El regreso de las tablas en Uruguay
El 29/7 pasado se sancionó la norma que levantó la suspensión de los espectáculos públicos y permitió la apertura de teatros y museos en Uruguay. También se conoció el “protocolo” (palabra que la epidemia de Covid-19 incorporó a nuestro lenguaje habitual) que debía respetarse en esta primera etapa para que la actividad se realice con resguardo de la salud tanto del público como de los artistas, personal técnico y administrativo de cada espacio.
El 6/8 se produjo la apertura del Auditorio Nacional del Sodre “Adela Reta” con un concierto del Coro Nacional (uno de los seis elencos estables que integran la institución dependiente del Ministerio de Educación y Cultura de la República del Uruguay). Durante el mes se sucedieron conciertos de las orquestas y conjunto de cámara, hechos posibles gracias al trabajo realizado por directores e integrantes de las compañías durante el período de restricción de espectáculos en vivo.
La última semana de agosto marcó el regreso de las artes escénicas y la apertura de los otros dos auditorios que integran la institución (Nelly Goitiño y Vaz Ferreira).
El Ballet Nacional del Sodre asumió el desafío de presentarse con un programa que respetara el distanciamiento ordenado por la norma hasta esa fecha vigente. Durante la restricción de asistir a sala de ensayos, Igor Yebra (director artístico de la compañía) propuso a los integrantes del elenco que además de hacer sus clases cotidianas por plataforma Zoom, crearan coreografías en sus casas y esas coreografías fueron luego convertidas en piezas audiovisuales que integraron el ciclo Seguimos
con vos, que se compartió por web y redes, con impecable realización. La repercusión obtenida en los medios digitales por este original formato llevó a que el primer programa se llamara Volvemos con vos y se integrara con una adaptación de la clásica coreografía del prólogo de La bella durmiente del bosque, una suite de la obra Encuentros de la coreógrafa uruguaya Marina Sánchez y el conjunto de coreografías creadas por los integrantes de la compañía y dos versiones de clásicos repuestos por el director.
En este último segmento se produjo la presentación en público de la nueva primera bailarina del elenco, Nadia Mara, en su doble rol de intérprete y coreógrafa. La artista nacida y formada en Uruguay se desempeñó hasta este año como primera bailarina del Ballet de Atlanta, Estados Unidos.
El Ballet Nacional del Sodre fue así la primera compañía de la región en presentarse ante el público con un repertorio especialmente creado para estas especiales circunstancias que mantuvieron a la escena internacional sin espectáculos en vivo.
Esa misma noche en la sala Hugo Balzo del Auditorio “Adela Reta” se producía otro acontecimiento. El prestigioso dramaturgo y director Gabriel Calderón estrenaba en una sala pública su última obra Ana contra la muerte, con un elenco de tres prestigiosas actrices. Las entradas para las catorce funciones programadas se agotaron en dos días, y el 12 y 13/9 por iniciativa de la Fundación Teatro a Mil de Chile el espectáculo pudo verse por streaming en Chile y Argentina, demostrando así que la tecnología es una aliada para obtener nuevas audiencias e internacionalizar un espectáculo teatral.
A partir del 8/8 el teatro independiente volvió a los espectáculos en vivo con una representación en el prestigioso Teatro El Galpón que días pasados cumplió 71 años de existencia. Las salas y los elencos estables dependientes de la Intendencia de Montevideo también volvieron a la actividad en agosto y la ciudad recobró la intensidad de actividad cultural que la caracteriza.
A partir del 1 de septiembre comenzó a regir una nueva fase del “protocolo” que admite el contacto físico de artistas en ensayos y escenarios y flexibiliza las normas de distribución del público en las salas, situación que permitió el aumento del aforo de cada una de ellas y ampliará el repertorio que elencos de teatro y danza podrán llevar al escenario.
El reinicio de la actividad durante tan prolongado paréntesis demostró que la necesidad de las personas en asistir a espectáculos y compartirlos con otros sigue viva y que los espacios dedicados a estas expresiones otorgan confianza y seguridad.
Los medios digitales han venido para sumarse a la actividad presencial y a enriquecerla con nuevas formas de creación y difusión de las artes.