EL CINE CONCENTRADO
Alejandro Fadel remarca el carácter deliberadamente artesanal de El elemento enigmático, cuyo título está inspirado en una canción de Francisco Bochatón, un artista argentino que también trabajó siempre un poco al margen de los circuitos tradicionales. La película se llevó a cabo sin apelar a los modelos de producción que son más convencionales, incluso para el cine alternativo. No hubo coproductores extranjeros, vendedores concentrados en colocarla en el mercado internacional ni fondos de fundaciones u organismos oficiales para financiarla. “Eso nos dio una absoluta libertad para experimentar sin tener que cumplir con ninguna exigencia especial –apunta el director–. No había un programa establecido de antemano, fuimos discutiendo todo a medida que lo íbamos haciendo. La idea de los slimbooks es la misma: un criterio muy artesanal, el propósito de trabajar con pocos recursos y con mucho tiempo. En ese sentido, estuvimos muy a contramano del canon actual para hacer una película. Hoy existe una especie de algoritmo para hacer películas que determina su sistema de financiación y también su programa estético, visual, de guión, de montaje, ritmo, etc. Y ese algoritmo está muy internalizado en nosotros. Cuando un material se corre un poco de eso, si el que lo ve no es lo suficientemente curioso, hay una sorpresa que a veces deriva en decepción y algunas otras, las menos, en alegría por encontrarse con algo que está fuera de la norma. Con la explosión de las plataformas digitales hay mucho más contenido, pero más concentrado y parecido que nunca. Ese es el panorama, bastante triste, para los que trabajamos hoy en cine”.