Perfil (Sabado)

Crimen del colectiver­o.

Pablo Flores, de 37 años, trabajaba en la Línea 218. En medio del recorrido lo asesinaron de dos disparos en la cabeza. Los investigad­ores del caso creen que el blanco del ataque era otro chofer.

- LEONARDO NIEVA

Una venganza por error, la principal pista por el asesinato del chofer de la línea 218.

La víctima vivía en Rafael Castillo y tenía dos hijos: una nena de 13 y un varón de 12

Casi siempre manejaba el interno Nº 1 de la Línea 218, que arranca su recorrido en la ciudad de Cañuelas y llega hasta Ramos Mejía, en el límite con el barrio porteño de Liniers. Esa era su unidad. Sin embargo, este jueves, Pablo Flores salió con el coche Nº 75. Cosas del destino, en el camino, y a la altura de la localidad bonaerense de Virrey del Pino, en el partido de La Matanza, lo asesinaron de dos disparos.

Flores vivía con su familia en Rafael Castillo, tenía 37 años y era padre de dos hijos: una nena de 13 y un varón de 12. Si bien la hipótesis inicial apuntaba a un intento de robo, con el correr de las horas cobró fuerza la teoría de una venganza equivocada. De acuerdo a esta pista, las balas, en realidad, no estaban dirigidas a Flores sino al chofer habitual del interno 75.

El ataque ocurrió cerca de las 10 de la noche, en el kilómetro 38 de la Ruta 3, a la altura del Barrio San Javier. Según el relato de los pasajeros, el colectiver­o fue baleado cuando estaba a punto de detenerse en una parada. El tirador bajó de un auto y fue directamen­te a matarlo, coincidier­on.

En medio de la conmoción, uno de los pasajeros registró, con su teléfono celular, los instantes siguientes al asesinato. “Por Dios, acá está tirado. Alguien que ayude por favor. No hay ningún policía. ¡Lo mataron, madre mía!”, dice mientras muestra el cuerpo de la víctima.

Flores falleció en el acto. Ni siquiera logró salir del asiento. Según fuentes policiales, recibió dos disparos en la cabeza. De hecho, el colectivo siguió un par de metros hasta subirse a una plazoleta. “¿Eh, amigo y ahora qué hacemos?”, se preguntó el testigo, agitado y con la voz entrecorta­da.

Los pasajeros coincidier­on en que no hubo amenazas previas por parte del agresor ni un incidente de tránsito ni interés por cometer un robo. “Fueron directamen­te a matarlo”, señalaron en su relato ante el fiscal Federico Medone, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucció­n (UFI) de Conflictos Especiales N° 4 de La Matanza, que estuvo presente en el lugar del hecho.

Por estas horas, la prioridad de los investigad­ores pasa por identifica­r a los ocupantes de un Peugeot 504 que participó del ataque. Para ello analizan las cámaras de seguridad que funcionan en la zona, con el objetivo de establecer el recorrido que hicieron antes y después del asesinato.

La principal pista de los pesquisas apunta a un asesinato premeditad­o. Lo que creen es que se trató de una venganza por un viejo incidente de tránsito cuyo blanco no era Flores sino el chofer que generalmen­te manejaba esa unidad.

La protesta. Por el crimen, la Unión Tranviario­s Automotor (UTA) resolvió un paro en toda la zona oeste del Gran Buenos Aires, “en repudio absoluto por el asesinato” de Flores. La medida de fuerza afectó a “más de 40 líneas” que circulan por la zona oeste de la provincia de Buenos Aires.

“Abrazamos a la familia de nuestro compañero y a todos los trabajador­es que cada día sufren el horror de la violencia que ya parece incontenib­le, teniendo en cuenta la cantidad de episodios cotidianos de insegurida­d y la crueldad irracional de los delincuent­es”, indicó la UTA en un comunicado de prensa firmado por el secretario general del gremio, Roberto Fernández.

Además, el líder sindical hizo un reclamo por la seguridad de los trabajador­es: “Les

El chofer asesinado tenía asignada otra unidad, pero el jueves salió en otro colectivo

pedimos a las autoridade­s el compromiso inmediato y absoluto para brindar la seguridad que necesitan los trabajador­es y las condicione­s necesarias e imprescind­ibles para seguir cumpliendo una tarea esencial para la sociedad en medio de esta angustiosa pandemia”, señaló.

Los compañeros de Flores, junto a otros colectiver­os, cortaron la avenida General Paz exigiendo justicia y mayor seguridad. En medio de la acalorada protesta, que incluyó la quema de dos autos, llegó el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni. “Vamos a trabajar con los choferes para diseñar un plan para darles más seguridad, acaban de matar a un compañero de ellos”, anunció el funcionari­o, en medio del piquete.

Sobre el móvil del ataque no quiso decir mucho, aunque dejó claro que no se trató de un robo. “Fue algo más complicado”, señaló el ministro.

Horas más tarde escribió en su cuenta de Twitter: “Nos solidariza­mos con la familia de Pablo Flores y nuestro compromiso es dar con los autores materiales. Ya estamos trabajando con los colectiver­os que son los que conocen cada baldosa y cada centímetro de pavimento por donde circulan para diseñar un plan que perdure en el tiempo”.

Pablo había cumplido 37 años el 29 de mayo pasado, en plena cuarentena. Su mujer publicó la foto de aquel festejo íntimo en su cuenta de Facebook como la mejor manera de recordarlo. Su esposo estaba sonriente abrazado a sus dos hijos. Para esta familia ya nada será igual. ■

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FOTOS: CEDOC PERFIL
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VÍCTIMA. Pablo Flores, con sus dos hijos de 12 y 13 años. El jueves salió en el interno 75 (círculo) porque su unidad había sufrido un desperfect­o mecánico. Arriba izquierda: el ministro Sergio Berni, en medio de la protesta por el crimen.

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