Fernández viaja a La Paz para forjar una alianza con el heredero de Evo Morales
El mandatario argentino tiene previsto compartir hoy una cena con Luis Arce antes del traspaso. La incorporación plena al Mercosur, el litio y las importaciones de gas, en agenda.
El presidente Alberto Fernández apuesta a fortalecer, con el retorno al poder del Movimiento al Socialismo (MAS) en Bolivia desde mañana, un contrapeso al eje conservador dentro del Mercosur y Latinoamérica en general con un gobierno afín. Por eso viajará a La Paz con los principales referentes de la mesa chica de la política exterior del Frente de Todos y, si los tiempos acompañan, compartirá una cena con el futuro mandatario Luis Arce hoy, en vísperas de su jura, en un clima de mayor intimidad que los actos de mañana. De la comitiva formarán parte el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz; el canciller, Felipe Solá y los titulares
De la comitiva forman parte Beliz, Solá, Vitobello, Valdés y Taiana
de las comisiones de Relaciones Exteriores del Senado y la Cámara de Diputados, el ex canciller Jorge Taiana y el legislador Eduardo Valdés, respectivamente. Arribarán a La Paz hoy por la tarde y los actos protocolares recién tendrán lugar mañana desde muy temprano. Hoy por la noche tendría lugar el encuentro que busca sellar un vínculo de cooperación y asociación política. Quienes conocen de primera mano a Arce lo describen, como todos, por su perfil técnico, ya que es el costado que más mostró durante su larga gestión como cuadro económico de Evo Morales. Sin embargo, también rescatan una vasta preparación política. Desde sus años de militancia en el Partido Socialista1, fundado por el histórico referente de esa corriente, Marcelo Quiroga Santa Cruz, a su cintura para implementar la agenda de reformas profundas que propuso Morales al ritmo apropiado, ni muy rápido ni claudicando. Y apuntando a los sectores estratégicos para la generación de divisas y la industrialización del país. Tanto desde el Gobierno como en el entorno de Morales, todavía en la Argentina, describen el lazo como uno de mutuo respeto y gratitud, tanto por haber impulsado –con México– el rescate del mandatario y parte de su gabinete en noviembre del año pasado como por haberle abierto las puertas de la Argentina en diciembre. Fernández también brindó un explícito respaldo a Arce cuando se reunió con él en febrero, un mes antes que estallara la pandemia y se cerraran las fronteras. Fue en este país donde se proclamó la fórmula con el ex canciller David Choquehuanca que vencería en las urnas diez meses más tarde.
Objetivos. Si bien la comitiva que viaja a Bolivia será una pequeña, es posible que se sumen otros funcionarios y referentes del progresismo argentino que fueron invitados por sus propios vínculos con el massismo, como el actual titular de Astilleros Río Santiago y ex embajador en La Paz, Ariel Basteiro.
Estiman que una parte de ellos viajará en un avión privado con el Presidente y la otra lo hará a través de Boliviana de Aviación (BOA), la aerolínea de bandera. Según confirmaron fuentes del Gobierno, el canciller uruguayo Francisco Bustillo Bonasso viajará en el avión de Fernández, con quien comparte una larga amistad.
Con Bolivia, son varios los ejes que se ponen en juego a nivel bilateral con la construcción de una sociedad política. En lo urgente, la prioridad que ya ha manifestado la administración de Fernández es sumar al país vecino a la Comunidad de Estados
Una urgencia es concluir el ingreso pleno de Bolivia al bloque regional
Latinoamericanos y Caribeños (Celac) –a la que nunca asistió la presidenta de facto, Jeanine Añez– así como concluir su ingreso al Mercosur en calidad de miembro pleno. Los bolivianos ya completaron el largo proceso y solo resta la ratificación del Congreso brasileño.
El próximo turno de la presidencia pro témpore del bloque le toca a la Argentina y la expectativa es que se concrete la adhesión a lo largo del primer semestre de 2021. En julio de 2015, el entonces presidente Evo Morales había firmado el protocolo de adhesión en compañía de los mandatarios Cristina Fernández de Kirchner, Dilma Rousseff (Brasil), Horacio Cartes (Paraguay), Tabaré Vázquez (Uruguay) y Nicolás Maduro (Venezuela), cuyo país aún no había sido suspendido. Para agosto 2018, solo restaba conseguir la luz verde del Legislativo brasileño y el gobierno de Michel Temer se había comprometido a resolverlo ese mismo año.
Brasil y Argentina comparten, con Bolivia, un estrecho vínculo energético. Ambas naciones se abastecen del gas boliviano. Añez renegoció el contrato con Brasil pero no pudo hacer lo mismo con la Argentina, que lo había prorrogado, en 2016, por diez años.
Durante el gobierno de Néstor Kirchner y en los primeros tiempos de Morales, la Argentina había aceptado aumentar el precio que se pagaba por BTU, la unidad de medida del gas. Fue un gesto político más que una negociación, ante un pedido de Morales. Ahora que la Argentina apuesta a conseguir su ambicioso autoabastecimiento, con el Plan Gas, es posible que el tema vuelva a la mesa bilateral.
También está presente la riqueza por explotar del litio, donde Bolivia, Chile y Argentina comparten una amplia reserva. Hace una semana, el ex vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, almorzó en la Cancillería con Solá y fue uno de los temas que debatieron. Sin avanzar en nada concreto pero sí con una mirada respecto a pensar el potencial del litio con una perspectiva industrializadora y regional.