Nagorno Karabaj: Francia y Rusia advierten a Turquía
Emmanuel Macron pedirá explicaciones a su colega turco por la presencia de milicianos sirios apoyados por Ankara en el ataque de Azerbaiyán al enclave armenio.
El presidente francés, Emmanuel Macron, denunció ayer la presencia de mercenarios islámicos sirios apoyados por Turquía que combaten junto a las tropas de Azerbaiyán en Nagorno Karabaj, adelantó que exigirá explicaciones a su colega turco, Recep Erdogan y exigió a la OTAN seguir de cerca el comportamiento de Ankara, miembro de Alianza.
“Trescientos combatientes salieron de Siria para llegar a Bakú pasando por Gaziantep (Turquía). Son conocidos, han sido rastreados, identificados, vienen de grupos yihadistas que operan en la región de Alepo”, declaró Macron tras la cumbre de la UE en Bruselas.
“Se están preparando otros contingentes, más o menos del mismo tamaño.) Se ha traspasado una línea roja. Es inaceptable”, advirtió.
Francia forma parte, junto con Rusia y Estados Unidos, del “grupo de Minsk” encargado de mediar en este conflicto.
“Llamaré al presidente Erdogan en los próximos días, porque como copresidente del grupo de Minsk, considero que es responsabilidad de Francia pedir explicaciones”, insistió Macron en Bruselas.
“Invito a todos los socios de la OTAN a que miren de frente el comportamiento de un miembro de la OTAN”, dijo.
La UE afirmó el jueves que “no puede haber una solución militar al conflicto, ni injerencia alguna” en Nagorno Karabaj, en las conclusiones del primer día de la cumbre. Y ayer, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, quien recibió en Roma al canciller turco, llamó a “evitar las intervenciones externas que puedan complicar el conflicto”.
Rusia. También el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo ayer estar muy preocupado por la presencia de combatientes pro-turcos en Nagorno Karabaj, informó el Kremlin.
En una conversación telefónica con el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, Putin expresó “su gran preocupación ante informaciones sobre la presencia de grupos armados ilegales de Medio Oriente” en los combates”.
Rusia, quien mantiene buenas relaciones tanto con Armenia como con Azerbaiyán (ambas ex repúblicas soviéticas), tiene una base militar en Gyumri, en el noreste del territorio armenio, donde cuenta con 3.300 soldados, 240 blindados, así como misiles balísticos S300 y S400.
Pero también las fuerzas azeríes poseen armamento ruso, como drones, misiles tierra-aire y modernos tanques.
“Rusia ha intentado durante años mostrar su neutralidad entregando armas a los dos países y asegurando que mantenía un equilibrio de fuerzas. Pero tendrá que elegir”, dice el experto ruso Alexander Golts.
“La situación es diplomática y estratégicamente incierta, con Estados Unidos al margen, lo que deja un espacio libre para ser llenado por Rusia y Turquía”, tuiteó Matthew Bryza, ex embajador estadounidense en Azerbaiyán.
Turquía es la potencia más activa en el Cáucaso. Los expertos aseguran que Azerbaiyán
no pudo actuar sin la bendición del presidente Erdogan, quien multiplica sus frentes exteriores mientras alimenta al electorado nacionalista.
En Siria y Libia desafía a Putin, y en el Mediterráneo oriental a la UE. Ahora, abre un nuevo frente en el Cáucaso.
Ayer, reafirmó su desafío. “Azerbaiyán hasta ahora no pidió apoyo a Turquía para arreglar la crisis, pero si la situación no se resuelve, daremos nuestro apoyo y nadie podrá decir nada”, advirtió. “Estamos junto a Bakú”.
Según el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, el apoyo militar de Turquía a Azerbaiyán se traduce en la presencia de “vehículos militares, armas y consejeros militares” turcos junto a las tropas azeríes, además del transporte de los “mercenarios” islámicos sirios.
Combates. Desde el domingo, tras un ataque azerí, las fuerzas del enclave separatista, apoyadas por Armenia, se enfrentan con las de Azerbaiyán
en los combates más cruentos desde 2016. Turquía es un aliado de Bakú.
Este territorio, poblado sobre todo por armenios, declaró su independencia de Azerbaiyán, provocando una guerra a principios de la década de 1990 en la que murieron 30 mil personas.
Los combates se intensificaron ayer a pesar de los nuevos llamamientos de alto el fuego. El gobierno armenio acusó a Azerbaiyán de haber bombardeado Stepanakert, la capital de la autoproclamada república, provocando la muerte de varios civiles e importantes daños materiales.
Los balances oficiales hablan de al menos 190 muertos: 158 soldados separatistas, 13 civiles armenios y 19 civiles azerbaiyanos, aunque las autoridades de Bakú no han comunicado aún pérdidas militares.
Armenia dice que sus fuerzas han matado a 1.280 soldados azerbaiyanos y Bakú asegura que fallecieron 1.900 militares enemigos.
Moscú tiene una base militar en suelo armenio con blindados y misiles balísticos