Perfil (Sabado)

Amor absoluto

- DANIEL LINK

No tenemos una gata, ni dos. Nadie podría jactarse de algo semejante (María Moreno sabe de qué hablo). Cuando Sebastián y yo decidimos que podíamos vivir juntos, al poco tiempo una amiga encontró en las vías del tren una gata negra que nos ofreció como amuleto para la longevidad conyugal. Tita Merello (así llamada por su intensidad impar) es una gata de Bombay que gusta de los espacios elevados. Tardamos diez años en darnos cuenta de esa necesidad tan suya y entonces le armamos un sistema de estantes a la altura de los techos que ella disfruta como una pantera de la estepa, lo que no puede ser genético, porque es una raza inventada por unas viejas gateras de Kentucky, como homenaje al leopardo negro Bagheera de El libro de la Selva.

Como buena Bombay, Tita nos ama con una exclusivid­ad renegrida y atormentad­a. No soporta estar sin nosotros y a cualquiera que se le acerque le tira arañazos y mordiscone­s crudelísim­os. A nosotros, jamás. Estoy seguro de que su carácter es, de alguna manera, responsabl­e de las quemas medievales de mujeres progresist­as (curanderas, aborteras, reparadora­s de virgos), porque es la clase de gato cuya mirada puede abrir las puertas del inframundo. Las brujas eran carne y uña con los gatos negros (probableme­nte burmeses, antepasado­s de los Bombay).

De noche, cuando estamos viendo alguna película o por la mañana, cuando leo los diarios en el celular, Tita baja de sus dominios aéreos y desde la otra punta de la cama me mira fijamente hasta que no puedo más y tengo que llamarla a mi lado. A veces no me doy cuenta de inmediato de que me está mirando, pero mi cuerpo se siente expuesto a una fuerza intolerabl­e.

Cuando tuvimos que decidir qué hacer con la gata en nuestros viajes laborales, decidimos adquirir para Tita (no para nosotros), una mascota que le hiciera compañía en nuestra ausencia. Cartulina vino a cumplir ese rol. Tita la maltrata sin misericord­ia alguna, lo que a Cartu le importa más bien poco. Cartulina es una rusa azul que parece tonta, pero cuya inteligenc­ia social es infinitame­nte superior a la de Tita. Se lleva bien con todo el mundo, anda con los perros (a los que no teme), en suma: sufre menos.

Todas esas caracterís­ticas a Tita la desesperan. Considera una frivolidad semejante entrega a lo social y una traición al amor exclusivo, que ella es capaz de llevar hasta su propia muerte (nunca querrá a nadie como a nosotros).

María Emilia, la gata que pretendimo­s incorporar a la manada hace unos años para completar la paleta (negra, gris y blanca) no murió por un pelo ante los sistemátic­os ataques concertado­s de Tita y Cartulina. Tuvimos que regalársel­a a Albertina Carri, donde encontró una felicidad que estas gatas nuestras le negaron. Mientras Tita esté con nosotros, nos debemos a ella.

Después, las fauces del infierno se abrirán para nosotros.

 ?? Lalo Alcaraz, Los Angeles Times, Los Angeles, EE.UU. ?? COVID EN LA CASA BLANCA. Donald Trump y Melania, su esposa, dieron positivo y están aislados, a casi un mes de las elecciones presidenci­ales.
Lalo Alcaraz, Los Angeles Times, Los Angeles, EE.UU. COVID EN LA CASA BLANCA. Donald Trump y Melania, su esposa, dieron positivo y están aislados, a casi un mes de las elecciones presidenci­ales.
 ?? Rob Rogers, The New York Times, Nueva York, EE.UU. ?? ¿EVOLUCION? “Pie Grande - Gran Empresario”. El primer debate presidenci­al confirmó a Trump como alguien maleducado y primitivo.
Rob Rogers, The New York Times, Nueva York, EE.UU. ¿EVOLUCION? “Pie Grande - Gran Empresario”. El primer debate presidenci­al confirmó a Trump como alguien maleducado y primitivo.
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