La muerte nunca esclarecida de Jony Flawers
Esta webserie documental ficcional surge por la necesidad de un grupo de actores, de encontrar el formato ideal para expresarse en esta época de pandemia. Con la intención de dar cauce a su arte, el director y actor Fabricio Rotella –quien tiene varias piezas estrenadas–, creó esta interesante propuesta, que escapa al concepto de teatro filmado con mínimos recursos y hecho en
streaming. Mezclando recursos técnicos y visuales del cine y el teatro, Rotella y su equipo concretaron un universo creativo que les permite dar vida a un policial con dosis de humor que consta de tres capítulos.
Vale mencionar que la propuesta se recibe con gran entusiasmo no solo por incluir la parodia y la ironía a un género (el policial, que a veces se vuelve algo solemne y no es fácil de resolver). Por lo que esta webserie no deja de ser un hallazgo creativo con elementos de realización a pulir en el futuro.
Manos vacías se zambulle de lleno, a través de sus tres capítulos, en la renegada vida de un cantante romántico, una especie de outsider que parte de su aldea, por decirlo así, a conquistar el universo latino con sede en Miami. Allí triunfa en apariencia y en un regreso fugaz a su patria para recibir un premio lo enfrenta a no se sabe qué y se suicida. O al menos eso es lo que se presume, pero como la duda está latente ésta se convierte en un conflicto a resolver. El film se encarga de reconstruir la trayectoria y lo sucedido las últimas horas de vida del artista. Y lo hace a través de declaraciones de los que fueron los tres integrantes de la primera banda local de este músico, cuyo nombre artístico es Jony Flawers. Lo que da lugar a divertidos equívocos y a una sólida composición de personajes, cada uno más disparatado que el otro, pero con bases interpretativas coherentes.
Rotella cuida al detalle su producción, la que parece haberse inspirado en el documental musical This is Spinal Tap (1984), también apócrifo como éste, del ahora famoso Rob Reiner, el director de Cuando Harry conoció a Sally y Misery. Manos vacías indaga del mismo modo en una banda y su vocalista, famoso en los años 80. La realización tiene un diseño visual, que hasta se preocupó por darle a las imágenes un tratamiento de una resolución “defectuosa” y algo “borrosa”, como para dar a entender el paso del tiempo. Cada capítulo incluye un elaborado “envoltorio” de inserts: recortes de diarios, fotos, tomas en interiores y exteriores y una serie de interrogatorios a cámara que por instantes resultan desopilantes.