A 6 de cada 10 alumnos se les complicó mantener la atención en clases virtuales
Según Unicef, solo el 30% sostuvo una rutina para aprender. Las madres, el 85% de las “docentes” en casa. También bajó la comunicación diaria entre chicos y maestros.
Un año casi cien por ciento virtual: sólo diez días de clases presenciales y ahora, sobrevolando el final del 2020, actividades de revinculación en los patios de las escuelas; y unas pocas provincias que retomaron la presencialidad un poco antes, y pudieron sostenerla.
Pero sobre todo -siempre y cuando las condiciones de acceso y conectividad lo permitían-agotamiento ante tanta pantalla: según la última medición de Unicef, el 58% de los estudiantes del país tuvo complicaciones para mantener la atención durante las clases virtuales, mientras que el 31% no pudo sostener una rutina relacionada con el aprendizaje durante la pandemia.
Los datos surgen del segmento de Educación de la tercera encuesta que Unicef llevó adelante sobre el impacto de la pandemia de coronavirus en hogares con niños, niñas y adolescentes.
Ante la posibilidad de enviar a sus hijos e hijas a la escuela, el 71% de los adultos encuestados respondió que optará por enviarlos directamente el año que viene, y casi la mitad -el 49%no cree que las escuelas puedan cumplir con las medidas necesarias de prevención.
Al igual que en los meses de abril y julio, un porcentaje muy elevado de adolescentes (96%) manifestó haber recibido tareas escolares. Al ser consultados sobre sus aprendizajes escolares de este año, el 48% consideró que fueron algunos, seguido por el 26% que opinaron que fueron muy pocos, mientras que el 19% afirmó que fueron muchos.
Del total de los hogares que participaron de la encuesta, en el 85% de los casos, las madres ayudan en la realización de las tareas escolares. Solamente un 24% de hogares registra ayuda por parte de los padres, aunque entre abril y octubre creció ese involucramiento de los varones a cargo, para luego volver a caer.
Menos tareas y comunicación. De junio a noviembre, la comunicación diaria entre estudiantes y docentes en las escuelas primarias urbanas bajó el 11%. En paralelo, se incrementó la comunicación cada 15 días, es decir que el vínculo de los alumnos con la escuela pasó a ser más esporádico. A su vez, disminuyó en 6,5% la proporción de alumnos que destinan más de 3 horas por día a sus actividades escolares: se pasó de 52,2% a 45,7% en este período.
Los datos surgen del informe Los cambios en la educación argentina durante la pandemia de Covid-19. Un estudio sobre la evolución de las prácticas escolares y familiares durante el aislamiento, del Observatorio Argentinos por la Educación, con autoría de Sandra Ziegler (FLACSO), Víctor Volman y Federico Braga. El documento presenta los resultados de dos relevamientos nacionales a familias con hijos en escuelas primarias: una realizada en junio y otra en noviembre.
La cantidad de alumnos que tuvieron exámenes pasó de 11,5% en junio a 23,0% en noviembre: hubo un aumento del cien por ciento. “La investigación muestra cómo, en cuanto se vio que la pandemia se prolongaba, se introdujo la evaluación y la recolección de evidencias para una eventual acreditación de aprendizajes hacia el cierre del año escolar. Los docentes y las escuelas fueron coherentes en respetar el proceso de aprendizaje en todas sus dimensiones, y además adecuaron aún más su desempeño en la segunda mitad del año, a la luz de los resultados obtenidos en el proceso”, dijo María Cristina Gómez, directora de la Red de Educadores Innovadores.
“Retornar a las clases presenciales es fundamental para el desarrollo de todos los niños, las niñas y adolescentes, priorizando a aquellos que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad, sin posibilidades de sostener contacto con las escuelas por falta de recursos, de dispositivos tecnológicos, requerimientos especiales, discapacidad o ámbito de residencia”, instaron desde Unicef.