‘Los músicos estamos mal’
Su nombre es sinónimo de cumbia. Hombre de pocas palabras, analiza la importancia de estudiar y propone una vida sana. Anticipa cómo será su próximo show en vivo vía streaming.
“Es mejor tener un millón de amigos que un enemigo.”
En el mundo de la música popular se lo conoce como “el Maestro”, aunque su nombre es Antonio Ríos. Con una extensa trayectoria, hará su segunda presentación vía streaming el sábado 7 de noviembre a las 22 por la plataforma Passline. La transmisión podrá ser seguida desde Uruguay y llegará hasta México, incluyendo Miami y España, donde también tiene su público.
Las artes fueron uno de los sectores más golpeados durante esta pandemia. Ríos: “Los músicos estamos mal porque durante meses no tuvimos presentaciones, ahora con el streaming esperamos cambiar la suerte”. Con el título de Más de 30 años de éxitos, Ríos anticipa cómo será su nuevo show de casi dos horas con más de veinte canciones y entradas a $ 400: “El primer recital fue el 11 de septiembre, pero ahora van a estar dos de mis hijos, Diego Ríos (39), quien pegó mucho en Bolivia y también en Europa. Además voy a presentar a Nicolás (33), que se está largando como solista. Entre los temas incluiré Nunca me
faltes, si no me matan. Además sumaremos canciones de Juan Gabriel. Estaré con seis músicos y dos bailarinas”.
—El show será transmitido a muchos países: ¿cómo son esos públicos?
—Viajé un par de veces a Europa y creí que no me iban a entender, pero allí hay muchos argentinos, chilenos y peruanos. Cuando llega alguien desde aquí van todos. No hay diferencias, son muy fanáticos, conocen los temas y hasta los cantan.
—Parte de tu sello es el sombrero: ¿por qué?
—Cuando iba a salir como solista, el productor se enojó mucho porque creyó que me iba del grupo Malagata, pero en realidad me fueron. Tenía 40 años y debía empezar una nueva carrera. Me dijo en su momento: “¿Cómo te vas a ir cuando hoy todos son carilindos y con pelos largos, si aparte te estás quedando pelado? ¡Se te volaron las chapas!”. Ahí le propuse que iba a salir con seis músicos jóvenes y dos bailarinas, con un estilo diferente y mi propia música. Él fue quien me dijo ¿cómo te queda un sombrero? Vimos que me quedaba bárbaro, sumé anillos y collares de oro. Así salimos y la rompimos.
—Existe la caricatura de que el mundo de la bailanta es marginal, donde imperan la droga y el alcohol: ¿es así?
—Aquí se droga el que quiere. En mi caso no tomo alcohol ni fumo, menos que menos drogarme. Estudié música desde chico y mis profesores me decían que no le dé humo ni frío a mi garganta, porque es mi instrumento de trabajo. Me crucé con muchos intérpretes que me convidaban, pero nunca acepté. Esto mismo se lo inculqué a mis hijos. Mi padre me hablaba mucho. Siempre me insistió para que hiciera una vida sana y que me cuidara de los amigos que iba a tener. “Saludá a todos, no tengas enemigos”… esto lo aprendí de chico. Es mejor tener un millón de amigos que un enemigo.
—¿Cómo nacen tus canciones?
—Empecé a componer a mis 20 años, después lo hice con el grupo Sombra, que fueron éxitos. A veces me salen la letra y la música juntas, van de la mano. Me inspira una mujer. Cuando estoy enamorado me sale una letra muy linda, y si me peleo también. Tengo mil quinientos temas.
—Fuiste candidato a diputado por el partido Unión Federal: ¿qué balance hacés de esa experiencia?
—Me abrí porque había muchos mentirosos. Me siguen llamando, pero ya les dije que no.
—¿La cumbia es una música desvalorizada?
—Algunos cantan muy mal, pero la gente los acepta igual. Hay muchos jóvenes que no estudian para cantar, entonces no saben nada.