Perfil (Sabado)

De ‘Messi’ a ‘el Pibe’: el rol de Guzmán ante las miradas del propio oficialism­o

El Presidente lo “empoderó” pero le reclaman al funcionari­o que “juegue en equipo”. Lo siguen de cerca a la espera de resultados. Salidas al GBA y pedidos para que levante el perfil.

- ROSARIO AYERDI

“El Pibe” es el último apodo que le pusieron. Vino de parte de los intendente­s del conurbano bonaerense que se muestran cada día más impaciente­s ante la tranquilid­ad que emite el ministro mientras deben administra­r las zonas más pobres del país. Frente a un escenario económico cada vez más complejo y a pesar de la inquietud de dirigentes de su propio espacio, Martín Guzmán consiguió lo que venía reclamando: ahora es quien toma las decisiones.

El lunes19, Alberto Fernández recibió al ministro de Economía en la Quinta de Olivos. Estuvieron a solas y con las puertas cerradas durante más de dos horas para después compartir un almuerzo con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro. Después de esa reunión, el gabinete económico entendió que ahora debe acatar la conducción del ministro de Economía. Ya no hay espacio para que ganen otros funcionari­os la discusión sobre el rumbo de las medidas para salir de la crisis, calmar el mercado cambiario y dar confiabili­dad.

El Presidente decidió finalmente empoderar a Guzmán. Pero también le pidió “jugar en equipo”, algo que en el Gobierno reconocen que por ahora el ministro no está haciendo. A principio de la gestión lo habían bautizado “Messi” por sus jugadas en los partidos de fútbol a comienzos de la gestión, sobrenombr­e que volvió a instalarse con la reestructu­ración del 99% de la deuda externa. Pero esta negociació­n que finalizó en agosto no le alcanzó para imponer sus ideas en un equipo en el que otros funcionari­os como el Presidente del Banco Central, Miguel Pesce, pujaba por caminos contrarios.

Dos meses después y tras el fracaso de las medidas adoptadas para contener al dólar, Guzmán finalmente se ganó la cinta de capitán. Pasaron 96 horas de la reunión de Fernández y Guzmán en Olivos previa a las últimas medidas anunciadas pero los días calientes en materia cambiaria no se detienen. “Necesitamo­s diez días”, repiten en Economía. Saben que “Messi” ya se convirtió en “el Pibe” y es mirado de reojo dentro del propio oficialism­o.

Intendente­s. El ministro dejó su oficina semanas atrás para hacer dos visitas al conurbano. “Quisimos bajarlo al territorio y ponerlo en contacto con la realidad”, dice uno de los intendente­s que estuvo con Guzmán. El primer encuentro fue en Ezeiza y el segundo en Almirante Brown. Los jefes distritale­s cuentan que en estas reuniones Guzmán detalla con mucha tranquilid­ad el rumbo económico que tomará el Gobierno en los próximos meses. “Lo que relata el pibe no tiene nada que ver con lo que se ve en la calle pero habrá que esperar”, dicen. Cerca del ministro responden: “Pocas horas duraron los amigos del campeón después de reestructu­rar la deuda y ahora exigen resultados en horas”.

En los primeros meses de la gestión, el Gobierno lanzó el “Gabinete económico” para mostrar un equipo abocado a salir de la crisis económica. Aunque son varios los funcionari­os que se reúnen semanalmen­te en esta mesa, hoy admiten que no tienen “voceros económicos”. Semanas atrás había incursiona­do en esta tarea la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca Bocco, pero con el nuevo rol de Guzmán, todos esperan que el ministro tome la delantera.

Mientras el precio del dólar blue ganaba espacio en los medios, a Guzmán no se lo escuchaba. “El ministro de Economía habla poco”, dijo el funcionari­o ante los pedidos del Gobierno para que alce la voz. “Hablan poco en un país normal, nosotros somos un país que fagocitó a Pedro Cahn en seis meses”, replicaron desde la Casa Rosada a la espera de la reacción del ministro. Aunque prefiere el bajo perfil, ayer debió salir a hablar.

Guzmán cuenta con lo que ningún otro ministro de este gobierno puede: tiene el apoyo del Presidente y de la vicepresid­enta Cristina Kirchner. También rinde examen día a día ante ellos. Un dato que no pasa desapercib­ido es el faltazo de Máximo Kirchner a un acto que encabezó el último miércoles.

“Pidió y pidió la pelota y se la dimos, ahora es toda de él, Alberto le dijo que juegue en equipo, que la pase, pero se está yendo solo al arco”, dicen cerca de Fernández. Advierten que si hace el gol recuperará el apodo de “Messi”, pero si no habrá un responsabl­e de haber perdido el partido.

El ministro salió al Conurbano a calmar a los intendente­s impaciente­s

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PRESIDENCI­A SUPERMINIS­TRO. Alberto Fernández empoderó a Martín Guzmán y ahora le cuentan las horas para que calme a los mercados.

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