los próximos días.
Otro punto central, que refuerza esta teoría, tiene que ver con la intervención de un perro rastreador con probados antecedentes y que intervino en varios casos resonantes, como el de Santiago Maldonado o Araceli Fulles. Yatel -así se llama el can que adiestra Marcos Herreromarcó el mismo patrullero alimentando así las sospechas que existen contra el teniente primero Alberto González, quien para esa fecha tenía asignado ese móvil.
González declaró en la causa
La familia cree que el joven fue detenido ilegalmente y asesinado
y reconoció que el 30 de abril a las 15 horas (cinco horas después de la primera detención) identificó a Facundo cuando caminaba por la RN 3, en sentido Pedro Luro - Bahía Blanca. Pero se contradijo. Primero aseguró que el chico se subió a una camioneta gris. Y después se retractó y dijo que continuó su caminata.
Tres testigos que presentó la querella que encabeza el abogado Leandro Aparicio aseguran que fue subido a ese móvil.
Para los próximos días el fiscal espera el resultado de los peritajes caligráficos al libro de guardia secuestrado en el puesto ve Vigilancia de Teniente Origone. Lo que busca saber es si en las anotaciones correspondientes al 30 de abril existen enmiendas, raspaduras, borrones o faltantes de hojas, que permitan suponer que existió una adulteración de su contenido.
Con menos fuerza, los investigadores no descartan otras líneas que surgieron en base a distintos testigos, algunos de ellos dudosos y hasta contradictorios. La pista que ubica al joven en la ciudad donde reside su exnovia no pudo ser certificada, pese a que una mujer dice haberlo visto después del 30 de abril. En Bahía Blanca es donde surge la hipótesis que plantea un escenario que involucra a familiares cercanos a la ex pareja del chico por una cuestión vinculada a la venta de drogas, pero no hay más que eso.
La otra conjetura que manejan recuerda a un caso que expuso la inoperancia de la fuerza de seguridad que hoy conduce Sergio Berni: la trágica muerte de la familia Pomar, en noviembre de 2009. Más de 3 mil policías participaron de la búsqueda de esta familia en la zona de Pergamino durante 24 días. Se tejieron varias hipótesis -muchas de ellas descabelladas- hasta que finalmente se supo el auto en el que viajaban se despistó y terminó volcando.
Siguiendo la teoría del accidente, el fiscal del caso Facundo libró un oficio para que busquen al chico en hospitales y morgues de la zona, pero no obtuvo resultados positivos. Por lo pronto, no hay elementos de prueba que sostengan esta pista, aunque a tres meses de la desaparición y frente a las dudas que plantea el caso, todos repiten lo mismo: “No descartamos nada”.