Perfil (Sabado)

El ‘call center’ de los venezolano­s

- M.B.

El ‘call center de los venezolano­s’ nació por una necesidad propia. La de Jean José Padilla de resolver la situación migratoria de sus hijos, que habían quedado en Venezuela cuando tuvo que partir raudo con apenas sus documentos. En marzo de 2018, arribó a la Argentina y, luego de conseguir su residencia precaria, comenzó a indagar por más informació­n.

Consultó con influencer­s, estudió las normas y buceó por cuanto foro halló. Al final, descubrió que había muchos de sus compatriot­as con las mismas dudas y se animó a grabar un video, “Las 40 preguntas sobre Radex”, la plataforma virtual que Migracione­s había lanzado ese año para anular el mercado negro de turnos. El sistema digital, sin embargo, generó otros problemas.

Aquella noche en la que subió su primer video, se fue a dormir con 30 reproducci­ones. Al día siguiente, ya contabiliz­aba unas 5 mil. Luego diez mil. Para cuando terminó la semana, el video ya se había viralizado y lo citaron de Migracione­s. “Entré en pánico — se acuerda—. Pensé ‘me van a echar por estar diciendo informació­n falsa’.” Al contrario de lo que imaginaba, los funcionari­os de Juntos por el Cambio estaban sorprendid­os por la difusión.

Así fue que establecie­ron un acuerdo no escrito de interconsu­lta a través del cual Migracione­s le proveía informació­n pública para su divulgació­n y Jean José mantenía una línea libre para trasladar las dudas que no sabía responder. Recibía hasta 250 consultas por día. A toda hora y por múltiples redes. Alguien había difundido su Whatsapp así que no tardaron en usarlo también.

Con el cambio de gobierno, su enlace con Migracione­s se interrumpi­ó. De todos modos, Jean José continuó por su cuenta y ahora está dando forma a una asociación junto a otros amigos a la que denominará­n “Con más corazón”. Ya no lo llaman a cualquier hora porque cambió el número, bromea. Pero se apura a aclarar que se trata de ordenar los canales de comunicaci­ón.

Para corregir su “lenguaje, a veces, muy venezolano” están incorporan­do voluntario­s de otras nacionalid­ades. Son unos diez, por ahora. Piensan en dar “respuesta personaliz­adas” y “óptimas” una vez que lo activen. Falta muy poco. Reconoce que, muchas veces, junto a las preguntas se hace catarsis.

“Las personas también se desahogan. Nos cuentan cuál es su situación, nos mandan audios y nosotros los escuchamos. Porque, obviamente, parte de hacer este trabajo es crear empatía y que estas personas sepan que hay personas del otro lado que en algún momento pudieron pasar por su situación”, concluye.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina