Eduardo Puppo, el biógrafo de Vilas y su aliado contra la ATP
Durante siete años el periodista reconstruyó más de 23 mil resultados para probar que el tenista fue el N° 1 del ranking internacional en 1975.
A la carrera de Guillermo Vilas solo le faltó una cosa: conseguir el puesto N°1 del ranking internacional. No es que no lo haya logrado en la cancha pero la Asociación de Tenis Profesional nunca le reconoció esa posición y es una espina que hasta el día hoy sigue clavada en el corazón de uno de los mejores tenistas de la historia. Para Eduardo Puppo, periodista especializado en ese deporte, nunca bastó con saber que Willy merece ese reconocimiento. “A él le corresponde”, suele decir cuando habla del tema.
Puppo conocía a Vilas por haberle hecho entrevistas para distintos medios. Mantenían una relación cordial de periodista a deportista, pero eso comenzó a cambiar en 2007. “Después del reclamo que hizo ese año para que le restituyan el N°1, a Evonne Goolagong, una tenista que pidió lo mismo que él, la WTA sí le reconoció esa posición. Ahí fue cuando me puse a investigar lo que pasó con Guillermo”, cuenta el periodista a PERFIL. Casi 13 años después de eso, todo el camino que recorrió desde entonces culminó en el documental Vilas: serás lo que debas ser o no serás nada, que podrá verse en Netflix desde el próximo martes. “Me obsesionaba perseguir la verdad y tener argumentos para probarla”, asegura antes del estreno oficial.
—¿Cómo estás con el lanzamiento?
—Es una película larga que comenzó a rodarse en mi cabeza a los siete años de haber iniciado con la investigación. En ese momento fue cuando empecé a ver una luz al final del camino porque ya tenía todo el material para sacar las cuentas necesarias. Fue algo que tuvimos que reconstruir porque le pedimos a la ATP los resultados y ellos no tienen en sus bases de datos todo lo necesario para saber lo que pasó con su propia historia. —¿Qué escala tiene esta investigación? —Reconstruimos
todas las semanas entre los años 1973 y 1978. En total contabilizamos 280 semanas y llegamos a saber qué pasó en el día a día de cada una de ellas. Tuvimos que conseguir más de 23 mil resultados, los bonus, los promedios, etc. Para eso me ayudaron mi señora, que es igual de obsesiva que yo para la investigación, y un matemático rumano que ella contactó. Entre los tres fuimos armando tres estudios de rankings que demuestran el resultado positivo para Vilas en cuanto al puesto N° 1.
—¿Creés que el documental va a ayudar en este reclamo?
—Hoy siento algo raro, que no lo puedo describir del todo pero que termina con este documental en Netflix. Es una plataforma global que sirve para mostrar de una sola vez todo lo que fue un largo trabajo que finalizó con una decisión pendiente de la ATP para otorgarle el N° 1 del ranking a Vilas. Quizás
Me ayudó mi esposa y un matemático rumano. Entre los tres armamos los estudios.
Esperamos que un dirigente de la ATP entienda que a Vilas le corresponde esa restitución.
esta película ayude para que los que tienen que decir abran los ojos y sientan que la justicia tiene que darse. Estamos hablando de una restitución que le corresponde a una persona.
—En el documental aparece tu esposa y cuenta que para la familia fue un proceso muy difícil. ¿Qué lugar le das a ella en todo esto?
—Ella es muy obsesiva. Jugó al tenis y estuvo en el ranking mundial junior. Yo no tenía que explicarle nada con respecto a lo que estaba pasando porque ella también se entusiasmó mucho. Pero después vio que yo iba corriendo detrás de esta investigación y fui relegando muchos estados familiares hasta obsesionarme demasiado. Ya no estaba Vilas como figura sino que me obsesionaba perseguir la verdad y tener argumentos para probarla. Porque si no, no tenía ninguna historia para contar. Ella se puso fuerte, me ayudó, colaboró y sufrió al igual que mis hijos porque sacarle tiempo a tu familia no es fácil. Muchos fines de semana enfrascado en esta búsqueda llevó a que tuviéramos algunas crisis pero como dice mi señora ‘cuando hay amor y comprensión todo se supera’. Si ella se hubiera dedicado a la pintura, no sé si hubiese aguantado tanto. También Vilas fue su ídolo, ella empezó a jugar por él y la comprensión estuvo. Pero a veces estaba tapada por el frenetismo mío de seguir y seguir con esta investigación.
—¿Sentís que es “una misión” en tu vida?
—Sí, puede ser. Yo lo que pensaba cuando comencé era que si nadie lo hacía, por qué no hacerlo yo. “Esa misión” llevó incertidumbres, certezas, consultas, viajes, búsquedas en hemerotecas de todo el mundo, etc. Lo más difícil fue armar la base de datos con los resultados porque si faltaba uno, podía desarmar todo. Esta investigación es tan honesta y tan verdadera porque los números son números y los resultados son los que son. La misión digamos era llegar a tener todos los argumentos necesarios para que el organismo que debe determinar eso los tenga en sus manos. Y lo tuvo. Lo que estamos esperando es que un dirigente de la ATP abra su mente y entienda que Vilas merece tener ese N° 1.
—¿Cuándo se entera Vilas de esto?
—Le conté en 2013. Hasta ese momento no sabía nada y quiero aclarar que nunca me pidió que hiciera todo ese trabajo. Yo lo conocía de haberle hecho notas pero era una relación más de periodista y jugador. Cuando le cuento sobre la investigación comienza otro tipo de relación y hoy es un muy buen amigo que me dio la vida.
—En el documental se deja ver un poco el delicado momento de salud de Vilas. ¿Cambió algo esa noticia que se conoció este año?
—Para mi es algo totalmente normal. Nunca perdí el contacto con él desde que se radicó en Mónaco en 2017. Hablamos por teléfono unas tres veces por semana y para mí la relación siguió funcionando más allá de cómo esté él. Ese tema es
totalmente privado y no invado esa privacidad de ninguna manera porque no corresponde. Durante el rodaje en Mónaco él colaboró en todo lo pautado y creo que se refleja en el documental. Cuando hay una amistad y uno quiere a la otra persona todo lo que puede pasar no cambia nada.
—También se nota que ya sos parte de su familia. ¿Lo sentís así?
—Fueron muchos años juntos. No solo por esta investigación sino por el libro que escribí sobre su vida. Fui más de cien veces a la casa y si uno comparte tanto tiempo en la casa de alguien ya formas parte de la familia. Les agradezco mucho a todos porque son muy buena gente. Andanin -la hija mayor de Vilas- es un sol y la quiero mucho. Y bueno, no quiero hablar más porque realmente me emociona mucho.
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